Tan malo es permitir que las personas con enfermedades mentales vivan en un tabú social, la incomprensión y la discriminación, como frivolizar sobre ellas afirmando «padecer» algún tipo de trastorno para ser «moderno» o «distinto» y destacar en el mundo del arte. Y esto último (parece) habitual últimamente en el pop y la música mainstream, donde cada vez más artistas jóvenes exponen sin tapujos sus (supuestas) enfermedades. En cierto modo me alegro de que cada vez más se nos visibilice, aunque mantengo mis dudas si no será más que una cuestión de marketing para arrastrar a esos jóvenes (cada vez más) aislados y estigmatizados emocionalmente al consumo de un producto.
De todos modos, las personalidades con tendencia a padecer algún tipo de enfermedad mental y aquellas que han reconocido padecerla abundan en la ya larga Historia del rock y el metal. Se han creado obras magníficas e imprescindibles que en ocasiones abordaban directamente el problema, como The Kinks en Soap opera (trastorno de personalidad), lo utilizaban de transfondo para desarrollar una narración, como Pink Floyd en The wall (trastorno esquizotípico de personalidad) o, simplemente, sus protagonistas presentaban algún tipo de enfermedad, como Jim y Caroline en el álbum Berlin de Lou Reed. Echadle un ojo a este enlace para más detalles.
Así, hoy, nos hemos dedicado a seleccionar algunas canciones de lo más diverso cuya temática versa sobre alguna enfermedad mental o alguna persona que lo padezca. Hay muchísimas. Y si añadimos las que hablan del tema de manera indirecta o «parece» que hablan de otra cosa, vas a sorprenderte.
Como siempre, dale al play.
Mago de Oz – Los renglones torcidos de Dios
En su álbum Finisterra (2000) incluyeron esta canción, cuyo título e inspiración cogen de una obra literaria de Torcuato Luca de Tena. La letra describe en primera persona el sufrimiento del «loco» que vive encerrado y su imposibilidad para salir de su situación: «Ahogar la locura es como intentar/tapar y ocultar con un dedo el sol/parir pensamientos es como vaciar/solo con mis manos el mar».
Green Day – Basket case
«Sometimes my mind plays tricks on me» canta Billy Joe Amstrong en este single que catapultó a la banda a la fama mundial. Amstrong, diagnosticado de trastorno de pánico, escribió la letra contando sus ataques de ansiedad y las dudas sobre su propia vida que le producían «Am I just paranoid?/Or am I just stoned?». Del álbum Dookie (1994). El vídeo, por cierto, está ambientado en un centro psiquiátrico.
Fear of Missing Out – Empty
Vamos con algo muy especial. El álbum Disorders (2019), de la mano de Carlos Morales, está compuesto por siete canciones de corte progresivo con letras escritas por pacientes que padecen uno de los siete trastornos que se tratan. Una iniciativa cuyos beneficios van destinados a FEAFES Galicia y puedes saber más sobre este y otros proyectos que relacionan arte y enfermedad mental y contribuir en este enlace. Nosotros elegimos el corte dedicado a la anorexia, con la voz de Xela Rivera (Sweet Death).
Alice Cooper – Quiet room
Hablar de «enfermedad mental» y «Alice Cooper» es todo uno. Porque ha introducido personajes perturbados y enfermos en sus canciones y porque la propia persona tras el personaje (Vincent Furnier) ha padecido trastornos depresivos, adictivos y alimentarios a lo largo de su vida. Dedicó (al menos) dos discos enteros, con un trasfondo conceptual, a las enfermedades mentales. En 1975, Welcome to my nightmare relata los sueños y las visiones de un niño, Steven, en una infancia traumática. En 1978, From the inside narra los efectos de las paranoias y las adicciones del propio Cooper y su paso por un centro psiquiátrico en Nueva York. De este, elegimos el recuerdo de su «cuarto almohadillado».
Nirvana – Lithium
Las sales de litio se utilizan para el tratamiento de la manía, la depresión y la bipolaridad. Kurt Cobain dedicó esta canción a configurar una escena de paranoia en la que el protagonista amanece feliz «Because today I found my friends/They’re in my head» y «I’m so excited, I can’t wait to meet you there». Cobain padeció depresión y su fuerte adicción a la heroína pudo desencadenar todas estas imágenes. Parte del ya mítico Nevermind (1991).
The Doors – People are strange
Cuando un artista fallece y se convierte en un mito es complicado hablar de él. Y Morrison, seguramente, sufría algún tipo de trastorno depresivo o, quizá, un trastorno de personalidad. Por esto, u otras razones, sus experiencias con las drogas son ya míticas, igual que sus improvisaciones en el escenario o sus reyertas policiales. En el álbum Strange days (1967) la banda The Doors grabó esta canción en la que Jim habla de su alineación y la soledad que sentía.
Nine Inch Nails – Hurt
«I hurt myself today/to see if I still feel». Trent Reznor habla de las autolesiones y las mutilaciones autoinfringidas, acto relativamente frecuente en personas con depresión severa, trastornos de la personalidad y tendencias suicidas. El propio Reznor sufrió de depresión aguda, ansiedad y desórdenes de personalidad, asociados, también, al consumo de múltiples sustancias. Lo grabó en 1995 para The downward spiral. Johny Cash hizo una versión de este tema para su American IV (2002).
Pearl Jam – Bugs
Eddie Vedder compuso esta sencilla y estridente canción con un acordeón y sin doble intención. Narra un episodio de alucinación en el que cientos de bichos van ocupando la habitación, la piel y los orificios del cantante. «I got bugs on my skin/Tickle my nausea/I let it happen again/They’re always takin’ over/I see they surround me, I see…». El tema fue incluido en el álbum Vitalogy de 1994.
Pink Floyd – Brain damage
«There’s someone in my head but it’s not me». Otra banda que sabe de enfermedades mentales y que ocasionalmente habló en sus letras directamente sobre ello. En The dark side of the moon (1973) incluyeron esta clara referencia a la esquizofrenia: «The lunatic is in my head/you raise the blade, you make the change»..
The Who – Happy Jack
Pocas bandas han sacado tanto rédito artístico y comercial a las historias sobre personas con trastornos mentales y enfermedades «extrañas». Tommy (1969), quizá el primer disco conceptual en tener un éxito verdadero entre el gran público, está protagonizada por un niño, Tommy, ciego, sordo y mudo tras un trauma (ver a tu padre muerto y a tu madre cometer un asesinato no tiene que ser fácil de digerir). En 1973 volvieron con Quadrophenia, una retorcida mezcla de las personalidades de los cuatro miembros de la banda a través de la cabeza de un adolescente inestable enfrentado al mundo que le rodea. Sin embargo, elegimos esta tonada algo menos seria titulada Happy Jack (A quick one, 1966) en las que se recrea a un (supuesto) enfermo mental que conoció Townshend en su infancia.
Anathema – Lost control
La depresión y sus múltiples consecuencias se abordan en varias canciones de la banda, algunas incluidas en Alternative 4 (1998). La letra es impactante: «And it’s left me with a chemical dependency for sanity/yes, I am falling/How much longer ‘til I hit the ground?/I can’t tell you why I’m breaking down/do you wonder why I prefer to be alone?».
Sea esta una pequeña contribución a recordar y poner luz sobre las personas que sufren trastornos mentales de diverso tipo. Es imprescindible eliminar el miedo, la oscuridad, la vergüenza y el aislamiento que muchas veces padecen: no ser normal te convierte en un bicho, aún en el siglo XXI. Hagamos, con nuestro esfuerzo personal, que puedan vivir una vida lo más cercana a la felicidad posible.