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Retornos sonados del rock.

Cuernos

La mayoría de las veces dicen volver por amor: se echan de menos o que tenían ganas de trabajar juntos de nuevo o que ahora ha surgido la chispa adecuada. O que me muero de aburrimiento y, mira tú, vuelvo a cas a que mejor que me pelen a que me ignoren. Pero, en verdad, el dinero ronda por todas estas reuniones más o menos genuinas, más o menos insinceras. ¿A nosotros, aficionados, oyentes, acaso nos importan las razones? Que nos saquen el dinero haciendo buenos discos y ruidosos conciertos. Si luego se aman o se odian, para ellos queda. Aunque en ocasiones segundas (y hasta terceras) partes no solo no son buenas, casi indeseables. Claro, que alguna excepción siempre encontramos.

He aquí una selección de esas vueltas y revueltas en el universo sonoro del rock y el metal. Tú dirás qué te parecen.

1. El retorno clásico

La banda se cerró. No hubo más discos, ni más conciertos. Pero un buen día se encuentra. En una boda, en una barbacoa. Y deciden aceptar un encargo, tal vez para un evento concreto. Y esa coincidencia les anima. Igual murió la razón del odio. Retornos clásicos hay donde elegir. Algunos se curran uno o varios discos juntos; sirvan de ejemplo los de Deep Purple (el Mark II de 1984) o Europe (2003). Otros hacen caja con una gira y «adiós muy buenas», como Héroes del Silencio (2007). Algunas bandas continúan su periplo desde entonces. Quizá el miembro díscolo fue expulsado definitivamente. Y no nos gusta señalar a nadie.

2. El retorno temporal

Esta variedad de retorno se da cuando una banda más o menos conocida mantiene su actividad de conciertos y álbumes perdiendo eso que llamamos «miembros originales». Pasados unos años, y cuando la situación lo permite, el line-up considerado original se reúne y nos deleita con una gira o alguna grabación. Tras el arrebato inicial o el llenado de caja esos miembros reciben de nuevo la patada y la banda continúa contratando en su lugar a otros músicos. Ejemplos de este retorno, el de Barón Rojo (2011) y el de Kiss (1996). Barón Rojo reunió la formación de sus primeros álbumes para una gira y una película documental durante varios meses; después Sherpa (bajista) y Hermes Calabria (batería) no fueron invitados a continuar en el grupo y los hermanos de Castro (Armando y Carlos) llamaron a otros músicos. En el caso de Kiss, tras varias giras y un álbum de estudio, los miembros originales Ace Frehley (guitarra) y Peter Criss (batería) fueron expulsados y sustituidos por otros músicos (y hasta hoy).

3. El retorno del hijo pródigo

Por alguna razón uno de los miembros principales del grupo se larga o es expulsado. Pasados unos años, tras el fracaso de ambos por separado, se produce el regreso. A veces vuelven a romper, otras continúan con más o menos amor y éxito (inseparables). Yo propongo como ejemplos el retorno de Rob Halford a Judas Priest (2003), el de Joey Belladona a Anthrax (dos veces, que ya tiene mérito, en 2005 y 2010) o el doble regreso de Bruce Dickinson y Adrian Smith a Iron Maiden (1999).

4. El retorno con muerto

Uno de los retornos más difíciles: uno de los miembros está muerto. ¿Qué hacemos? Hay dos variedades: sustituimos al muerto por otro músico o usamos un fantasma. Grupos que han regresado sustituyendo al desparecido hay varios, entre otros Led Zeppelin (en un par de ocasiones, la última en 2007 con Jason Bonham en la batería), aunque hay que reconocerles su cuidado con la memoria del Bonham original, o Alice in Chains (William Du Vall ocupó el puesto de Layne Staley en 2005 y hasta hoy). El retorno con fantasma más famoso lo protagonizaron The Beatles con su ficticia reunión de 1995: Paul McCartney (bajista), Ringo Starr (batería) y George Harrison (guitarra) grabaron una «nueva» canción con John Lennon (cantante para la ocasión y asesinado quince años antes) utilizando una maqueta de este último. Y no olvidemos a los Thin Lizzy sin Phil Lynott, tela.

5. El retorno sin nombre

Una formación se reúne tras varios años pero ¡oh, sorpresa! no pueden usar su antiguo nombre. El ejemplo arquetípico lo ofrecen Heaven&Hell: los miembros de Black Sabbath entre 1980 y 1982  no pudieron utilizar el nombre de la banda en su reunión de 2006, por lo que utilizaron el de su álbum más famoso. Los miembros de Yes son expertos en esto.

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De músico a músico: recuerdos, homenajes y caricaturas.

Los músicos de los que hablamos hoy cantan a sus amigos músicos, a sus amigos fallecidos, a los compañeros huidos, a los colegas a los que admiran. Es digno reconocer la labor de un maestro también, aquel que inspiró o que, simplemente, estuvo ahí cuando hacía falta. Y recordar al músico casi anónimo que acompañó en algún momento. En fin, personajes del recuerdo, homenajes y hasta alguna caricatura hemos seleccionado. De músico a músico.

Barón Rojo – Concierto para ellos

Tenía que ser la primera. Homenaje a los caídos en el camino. Porque «en cada concierto de rock and roll las campanas doblan por Bon Scott, por Janis, Lennon, Allman, Hendrix, Bolan, Bonham, Brian y Moon». Uno de los cortes más famosos de Volumen Brutal (1982).

Elton John – Empty garden (Hey Hey Johnny)

Tras la muerte de John Lennon la tristeza se apoderó de Elton John; quería dedicarle una canción, pero no acertaba con el tono. Bernie Taupin recordó que una de las últimas apariciones de Lennon fue en el Madison Square Garden con Elton, y de ahí surgió la canción: «Oh, hey hey Johnny/Can’t you come out, can’t you come out to playJohnny/can’t you come out to play in your empty garden»

Billy Squier – Nobody knows

También a John Lennon le dedicó Squier una canción en su segundo álbum Don’t say no (1982). Con la producción de Reinhold Mack logra un sonido muy cercano al del propio homenajeado. «You may see your life as a compromise/You may live to find the promise dancin’ in your eyes»

Roger Daltrey – Under a raging Moon

Homenaje a otro amigo caído. En esta ocasión, Roger Daltrey en su disco en solitario Under a raging moon (1985) canta al desaparecido batería de The Who, Keith Moon. Nada menos que siete baterías participan en el tema, incluyendo a Cozy Powell, Carl Palmer o Zak Starkey, siguiente en ocupar el puesto de The Who.

Los Suaves – ¿Sabes? ¡Phil Lynott murió!

El título lo dice todo: las impresiones de Yosi (cantante y compositor) tras la muerte de Phil Lynott (Thin Lizzy), del que era fan confeso y al que el grupo rinde inspiración en muchas ocasiones. «Y es que hoy en la madrugada se paró su reloj/se durmió, sueña para siempre sueños de algodón». Aparece en el imprrescindible Ese día piensa en mí de 1989.

Syd Barret – Bob Dylan blues

En 1970 dedicó Barret un simpático homenaje a Dylan jugando con la imagen, las canciones y la situación del entonces joven músico: «Cause I’m a poet, don’t ya know it/And the wind, you can blow it/Cause I’m Mr. Dylan, the king/And I’m free as a bird on the wing». No solo habla de él, si no que lo hace en el propio lenguaje de Dylan. La canción permaneció inédita treinta años.

Los Enemigos – An-Tonio

No solo merecen recuerdo y homenaje los músicos famosos. Josele Santiago en su álbum Nada (1999) dedica este corte a un amigo personal suyo, cantante con un único álbum en el mercado (An-tonio, 1997) que dedicó su vida a cantar por las calles de Sevilla, Londres o su Algeciras natal. Canta Josele: «Me ha dicho el Antonio que hoy no va a cantar/se le habrán quitao las ganas, que no va a cantar más ná/Si hoy no canta el Antonio, ¿quién nos va a cantar?». Pues eso.

Anthony Gomes – Come Down

Lo tiene claro Anthony Gomes: «Come from heaven B. B. King/’cause this kingdom has no King/there’s no one here». Reclama a ángeles y santos que liberen al maestro para que rehaga este mundo perdido. Abre magistralmente su gran álbum de 2018 Peace, love & loud guitars.

Uriah Heep – Between two worlds

El tema de la pérdida de los compañeros de armas siempre acaba apareciendo. En Sonic origami (1998) hacen los británicos un doble homenaje al ex-cantante David Byron y al bajista Gary Thain, ambos fallecidos a consecuencia del abuso de sustancias, uno en 1975 y el otro diez años más tarde.

Sonic Youth – Tunic (Song for Karen)

En el álbum Goo (1990) pusieron voz a Karen Carpenter: «Hello Janis, Hello Dennis/Elvis and all my brand new friends/I’m so glad you’re all here with me, until the very end». Enfoca los problemas alimenticios de la cantante como anticipo de su fallecimiento.

Sínkope – Agradecidos a ti

Dedicadas a Rosendo hay varias canciones entre las que hemos seleccionado esta de Sínkope. «Con un colega de Iruña» escuchando en un casé a Leño comenzó el amor de Vito por Rosendo Mercado y, a la vez, por el rock. Una sincera historia de amor musical que, desde ese casé, acabó compartiendo escenario: «mil gracias, maestro Rosendo Mercado/mil gracias, mil gracias por tu legado» y una ristra de canciones imprescindibles de la música popular en español. De su Museo de rejas limadas (2015).

Tesla – Song & emotion

Tesla rindió homenaje a Steve Clark, guitarrista de Def Leppard. Las dos bandas habían girado juntas meses antes y el fallecimiento les pilló en plena grabación de Psychottic supper: «Song and emotion/You can hear him play/You can still hear him say/Better run for cover, ‘cause it looks like rain again!»

Drive-By Truckers – Carl Perkins’ Cadillac

En 2004, dentro del álbum The dirty south, las huestes de Patterson Hood y Mike Cooley cantan al Cadillac que Carl Perkins le «robó» a Elvis: «Carl drove his brand new Cadillac to Nashville and he went downtown». Un repaso a las relaciones y las promesas de Nashville «the money came in sacks/New contracts and Carl Perkins’ Cadillac».

Megadeth – In my darkest hour

Tras la muerte de su amigo y ex-compañero de Metallica, Cliff Burton, el bueno de Dave Mustaine compuso esta canción aparecida en So far, so good… So what! (1988): «Alone, I call to ease the pain/Yearning to be held by you/Alone, so alone, I’m lost/Consumed by the pain».

Black Hat – Soñar

En otras ocasiones el homenaje se hace de manera global, a los ídolos que marcaron el camino. Black Hat, en su álbum de 2003 Eclipse (producido por Jorge Salán), sueñan con la magia del heavy metal y poder cantar «al lado de Gary o Dio/y soñar, y soñar/que los Maiden tocan conmigo».

Bob Catley – The Pain

En su álbum Legends (1999), Bob Catley, junto a Gary Hughes, dedicaron el primer corte a Elvis Presley. El título lo dice todo: «life was an emotional knife/it cut the flesh, it hit the bone». La vida de Elvis como una tragedia griega con final triste: «he had it all, somehow he let it slip away/(…)/lost in a scene from this nightmare come true».

Bruce Springsteen – Johnny Bye-Bye

«With a whole lotta trouble running through his veins/Bye bye johnny, Johnny bye bye/You didn’t have to die». Homenaje de The Boss a Elvis Presley recordando el día que escuchó en la radio la noticia de su muerte. Grabado en las sesiones de Born in the USA (1985).

Kingdom Come – Bon Scott

Todo un homenaje al hombre y a su legado. Lenny Wolf, cantante y compositor principal de la banda, dedica está canción al fantasma de Bon Scott «in after life I believe/you ain’t no history/hope you are feeling free». Un rollazo AC/DC que tira de espaldas. Parte del álbum Ain’t crying for the moon (2006).

Gabinete Caligari – Tócala, Uli

Cuarto corte de uno de los mejores discos de pop-rock de los ochenta, Camino Soria (1987), compuesto en homenaje a Ulises Montero, saxofonista de la banda, fallecido por sobredosis de heroína unos meses antes: «Con salero y sin papeles/te paseabas por el foro/una caña de Mahou/y una de rabo de toro, con decoro».

Y si comenzábamos este post con una canción a los héroes muertos, de regalo este corte que Kreator grabaron en su Gods of violence (2017) en recuerdo a los «hermanos caídos» en las mil batallas del rock y el metal…

Contaminación y rock: once canciones verdes.

 

¿Qué clase de mundo queremos? ¿Nos preocupamos de verdad por nuestra huella en el planeta? Vivimos contaminando, al menos en el mundo occidental. Muchos de nuestros roqueros han recogido estas inquietudes en sus canciones y aquí os dejamos una selección variada de canciones conocidas y desconocidas poniendo el dedo en el apocalíptico problema de la suciedad sin fin que generamos.

Topo – Marea negra (1982)

En el disco del mismo título la banda madrileña nos regalan un himno clásico: «alzo mi voz contra la polución/que nos invade y/está canción antidegradación». Pero de nada sirve alzar la voz «si no la cantas tú». El problema de la contaminación como un problema «de todos».

A.N.I.M.A.L. – Sabia naturaleza (1996)

La banda argentina nos obliga a reflexionar sobre las consecuencias de romper las reglas de la Naturaleza, pues «en ese supuesto evolucionar/quebraron tan vitales reglas/ya verán cómo se caen los pilares del equilibrio/provocando desastres». Del álbum El nuevo camino del hombre.

Asfalto – La paz es verde (1983)

Incluida en Más que una intención, esta apocalíptica canción sobre el final de los tiempos avisa de las consecuencias de nuestro desvarío industrial: «el mar se reventaba/entre tinieblas y radioactividad/mientras una voz me decía/este es el fin de la Humanidad».

Dry River – Fundido a negro (2018)

En su excelente 2038 de reciente edición escuchamos esta alegórica pieza avisando que «ciencia oscura destruye lo natural/hombre ingenuo no la podrás controlar/fundido a negro punto final/nuestra Historia no se contará»

Gillman – Contaminación (2003)

Desde Venezuela, más de ocho minutos dirigidos al planeta, preguntando «mundo dime porqué te hundes en basura/(…)/oye, mundo, dime porqué Dios creó al hombre/y este pronto en un dios se convirtió». La escuchamos en el disco Cuauhtemoc.

Platero y Tú – Contaminamos (1992)

A ritmo de rocantol, un jovencísimo Fito canta «es el infierno que trabajamos/día tras día contaminamos» porque todos somos responsables de que «un mal presagio me invade a mí»: nos quedaremos viviendo entre «montañas de basura y mares de alquitrán».

Bersuit Vergarabat – Madre hay solo una (2005)

Entre lo emotivo y lo salvaje, la banda se aferra a la defensa de La Tierra: «vos sos mi única madre/con alma y vida yo defiendo tú jardín/te agradezco, aunque me voy avergonzado/por ser parte de la especie/que hoy te viola en un patético festín».

Sparto – Un futuro verde (1992)

Entre tanto Apocalipsis, una canción que invita a la esperanza porque «nada está perdido, todo con esfuerzo se podrá solucionar», y es que aún estamos a tiempo de dejar el planeta limpio.

Mago de Oz – La costa del silencio (2003)

Single de su álbum Gaia e imprescindible en sus directos, ponen el dedo en el egoísmo humano: «donde se acomoda la usura/nacen la ambición y el poder/y este germina en la tierra/que agoniza por interés».

Maná – ¿Dónde jugarán los niños? (1992)

Los mexicanos Maná han tocado el tema en numerosas ocasiones. Elegimos esta, de carácter global, reflexionando, con un toque reggae, sobre el planeta que heredarán nuestros hijos: «cuenta mi abuelo/de un cielo muy azul/en donde voló papelotes/que él mismo construyó»

Barón Rojo – Herencia letal (1989)

De nuevo la avaricia y la sobre-explotación como causa del exceso de polución: «eres un hombre de habilidad, piensas con vanidad/y contaminas para aumentar la rentabilidad». Aunque esta versión apareció en el disco Obstinato, apareció primero en formato single en 1983 como regalo del Metalmorfosis (por problemas de espacio, se quedó fuera del disco).

 

Once canciones sobre el Metro

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Remedio al transporte colectivo, el tren subterráneo se ha extendido con diferentes aspectos, estructuras y  pirotecnias arquitectónicas por ciudades grandes y menos grandes del planeta, siempre con el común de las personas que transitan día y noche por sus vagones. No podía ser de otro modo, muchos de nuestros artistas favoritos se han inspirado en su transitar por el Metro y aquí compartimos una pequeña selección.

Dale al play…

Barón Rojo – Travesía urbana (1988)

Atravesar «las inquietas aguas de una dura ciudad» donde «en la corriente subterránea y gris» los «gusanos locos escupiendo luz» engullen a la multitud. Un viaje real y metafórico por el subterráneo de la ciudad y sus estaciones «travesía de Ventas hacia Colón, Callao, Retiro y Bilbao». Lo escuchamos en el No va más.

New York Dolls – Subway train (1973)

Aparece en su álbum debut, un lamento durante el trayecto de Metro en plena crisis existencialista: «I can’t ever understand/Why my life’s, been cursed, poisoned, condemned».

Amaral – La barrera del sonido (2008)

Amaral, haciendo referencia a estaciones del Metro de Madrid, canta «otra mañana en el Metro/que me he cruzado contigo/(…)/este vagón de sombras/sigue y sigue su camino/hasta el puente de Vallecas tú/y yo hasta Cuatro Caminos». Del álbum Gato negro, dragón rojo.

Boikot – Esperando en el Metro (1990)

En la primera canción de su debut Los ojos de la calle se marcan este medio tiempo «esperando en el Metro/hasta que salga el sol». Canción de un hombre cansado que lamenta su situación «qué bien se ve desde la ventana/qué bien se ve desde el televisor».

Tom Waits – Downtown train (1985)

Con su estilo característico (a este tipo lo odias o lo amas), narra una historia sobre el deseo y la soledad con las chicas del Metro como necesidad: «the downtown trains are full/With all those Brooklyn girls/They try so hard to break out of their little worlds». Waits se dirige a una de ellas: «Will I see you tonight/On a downtown train/Every night its just the same/You leave me lonely, now». De su álbum Rain dogs.

Kaka de Luxe – Viva el Metro (1978)

Una irónica letra con la subida del precio del Metro de Madrid como fondo: «qué ilusión, qué ilusión que tengo/qué ilusión, ha subido el Metro». Es una alegría, una celebración «qué felicidad que sea tan caro/el Metro más feo de Europa» para poder gastar todo el dinero «de Portazgo a Plaza Castilla/me gasté más de veinte duros» porque «he abandonado todos mis vicios/(…)/el Metro todo lo suplirá». De su inciático EP llamado como la banda.

Los Suaves – El último Metro (1993)

En Malas noticias incluyen esta triste canción «dónde vas, dónde vas/viajando en el último Metro/(…)/y sola regresas a casa/tirada en el asiento de atrás». El Metro como escenario de la tristeza al final del día.

Beastie Boys – Stop that train (1989)

Haciendo el gamberro en el Metro de Nueva York («D-train raid to Coney Island») rompiendo ventanas y puestos hasta arriba de cocaína. De su álbum Paul’s boutique.

Ramoncín y W.C.? – Ponte las gafas(1978)

Irreverente y juvenil, en su debut Ramoncín canta la historia de un vicio del suburbano: «ponte las gafas/ríete de ellos/(…)/mastúrbate en el Metro/nadie te verá». Una canción de desfase y con un toque surrealista delicioso.

The Jam – Down in the tube station

No todas las historias del Metro son divertidas o tienen un final feliz. The Jam cerraban su álbum All mod cons de 1978 con una paliza y un robo. El protagonista viaja de camino a casa en el metro a media noche cuando es asaltado por unos tipos «I first felt a fist, and then a kick/I could now smell their breath/They smelt of pubs, and wormwood scrubs»

…Y de regalo, una sonrisa.

Canciones de guerra (en nuestro idioma): guerrock.

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Es inabarcable el cancionero sobre la guerra y sus derivados. Desde las canciones protesta hasta las canciones sobre batallas épicas, pasando por los temas dedicados a soldados y armas o las consecuencias de los conflictos bélicos en la sociedad civil. Alguien debería hacer un tratado recopilando y clasificando todas esas canciones. Y no seremos nosotros, más de discutir de nuevo con un par de cervezas quién es el mejor cantante de AC/DC que de sentarnos a hacer una reflexión inteligente y rebuscar en los forros cerebrales o históricos. Sin embargo, nos hemos permitido bautizar Guerrock al género en español (o castellano o argentino o el idioma del Quijote y García Márquez).

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Y por si os apetece comenzar a investigar en el asunto, y como regalo, y porque nos da la gana dedicar una entrada a las canciones de guerra en nuestro idioma, aquí os dejamos una pequeña recopilación alrededor de la guerra y sus consecuencias. Como siempre, es nuestro gusto personal y te invitamos a proponer cualquiera que te guste, sea del género que sea.

Allá vamos…

Barón Rojo – Hiroshima

Incluida en uno de los mejores discos del heavy patrio, Metalmorfosis de 1983, los barones recuerdan el desgraciado episodio de la explosión atómica de Hiroshima: «un genocidio en nombre de la paz/ grosera farsa infernal».

 

Medina Azahara – El soldado

Grabada para el histórico Caravana española de 1987, nos relata los pensamientos de un soldado que «nunca quiso ser soldado» y al que «solo le queda soñar».

 

Ska-P – El niño soldado

Y hablando de soldados, Ska-P dedican este tema a los niños obligados a disparar. Apareció en su álbum ¡¡Que corra la voz!! del 2002.

 

Barricada – Invitación a la pesadilla (obligada)

También sobre soldados y «qué hago yo aquí metido en medio de este rebaño» trata este tema de Barricada: «matar o morir». El original debutó en Pasión por el ruido de 1989. Aquí el vídeo en directo.

 

El Ultimo Ke Zierre – ¡Ay, Carmela!

Otro subgénero del Guerrock sería el dedicado a la Guerra Civil. En este caso, EUKZ hace una versión de un tema de la época, el popular ¡Ay, Carmela!, que se cantaba en las filas republicanas durante la batalla del Ebro. De su álbum Que se repartan el mundo de 1993.

 

A Palo Seko – Makis guerrilleros

Dentro del mismo subgénero, los hay que componen canciones originales sobre el tema, como A Palo Seko y su homenaje a los makis guerrilleros de la contienda. Aparece en El disko rojo de A Palo Seko de 2010.

 

Almafuerte – El visitante

Emparentado con esto de las consecuencias de los derrotados se creó otro subgénero en Argentina tras la guerra de Malvinas, sobre todo por la desprotección y el aislamiento que sufrieron los excombatientes al volver a casa. Sirva este tema de Almafuerte y su letra tremenda: «Olvidar yo sé bien que no podés/ cómo la sociedad olvida que fuiste obligado a marchar en su defensa». En el álbum A fondo blanco de 1999. Aquí la versión acústica.

 

Rata Blanca – Gente del sur

Y siguiendo con las Malvinas y sus consecuencias, Walter Giardino compuso este corte para el debut de Rata Blanca en 1988. Habla del dolor de la guerra: «madres de hoy lloran sus hijos/en una plaza de la ciudad/y el gran imperio bebió la sangre/del que pedía su libertad».

 

Rosendo – Go home!

Y a medio camino entre las canciones de guerra y las canciones protesta, Rosendo compuso Go home! sobre las invasiones yanquis en países latinoamericanos que con mayor o menor disimulo fueron comunes den los setenta y los ochenta. Del álbum Deja que les diga que no! aparecido allá por 1991.

 

Celtas Cortos – Haz turismo

Y del mismo tema, con su rock ská y su mala leche en las letras, Celtas Cortos invitan a hacer turismo invadiendo un país: «es barato y te pagan la estancia». Se hicieron famosos aquel año 1990 con el álbum Gente impresentable.

 

Legion – Mili KK

Y para los más viejos del lugar, el subgénero Guerrock añorado: «la Mili», es decir, el servicio militar obligatorio. Allá por los años setenta y ochenta ningún joven barón se libraba de pasar una temporada por el ejército. Y se creó una oleada de temas en contra de «la Mili». Uno de los más contundentes, este de Legion de su Lethal liberty. Corría el año 1989.

 

Esturión – La guerra

Y con más sensibilidad y menos caña, los madrileños Esturión protestaban por «perder un año de mi vida» cuando «yo solo tengo un arma/ y un único uniforme/mi guitarra es mi fusil/mis baqueros voy a vestir». Aparece en su debut de 1989 titulado Vicio.

 

Pues para ser unos vagos y no querer hacer un tocho enciclopédico ya nos hemos currado una interesante introducción al tema. Faltan muchos y esperamos que te animes y nos recomiendes tu tema favorito. Como regalo, una canción para orejas sensibleras. Si de guerras hablamos y sus consecuencias, no puedo dejar de lado la letra de Querida milagros de El último de la fila («no estaría de más que alguien me explicara/qué tiene esto que ver contigo y conmigo»).

 

 

 

 

 

 

 

Algunos discos de AQUÍ que cumplen 30 años (1)

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Algunos discos en español que cumplen 30 años (1)

Hubo una época en que el heavy en español mandaba en las listas de ventas, llenaba campos de fútbol y, a la vez, se enfrentaba a los estamentos legislativos, ejecutivos y judiciales. Bandas hoy míticas, algunas desaparecidas, otras devueltas por la moda de los años a los escenarios. Una pequeña selección, con aroma de homenaje, a algunos de nuestros discos preferidos, aquellos que cumplen nada menos que 30 años.

PortadaÁngeles del Infierno – Diabolicca

Todo un tratado de cómo hacer un gran disco de heavy metal. Portada, letras, guitarras, voces, baterías. Su segundo disco y, quizá, el mejor.  Sin pirotecnia innecesaria, sin falsas poses, sin traicionar su propio espíritu rebelde. Aquí hay canciones de auto-afirmación metalera como Fuera de la ley o Con las botas puestas, canciones de meter como Dame amor o de corazones rotos como Prisionero. Su gran balada también está aquí: Al otro lado del silencio, con todos los elementos de un tema imposible de igualar. Grandes riffs, buenas composiciones, un cantante especial y, lo que ya es raro, buen sonido, gracias al genial Dennis Herman y los Estudios Mediterráneo de Ibiza. Curiosamente entraron a grabar detrás de los mismos Judas Priest. Algo se les pegó. Sin despreciar al resto, Juan Gallardo (voz) y Robert Álvarez (guitarra solista) son, sin duda, los grandes triunfadores. Junto a ellos, Manu García a la segunda guitarra, Santi Rubio al bajo y Iñaki Munita a la batería.

Rosa Negra – El beso de JudaPortadas

Siguiendo la estela de los grandes del género, con mucho deje Judas y un poco de UFO más el toque patrio, Rosa Negra se curraron un veloz y desgarrante álbum de heavy rock.  A bordo de la ruina (buena letra) o Condenado a vivir, con un gran teclado a cargo de Miguel Ángel Collado (Santa), marcan el ritmo del álbum. No puede faltar la épica balada, en este caso de título El beso de Judas y un aire Barón Rojo que tira de espaldas. De lo mejor del disco, un arrebato antidroga con un gran solo.  Contiene otra lenta titulada Rojo cielo de atardecer, algo más floja, con recuerdos a Asfalto y un saxo sobresaliendo.  Otro buen teclado en Vuelo sin motor y un riff de escuela speed en Carne de escenario. Aunque el sonido flojea y la mezcla final oscurece las canciones, el álbum se merece estar entre los mejores del género editados aquel año. Tony León a la voz y la guitarra, con Daniel Henestrosa en la segunda guitarra, Nico Martín al bajo y Jorge León a la batería.

Portada

Santa – No hay piedad para los condenados

En Santa se juntaron dos monstruos en lo suyo: Miguel Ángel Collado a las teclas y Jero Ramiro a la guitarra. Si le sumamos la voz atemporal, genuina de Azucena y un puñado de buenas canciones, solo podemos estar ante un discazo. Cierto es que abandonaron el sonido más rudo de su debut para introducir melodías, arreglos y composiciones más elaboradas, pero con éxito. La inicial Todo mi honor, con ese doble solo guitarra-teclado, y la melódica No eres suficiente bastarían para recomendar y recordar este álbum. Pero ahí están la propia No hay piedad para los condenados, con su rollo Purple, y Sin compasión, con esa intro que recuerda a los mismos Maiden. Espectacular cierre con Huérfanos de la tormenta, sobre los héroes caídos del rock. Mezcla de talento y entrega, un álbum que, curiosamente, fue mal recibido por «flojo». Un clásico visto con la perspectiva del tiempo. Por cierto, fue producido por Carlos de Castro, de Barón Rojo.

Barón Rojo – En un lugar de la marchBaron Rojo - En un lugar de la marcha - Pa

Y qué decir del álbum que contiene himnos que todos hemos cantado: Breakthoven, Cuerdas de acero o El baile de los malditos (vaya intro, gente). Y al final del disco, una de las mejores canciones del rock: Hijos de Caín. Los hermanos de Castro y Sherpa fabricaron otra obra de letras monumentales, con el equilibrio metal desgarrado versus melodía pegadiza bien conseguido. Quizá en esta ocasión se les fue la mano con los efectos en la producción, pero se perdona. Más cuidados y complejos los arreglos, los cambios y algunos pasajes melódicos.  A partir de aquí no fue lo mismo, si no parecido, pero en 1985 nos dejaron su (pen)última obra maestra. Por si hace falta, los hermanos de Castro, Armando (guitarra)  y Carlos (guitarra y voz), Sherpa al bajo y la voz y Hermes Calabria a la batería. Grandes siempre, Barón Rojo.

El rock de la ciudad: canciones sobre Madrid.

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El rock de la ciudad de Madrid.

Aprovechando que es feriado (o festivo, qué más da) en Madrid, celebrando el día de la Comunidad, le damos un repaso a algunas canciones sobre y alrededor de Madrid. Algunas las han compuesto ilustres habitantes de la misma, mientras otras reflejan la imagen que se llevan los visitantes, que vienen de paso, que prueban suerte, que se quedan durante tantos años y acaban absorbidos por la ciudad. Tenemos canciones que loan la urbe, que la aborrecen, que hablan de sus habitantes, de pérdidas y logros. Y, por supuesto, las canciones homenaje a los barrios más heavy de la city: Vallecas (Ramoncín, Topo), Hortaleza (Porretas), La Elipa (Burning) o Carabanchel (Rosendo, Leño).

Como siempre, dale al play y disfruta.

Leño – Este Madrid

Loquillo – En las calles de Madrid

Los Suaves – Mártires del rock and roll

La Fuga – Madrid

Sínkope – Y pare Madrid

Miguel Ríos – Madrid 1983

Quique González – Calles de Madrid

Burning – Jim Dinamita

Topo – Vallecas 1996

Porretas – Y aún arde Madrid

Barón Rojo – Pobre Madrid

Joaquín Sabina – Yo me bajo en Atocha

Producido por Chris Tsangarides

Tsangarides

Chris Tsangarides

Tsangarides era el chico para todo en los Morgan Studio de Londres cuando uno de los ayudantes que trabajaban con un grupo nuevo enfermó y el productor le pidió ayuda. Aquella primera experiencia como ingeniero le dio el empujón que necesitaba: estamos hablando del Sad wings of destiny de Judas Priest y el año 1975.

A partir de esa experiencia, comenzó a encargarse de manera continuada de diferentes artistas como ingeniero de sonido. En una de esas sesiones, con Coliseum II, conoció a Gary Moore. Un tiempo después Gary debutó en solitario y llamó a nuestro protagonista para darle el mando de su Back on the street (79), primero con Tsangarides como principal responsable y productor. A Gary le produjo numerosos discos a lo largo de los años: Dirty fingers (84),  Scars(02) o Back to the blues (01).

Gary Moore – Parisienne walkways

En aquellos primeros años conoció a otro personaje singular, mister Phil Lynnot, con quien trabajó en sus andanzas en solitario y en los dos últimos de Thin Lizzy, Renegade (82) y Thunder&lighting (1983), así como en el directo Life live.

Thin Lizzy – Cold sweat

Aquellos primeros años ochenta pillaron a Tsangarides en el meollo de la NWOBHM y el renacer de una estirpe heterogénea de grupos de metal. Trabajó con Tygers of Pan Tang en Wildcat (80) y Spellbound (81), con Anvil en Metal on metal (82) y Forged in fire (83), con las Girlschool en Screaming blue murder (82) o Yesterday and Today en Mean Streak (83). Barón Rojo tuvieron el acierto y la fortuna de tenerle para su directo Barón al rojo vivo (84).

Barón Rojo – Concierto para ellos

Anvil – Metal on metal

Y&T – Mean streak

El final de la década y el comienzo de los noventa le llevaron a ser un elegido del mainstreem metalero. Así, como productor o ingeniero de sonido, participó en uno de los mejores de Judas Priest, Painkiller (90), el debut en solitario de Bruce Dickinson, Tatooed millionaire (90), el mejor álbum de Black Sabbath con Tony Martin, The eternal idol (87) o el Conspiracy (89) de King Diamond.

Judas Priest – Painkiller

Poco a poco, Chris fue decantándose por bandas alejadas del metal, y, salvo contados escarceos, apenas puso su nombre en obras del género. Tan solo Malmsteen le tuvo a los mandos en tres de sus obras de finales de los noventa, como Magnum opus (95), Inspiration (96) y Facing the animal (97).

La buena nueva para todos nosotros es que durante los últimos años ha vuelto a coquetear con bandas del género, como sus amigos de Anvil (This is thirteen, 09) o Tokyo Blade (Thousand men strong, 11). Hace poco vio la luz su colaboración con Quireboys… ¡esperamos ansiosos otro nuevo disco, man!

 

Actualización: lamentablemente, Chris falleció el mes de enero de 2018. Larga vida al rock y larga vida a su música.