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Yo soy yo: canciones de autoafirmación.

Ego, independencia, autoafirmación, empoderamiento, determinación, yoísmo. Llámalo como quieras. En algún momento de nuestra vida necesitamos separar nuestra persona, nuestro cuerpo, el alma, nuestro ser y afirmarnos: YO SOY. Yo, este cacho de carne, tengo valor, tengo opinión, tengo algo que decir. Mírame.

Y ese espíritu puebla las canciones que hoy compartimos, letras para autoafirmarse, para gritar bien algo «soy yo».

Como siempre… ¡dale al play!

The Who – I am one

Como parte del proceso que Jimmy atraviesa en Quadrophenia (1973) hay un momento de aisclamiento, de reconocer la propia individualidad más allá de la pertenencia a un grupo o a una forma de vida. En cierto modo, soledad, vacío, donde, al final, me encuentro: «And I can see/That this is me/And I will be/You’ll all see/I’m the one»

Pearl Jam – I am mine

Surgida de la reflexión tras la muerte de varias personas en un concierto de la banda en Dinamarca, Eddie Vedder comparte la sensación de miedo y, a la vez, de esperanza en la individualidad que esas muertes arrebataron. «I know I was born and I know that I’ll die/The in between is mine/I am mine». Parte de Riot Act (2002).

Graham Nash – Be yourself

En su primer disco en solitario, Songs for beginners (1971) el infinito Nash hizo una reflexión que, hoy en día, sigue siendo actual. El espejo no engaña: mira dentro de tus ojos y entiende que nadie tiene que manipularte: «Be yourself/Be yourself/Then you can free yourself/Free yourself». Entender nuestra identidad nos permite acercarnos a la felicidad, en cierto modo.

Doro – I am what I am

«I’ll take my chances/Only I know best/When it all gets down to me/When it all gets down to me/I Am, What I Am/And no one’s gonna tell me where or when/’Cause I Am What I Am». No tengas dudas: al final soy lo que soy y aceptarme es la mejor forma de salir adelante en los malos momentos. De Force majeure (1989).

The Answer – Be what you want

En su debut Rise (2006) estos jóvenes irlandeses ya nos animaban a ser nosotros mismos, a buscar qué queremos y ponerlo entre nuestras prioridades: «You’ve got to be just what you want/You’ve got to be what you want/Why can’t we be just what we want/You’ve got to be what you want»

Audioslave – Be yourself

Una canción muy personal, donde Chris Cornell reflexiona sobre su propia identidad y lo difícil que relacionarse con los otros. Solo siendo tú mismo puedes salvarte. «And be yourself is all that you can do/To be yourself is all that you can do/Someone finds salvation in everyone/Another only pain». Del segundo disco de Audioslave titulado Out of exile (2005). Fantástico vídeo.

Twisted Sister – I am (I’m me)

La rebelión: he descubierto lo mal que me tratas, el engaño, he llegado al límite. Ahora yo digo: «It’s my life I’m living/I’ll live as I please/I am, and I’ll be/I will, you’ll see/I am, and I’ll be/I am: I’m me». Declaración ruda y sincera de Dee Snider en el álbum You can’t stop rock n’ roll (1983).

Queen – Keep yourserlf alive

Para su debut de 1973, «la reina» compartió una reflexión nacida de su lucha por conseguir el éxito, por vender el alma a cambio de trepar a lo más alto. Lo importante eres tú, así que protege lo que eres en ese camino a la riqueza y la fama. «Be a superstar/But I tell you just be satisfied/Stay right where you are/Keep yourself alive, yeah». Mantente vivo siempre.

Uriah Heep – Look at yourself

Y una reflexión parecida nos dejaron Uria Heep en su Look at yourself (1971). «You’ve got a friend, just/Look at yourself/Don’t be afraid, just/Look at yourself». El álbum se presentaba con una portada en forma de espejo para incidir más en el mensaje. Si no te miras a ti mismo, si no te encuentras y entiendes, lo demás no importa, nunca podrás escapar.

Bryan Adams – Here I am

Es curioso cómo el tema de la identidad se cuela en cualquier estrato. Para arrancar la banda sonora de Spirit: stallion of the cimaron (2002), una película, en principio, para edades infantiles o adolescentes, Bryan Adams puso al protagonista en primer lugar, haciéndole partícipe de su identidad: «Here I am this is me/There’s no where else on earth I’d rather be». Yo soy lo que soy aquí, en este sitio, en el ahora.

Halestorm – I am the fire

Para cerrar, esta reflexión que Halestorm grabó en Into the wild life (2015): «I am the fire/I am burning brighter/Roaring like a storm/And I am the one I’ve been waiting for». Yo soy mi propia salvación, mi propia luz y por fin me he encontrado.

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Bad English. Una aventura de egos, dinero y música.

La historia del grupo de breve vida Bad English se puede contar de muchas maneras. A mí me gusta pensar en aquellos años como un cruce de caminos, un cruce de vivencias con sus músicos como principales protagonistas.

El primero de todos, y quizá el principal, fue el cantante John Waite. Tras la desbandada de su anterior grupo, The babys, comenzó su carrera en solitario en 1982 con Ignition y cierto éxito gracias al single Change (compuesto por Holly Knight). Logró, ahora sí, el número uno con el tema Missing you de su siguiente No brakes (1984); el álbum superó el millón y medio de copias en Estados Unidos. Se mantuvo en el candelero con el siguiente Mask of smiles (1985), apareció en la banda sonora de “¿Qué pasó anoche?” y con su cuarto Rover´s return (1987) la compañía decidió dar el golpe. En este disco incluye, entre otros, la participación de estos hitmakers: Desmond Child componiendo y produciendo el tema These times are hard for lovers; Diane Warren compone la popera Don´t lose any sleep; Charlie Midnight (nominado al Grammy por Living in America, de James Brown) aportando Sometimes. Waite acabó su contrato con EMI y firmó uno nuevo con Epic Records.

En esta tesitura, el propio John o su compañía o su A&R decidieron que era el momento de montar una banda de rock. Estamos en 1987 y las listas de éxito estaban plagadas de peludos y roqueros vendiendo toneladas de discos y haciendo de las peluquerías el negocio del siglo. A John se le ocurre llamar a su colega Jonathan Cain. Y aquí tenemos el primer cruce de caminos. Porque no se le ocurrió recurrir por casualidad a Cain. Ambos habían trabajado juntos en The Babys y Cain era teclista y compositor de algunos de los mejores discos de Journey.

Guitarrista, teclista, cantante y compositor, Cain se unió a The Babys tras su tercer álbum, en 1979. La banda estaba consolidada como un grupo con cierto éxito a ambos lados del Atlántico, haciendo giras por recintos medianos y teloneando a las estrellas de la época. Cain participó en los últimos dos discos de la banda, Union Jacks y On the Edge, ambos editados en 1980. El grupo se rompió y Cain se enroló en Journey. La banda dio el salto definitivo al Olimpo del Rock, en el que ya tenía metido medio cuerpo metido, con sus dos álbumes de estudio más vendidos: Escape (1981) y Frontiers (1983). El último disco de la banda en los ochenta se tituló Raised on radio (1986) alcanzó el puesto número 4 y despachó rápido 2 millones de copias. La banda se tomó un descanso tras la gira, dejando a Cain a finales de 1987 sin una banda y colaborando con diversos músicos: The Hunger (Michael Bolton) y Freight train heart (Jimmy Barnes). Y ahí es donde recibe la llamada de su colega Waite para colaborar. De hecho, el propio Waite afirma que, en realidad, Cain fue el verdadero fundador de Bad English.

John Waite dibujado por Lewis Depalma https://www.facebook.com/luis.depalma.988

Y de la mano de Cain se enroló en ese proyecto su amigo Neil Schon, al que ya dedicamos un extenso post que puedes leer en este enlace. Poco después se añadieron Ricky Phillips al bajo, colega de The Babys, y Deen Castronovo a la batería, sangre fresca que se ganó el puesto en una única audición.

Con (casi) un cheque en blanco por parte de la compañía de discos, que debía de estar frotándose las manos, comenzaron a componer. Aunque la mayoría de los cortes los firman Cain y Waite, con la colaboración de Schon, aparecen invitados: Mark Spiro , Martin Page, Todd Cerney y dos canciones externas, la archiconocida balada firmada por Diane Warren (When I see you smile) y la elegante Don’t walk away de Andy Hill, Peter Sinfield. La elección del productor no debió de ser fácil. Waite siempre ha tenido buenos productores en sus aventuras: en The Babys contó con Bon Ezrin, Ron Nevison o Keith Olsen; en solitario, con Neil Giraldo (Pat Benatar) o Frank Filipetti (Foreigner, Survivor). Y ellos mismos estaban curtidos y tenían experiencia. Pero decidieron poner a los mandos a Richie Zito. Zito acompañó a Neil Sedaka y Elton John como músico, participó en la primera mitad de los ochenta en numerosas bandas sonoras (Scarface, Flashdance, Detective en Hollywood, Águilas de acero) y, como productor, había firmado, entre otros, discos con Berlin, Joe Cocker, Eddie Money o Cheap Trick. Después, se fraguó cierta carrera en el hard rock: White Lion (Mane attraction), Heart (Brigade), Cher (Love hurts), The Cult (Ceremony), Ratt (Ratt) o Poison (Native tongue).

El disco debut y homónimo de Bad English despachó hasta siete singles, tres de ellos en el top 40: When I see you smile (Diana Warren) alcanzó el número 1, Price of love, se metió en el top 10, y Possession. El primer single, Forget me not, trepó hasta el 45. Editaron, además, Heaven is a 4 letter word, Don’t walk away (solo en UK) y Best of what I got (para el circuito de “radio rock” y sonó en la película Tango&Cash). Junto a estas, Tough times don’t last, en una honda a los primeros FM, ese rollo de hard rock elegante con melodías pegadizas, Ghost in your heart, un medio tiempo con excelente teclado y arreglo de guitarra, la balada Price of love, la cañera Ready when your are, con una buena introducción de batería y un rollo Bad Company sabroso y ese riff cortado fantásico, Lay down, una vacilada con aroma a los Aerosmith ochenteros, The restless ones, con uno de los mejores estribillos del disco y Rockin’ horse, un riff que adoraría Billy Duffy, con un rollo muy inglés y, de nuevo, aroma a Free/Bad Company.

Tras una gira no muy extensa, volvieron al estudio. Aunque la idea era repetir con Richie Zito en la producción, no pudieron o no quisieron esperar a que terminara su trabajo con White Lion. Eligieron a Ron Nevison. Por lo visto la experiencia en el estudio no fue divertida; tuvieron que parar, tomarse unas semanas de descanso y volver con canciones “mejores” y otros ánimos, obligados por el exigente Ron. Desde que entraron en el estudio hasta que entregaron el máster pasaron casi seis meses. La composición fue problemática, la elección de las canciones también y la producción se alargó más de lo que los protagonistas hubieran deseado. Ellos querían grabar rápido y volver a la carretera. El álbum se tituló Backlash (1991) y cuenta como principales compositores a John Waite y Jonathan Cain junto a varios invitados. Repite, cómo no, Diane Warren en una balada y reclutan a Russ Ballard, Mark Spiro y Jesse Harms. Schon firma en tres canciones nada más. Destacan la inicial So this is Eden, con un fantástico Waite; Straight yo your heart, con uno de los mejores momentos Schon; el buen medio tiempo Time stood still; el momento endurecido de Dancing off the Edge of the world seguido del AOR fantástico de Rebel say a prayer. En general, encontramos poca chicha ruidosa y mucha melodía decorada con melaza, pero no por ello es menos disfrutable. El medio tiempo Savage blue, con otra gran línea de bajo y genial Schon, la balada de manual Make love last, con su inicio lento, un pequeño crescendo, otro solazo, bien acabada, y el cierre con algo de garra de Life at the top.

Pero la historia no dio para más. Waite se encargó de hacer promoción del disco. En una entrevista afirmó abiertamente, a pregunta del periodista, que la banda se había tomado un respiro para acometer otros proyectos: “creo que todo esto debería ocuparnos las Navidades y entonces deberíamos juntarnos y hacer algunos conciertos. Si esto no sucede, entonces sería el final de la banda”. Y añadió: “Todo el mundo está nervioso y necesita un tiempo por su cuenta. Ha sido un periodo largo trabajando en el estudio y ahora es momento de retirarse un poco. Si alguien impone su propio interés, entonces no es Bad English”. Y, respecto al disco, pensaba: “el nuevo disco es genial, el trabajo en el ha sido bestial y un reto. He disfrutado en esta banda, de lo contrario no promocionaría el disco”. Pero lo cierto es que el propio Neal Schon había afirmado antes siquiera de aparecer oficialmente Backlash que no habría continuidad. Sobre esto, Waite, quien al parecer tenía especial interés en continuar con Bad English, comentó “Conozco a Neal, es un tipo de carácter emocional; tan rápido como se va de una banda vuelve a ella”. En entrevistas recientes, Waite afirmó “todo el mundo era muy profesional, viajábamos por separado y realmente no hablábamos entre nosotros. Todo el mundo hacía lo suyo y se iba a casa”. Sobre su “amigo” Cain afirmó también: “siempre se iba temprano y llegaba tarde; entonces era una persona difícil de tratar”.

Caminos separados. Schon se llevó a Castronovo a grabar el debut de Hardline. Waite volvió a su carrera en solitario (Temple bar, 1995). Ricky Phillips grabó la colaboración de Coverdale con Page. Cain lo intentó en solitario hasta que volvió a juntarse con Schon en la nueva encarnación de Journey, en 1995, a la que pronto se uniría Castronovo.

Una breve aventura que nos dejó dos discos excelentes y una historia que contar.

Canciones inspiradas en el Cid

Para una generación, Mío Cid se asocia a Charlton Heston; para otra, a Ruy, el pequeño Cid. Y, quizá, para unos pocos a la obra literaria «Romancero e Historia del mui valeroso caballero el Cid Rui-Diaz de Vibar». Añado el poema Castilla de Antonio Machado. ¿Dónde estás tú?

En cualquier caso, la figura del Cid presenta cierta controversia. Ha sido objeto de manipulación y uso interesando desde mediados del siglo pasado, dando una imagen equivocada de «defensor de la patria» o «matamoros» para transmitir un mensaje acorde a la ideología imperante en la dictadura. Esta imagen apenas ha cambiado en el ideario actual, siendo nuestro protagonista aún valedor de la hispanidad y el orgullo patriótico. Y es curioso, porque el mismo término «Cid» viene del árabe. Mío Cid combatió (casi) indistintamente junto a moros y cristianos, según su interés. Quizá por ello, al homenajear al héroe medieval de famoso romance en el hard rock y el heavy metal encontramos muchas tonadas de grupos nazis y de corte fascista, que aquí intentamos obviar.

Es una pena, también, que a veces olvidemos nuestra propia Historia e, incluso, menospreciemos nuestras tradiciones en favor de otros mitos y acontecimientos «extranjeros». Una muestra de eso ya la tratamos en nuestra selección de canciones sobre mitos y leyendas, por ejemplo.

Dicho esto, compartimos hoy una serie de canciones donde se ensalzan sus aventuras desde una perspectiva (casi) mítica, el héroe, el legendario. Algunas muy conocidas y, como de costumbre, algunas inusuales. Por cierto, hay lagunas históricas, meteduras de pata, licencias literarias y mucha imaginación. Los títulos no son muy originales tampoco. Esto es arte, baby.

Avalanch – Cid

Incluida en el segundo largo de la banda, Llanto de un héroe (1999), resulta una de las mejores de esta colección. La voz de Víctor García y las guitarras de Alberto Rionda siempre en mi equipo. Sitúan a Cid en el momento del destierro: «Castilla por ti/Mi vida entera perdí/Y ahora mi rey me arroja al destierro/Y me aleja de ti».

Dragonharp – El Cid

Curiosa letra en inglés, ahondando en el Cid como salvador del reino: «Fight with courage and then bent/Bannerman, come, play the game/Take your horse and show your strength/Don’t escape, this is the game/May death do not stop El-Cid». La banda, italiana, está comandada por Rossana Monico. La canción aparece en el EP Let the dragon fly (2016).

Crack – Marchando una del Cid

En 1979 estos asturianos editaron su único álbum Si todo hiciera crack donde incluyeron este corte, titulado, supongo, con cierta sorna. Sitúan a Rodrigo en el destierro, aunque, en realidad, la aventura que narran es lo de menos y debemos disfrutar del excelso trabajo instrumental. «Por el rey desterrado un año estaré/abandono Castilla pero no por infiel».

Pirámide – El Cid

Inspira (de nuevo) el personaje un instrumental intenso a esta banda argentina en su álbum Máquina de la Eternidad (2002).

Los Relámpagos – Babieca

Y otro instrumental. Este, compuesto por Jose Luis Armenteros, apareció en lo que sería el primer larga duración del grupo, Los Relámpagos (1965). Curiosa dedicatoria al caballo de nuestro Campeador en su tónica de narrar con música cuentos e historias populares. Dicen que se inspiraron en The Shadows y su homenaje al caballo Mustang.

Dark Moor – Mio Cid

Con paso militar comienza esta canción del álbum Ancestral romance (2010) para alabar al caballero «hero and honoured great warrior/who serves without treason/he guards both Islam and Christ/in what he thinks in reason». El Cid muerto combatiendo en su caballo cierra la imagen clásica de su vida también aquí: «cabalga yerto/y gana la lid/después de muerto/Oh, Mío Cid!».

Tierra Santa – Legendario

Comprando el mito del guerrero cristiano de La Reconquista, los riojanos incluían este corte en el álbum de mismo título de 1999, segundo de la banda. «Le llaman El Cid/y lucha por reconquistar/para su rey/la tierra que hoy está en manos del invasor».

Metallium – Revenge of Tizona

Desde Alemania, esta banda de power metal nos trae a la mítica espada de nuestro héroe. «I am here/revenge of Tizona/feel the Fear/my vengeance will go far». Formó parte de Hero Nation – Chapter three (2002).

Trauma – El Cid

Desde Costa Rica nos llegó este relato metalero del destierro y el perdón del rey. Lo grabaron en 1997 en un álbum de igual título. «Eran grandes sus amores/su esposa, sus hijas y el rey/pero debía partir de Castilla/para implantar su propia ley».

Para realizare esta selección me he basado, y os recomiendo su lectura, en tres obras: «Reflexiones en torno a la transmisión, pervivencia y evolución del mito cidiano en el heavy metal» de Alfonso Boix Jomaní, «Presencia del Cid en el Heavy Metal en relación al auge y al declive de algunos de sus subgéneros» de Amaranta Saguar García y «La literatura en el Heavy Metal» de Marcos Azzam Gómez.

Y, para cerrar, dos curiosidades. La primera, un rapeo con base medieval; la segunda, un poco de Ruy, el pequeño Cid. De nada.

Canciones inspiradas en El Señor de los Anillos.

Hoy en día, ser fan de una obra LITERARIA del calibre de El Señor de los Anillos no es fácil. O sí. Depende, claro, de cómo se enfoque: apuesto un orco a que muchos «fanes» de los personajes y las historias de Tolkien no han abierto el libro nunca. La magia del cine, claro. Para quienes mamamos aquellas historias en papel (tres gruesos volúmenes) y fuimos friquis raros muchos años, el advenimiento de tanto turista a la Tierra Media no fue agradable necesariamente. Se estaba mejor antes.

En cualquier caso, la pasión por los héroes y los villanos de El Señor de los Anillos ha fascinado a nuestros músicos desde su más tierna juventud. Y aquí nos dedicamos a recopilar unas cuántas canciones inspiradas en aquellas letras negras sobre papel blanco. Algunos clásicos (de sobra conocidos) mezclado con sorpresas y curiosidades.

Friqui Rock Metal en toda su plenitud.

Como siempre… dale al play.


Saurom – Regreso a las Tierras Medias

El propio nombre de la banda (originalmente, Saurom Lamderth) ya confiesa la inspiración de estos gaditanos. Ocuparon buena parte de su discografía inicial en los personajes y las narraciones de Tolkien. Aunque su debut, El guardián de las melodías perdidas (2001), coincidió con la primera parte de la trilogía fílmica, y a la par que ella fue editando sus siguientes obras, muchas de las canciones que lo formaron, como esta, se grabaron en distintas maquetas desde unos años antes.

Bob Catley – The wraith of the Rings

Alejado de sus imprescindibles Magnum, el voceras Catley dedicó su tercer disco en solitario (Middle Earth, 2000) a las aventuras de los personajes de nuestra trilogía protagonista. Compuesto y producido por Gary Hughes, solo puede sonar bien.

Azrael – El hechizo de Galadriel

Cerraban su debut Nada por nadie (1996) con esta hermosa y breve pieza instrumental en honor a la elfa Galadriel.

Camel – Nimrodel/The procession/The white rider

Ni cortos ni perezosos, para su disco Mirage (1974) se marcaron ni más ni menos que una mini ópera roquera de casi diez minutos dividida en tres partes intentando desarrollar la transformación de Gandalf de Gris a Blanco. Emotivo y no carente de cierta magia.

Glass Hammer – Song of the Dúnadan

En 1993 este dúo estadounidense (Steve Babb y Fred Schendel) grabó un álbum, Journey of the Dúnadan, protagonizado por Aragorn, quien narra en una ópera rock su visión de las desventuras narradas en la trilogía. El buen resultado del álbum y la recepción les llevó a intentar repetir el experimento con las obras de C. S Lewis, pero eso es otra historia.

Dark Moor – Starsmaker (Elbereth)

La épica particular de esta banda no podía dejar de lado tan magna obra. En su tercer álbum, The gates of Oblivion (2002), hacen referencia al poema A Elbereth Gilthoniel que aparece (hasta tres veces) en El Señor de los Anillos.

Ten Years After – Hobbit

Estos británicos, con mucha sorna, titularon así al solo de batería que Ric Lee se marcaba en directo y que escuchamos, en esta ocasión, en un concierto de 1975. Lo dejaron para la posteridad en el álbum Recorded Live de 1973.

Bo Hanson – Living Shire

Esta es una de las aventuras fantásticas que he descubierto documentando este post. El multi instrumentista sueco Bo Hanson grabó en 1970 un álbum instrumental titulado Sagan om ringen. Efectivamente, Hanson es sueco. Tal fue el éxito, que dos años después se publicó en el Reino Unido con el título Music inspired by Lord of the Rings.

Mostly Autumn – Riders of Rohan

Y, de igual modo, estos británicos dedicaron su cuarto disco a nuestros protagonistas con el original título de Music inspired by The Lord of the Rings. Teclados, flautas, pianos, programaciones y algunas guitarras. Recomendable (y curiosa) escucha.

Led Zeppelin – Ramble on

¿En qué no se habrán inspirado Led Zeppelin? Los escenarios de El Señor de los Anillos ocuparon varias de sus tonadas, entre las que rescatamos esta del Led Zeppelin II (1969). «How years ago in days of old/when magic filled the air/’T was in the darkest depths of Mordor/I met a girl so fair/But Gollum, and the evil one/crept up and slipped away with her».

Rush – The necromancer

El batería Neil Pearl, responsable de las letras de Rush, hace referencia al Nigromante (The Necromancer) y a tres viajeros, que no son otros que Frodo, Samsagaz y Gollum, a su llegada a Willodale. La canción se divide en tres partes: Into darkness, Under the shadow y Return of the Prince. La escuchamos en Caress of steel (1975).

El Reno Renardo – Camino a Moria

De regalo, esta ¿obra de arte? La letra más irreverente que encontraréis sobre el viaje mítico sobre la música de la canción Camino a Soria de Gabinete Caligari. Impagable. «Me llevo pal camino un bocata de foagrás/y vamos toda la peña cantando Manowar»

Lo mejor de UFO… con Vinnie Moore.

Moore-Parker-Mogg-Raymond

A comienzos del 2003 UFO estaba más muerto que vivo. Tras unos años guiados por la brújula desmagnetizada del guitarrista Michael Schenker (te alabamos, óyenos), Phil Mogg (cantante) decide atarse bien fuerte los pantalones, calarse el sombrero y montar el caballo huesudo de ahí en adelante. Schenker le cedió los derechos del nombre, cerrando otro capítulo de la muy larga Historia de la banda, un capítulo que algún día repasaremos también.

Como Mogg necesita volver a los escenarios, comienza buscando otro guitarrista. La primera opción fue John Norum. El noruego aceptó encantado (UFO es una de sus bandas fetiche) y comenzaron a hacer planes, pero la oferta de reunión de Europe dejó en conato a estos UFO. Vinnie Moore se presentó como voluntario en este contexto, aportando varias composiciones que, pensaba, cuadrarían con los gustos y las intenciones de Mogg. Y no se equivocó. Resulta, cuando menos, curiosa esta mezcla, en especial el interés, casi de fan, con el que Moore se acercó a Mogg. Uno de los guitarristas más célebres de aquello que se llamó shred en los ochenta, había editado hasta entonces seis discos en solitario (instrumentales) y su participación en otras bandas se resumía al álbum debut de Vicious Rumors (Soldiers of the night, 1985) y a colaboraciones puntuales, como en Hey Stoopid (1991) de Alice Cooper. No era, precisamente, un hombre de banda.

Pero Mogg no se lo piensa, acoge al guitarrista a su lado y llama a Paul Raymond (teclista) y Pete Way (bajista) para comenzar a trabajar en un nuevo álbum, el del (nuevo) retorno. En el fondo, UFO es el famoso eterno retorno. La plaza de baterista recae, sin muchas vueltas, en Jason Bonham. Este quinteto comenzó la aventura que hoy compartimos, los años de Vinnie Moore mandando en la composición y el arte de UFO a través de seis discos de estudio.

Vinnie Moore of UFO (Photo by Burak Cingi/Redferns via Getty Images)

Y este viaje arranca con You are here (2004), un álbum equilibrado donde brillan especialmente Moore y Mogg. Bonham y Way hacen muy buena pareja y la producción de Tommy Newton le sienta muy bien al grupo. Comienza con un guitarrazo de Vinnie en When daylight goes to town, de excelente melodía, que resume lo que va a venir después. Destacan  a su lado I was born on a rolling train, Black cold coffe (riffazo) y Give it up, esta con un combinación especial de Raymond con el guitarrista y Mogg en su mejor versión. En The wild one suenan a los «viejos» UFO, muy Schenker la guitarra, dejan un toque bluesrock en Call me y aportan dos medios tiempos, Mr Freeze y Sleeping away (casi pop esa melodía y ese estribillo). Y no puedo dejar de destacar una maravilla como Baby blue, con sus acústicas iniciales y esa pegajosa melodía.

Para The monkey puzzle (2006) regresa Andy Parker (batería). Será el último que grabe Pete Way; ya no podrá seguir el ritmo de sus compañeros por sus diversos problemas de salud. El disco destaca por una producción muy limpia y una ejecución tranquila y precisa. Comienza, curiosamente, con un corte muy David Lee Roth, con Mogg fraseando en Hard being me, canción pegadiza de buen estribillo. Agresividad en Heavenly body (pocas veces Phil ha cantado con esa oscuridad) y Black and blue, compuesta por Raymond. El pasado Schenker se cuela en Down to the river y Who’s fooling who. De mis favoritas, Drink too much y Rolling man.

Contaron con Peter Pichl para hacerse cargo del bajo en The visitor (2009). Repite Tommy Newton en la producción, manteniendo una línea sonora con sus obras anteriores, aunque quizá esta sea menos intensa, más comedida. Raymond aporta una agradable balada, Forsaken, y un rollazo blusero en el corte On the waterproof. Aroma Coverdale en Saving me, caña en Can’t buy a thrill y momentos southern en  Rock ready. La juguetona Living proof, de fantástico riff y gran solo, y Stop breaking down, un puntito por delante del resto.

Seven deadly (2012) tiene una producción más agresiva, tanto en las guitarras como en el ataque de Mogg. Prueba de ello lo tenemos en el comienzo cañero con Wonderland (riff bestial), Flight night y Mojo Town, con un rollo setentero, coro femenino incluido y bestial solo de Moore, coro que regresa, por cierto, en Angel station. Riffazo (¿cuántos van?) guiando The last stone rider, aunque los mejores momentos de Vinnie estén, quizá, en Steal yourself y Burn your house down (bestial). De nuevo, Raymond aporta una joya setentera, The fear, armónica de regalo. Bonito cierre Waving good bye.

Estos años de estabilidad, quizá el periodo más largo en la Historia de UFO, en buena parte por la continuidad del núcleo duro (Mogg-Moore-Raymond-Parker) y su alianza con Newton a los controles, se rompe un poco con A conspiracy of stars (2015): coge los mandos en el estudio el clásico Chris Tsangarides. Y aunque el sonido cambia (mayor protagonismo de la batería y el teclado, coros más elaborados), es un cambio continuista, sin grandes rupturas. Se suma como miembro oficial al bajo Rob de Luca, quien, además, aporta dos buenas composiciones: la inicial The killing kid y One and only (quizá la mejor interpretación de Mogg). Raymond, en esta ocasión, se conforma con añadir a la colección The real deal (cómo no, viaje a décadas pretéritas). El resto lo ponen Moore y Mogg: ojo con Ballad of the left hand gun, la elegantísima Sugar cane, el riff y el estribillo de Devils in the detail o la excelente interpretación de Paul (y, otra vez, Vinnie) en Precious cargo.

La última entrega en estudio de UFO, The Salentino cuts (2017) se rellena con doce versiones dispares. Aportan sorpresas o, al menos, referencias poco esperables: Mad Season (River of deceit), Tom Petty (Honey-Bee) o John Mellencamp (Paper in fire). Añaden canciones de sus años jóvenes: Heartful of soul (The Yardbirds), Break on through (The Doors), The pusher (Steppenwolf), Mississipi Queen (Mountain) o Rock candy (Montrose). Curiosa la versión del Just got pide de ZZ Top. En general, una curiosidad entretenida.

Y si mi opinión cuenta algo, este periodo de la banda no es peor que otros del pasado. Moore y Mogg hacen una pareja compositiva brillante. El guitarrista, además, personaliza todos los cortes de estas obras, sin duda alguna, dejando una huella especial, pero sin arrebatarle personalidad histórica a UFO. Andy Parker y Paul Raymond demuestran estilo y oficio, no fallan y aportan siempre. Buenas canciones, solos brillantes y un cantante que, con su incipiente vejez, pierde parte de la energía de la juventud, pero lo compensa con saber, estilazo y experiencia. Mis favoritos, You are here y A conspiracy of stars.

La aventura de UFO parece que no vaya a dar más capítulos. Paul Raymond falleció en 2019 de un ataque al corazón y poco después lo haría Pete Way. El 1 de marzo del 2020 (justo al comienzo de esta pandemia en la que vivimos aún) UFO dio su último concierto, en el Rock Legends Cruise, colofón a su gira de despedida. ¿Esta será de verdad?

Larga vida a UFO.

Retornos sonados del rock.

Cuernos

La mayoría de las veces dicen volver por amor: se echan de menos o que tenían ganas de trabajar juntos de nuevo o que ahora ha surgido la chispa adecuada. O que me muero de aburrimiento y, mira tú, vuelvo a cas a que mejor que me pelen a que me ignoren. Pero, en verdad, el dinero ronda por todas estas reuniones más o menos genuinas, más o menos insinceras. ¿A nosotros, aficionados, oyentes, acaso nos importan las razones? Que nos saquen el dinero haciendo buenos discos y ruidosos conciertos. Si luego se aman o se odian, para ellos queda. Aunque en ocasiones segundas (y hasta terceras) partes no solo no son buenas, casi indeseables. Claro, que alguna excepción siempre encontramos.

He aquí una selección de esas vueltas y revueltas en el universo sonoro del rock y el metal. Tú dirás qué te parecen.

1. El retorno clásico

La banda se cerró. No hubo más discos, ni más conciertos. Pero un buen día se encuentra. En una boda, en una barbacoa. Y deciden aceptar un encargo, tal vez para un evento concreto. Y esa coincidencia les anima. Igual murió la razón del odio. Retornos clásicos hay donde elegir. Algunos se curran uno o varios discos juntos; sirvan de ejemplo los de Deep Purple (el Mark II de 1984) o Europe (2003). Otros hacen caja con una gira y «adiós muy buenas», como Héroes del Silencio (2007). Algunas bandas continúan su periplo desde entonces. Quizá el miembro díscolo fue expulsado definitivamente. Y no nos gusta señalar a nadie.

2. El retorno temporal

Esta variedad de retorno se da cuando una banda más o menos conocida mantiene su actividad de conciertos y álbumes perdiendo eso que llamamos «miembros originales». Pasados unos años, y cuando la situación lo permite, el line-up considerado original se reúne y nos deleita con una gira o alguna grabación. Tras el arrebato inicial o el llenado de caja esos miembros reciben de nuevo la patada y la banda continúa contratando en su lugar a otros músicos. Ejemplos de este retorno, el de Barón Rojo (2011) y el de Kiss (1996). Barón Rojo reunió la formación de sus primeros álbumes para una gira y una película documental durante varios meses; después Sherpa (bajista) y Hermes Calabria (batería) no fueron invitados a continuar en el grupo y los hermanos de Castro (Armando y Carlos) llamaron a otros músicos. En el caso de Kiss, tras varias giras y un álbum de estudio, los miembros originales Ace Frehley (guitarra) y Peter Criss (batería) fueron expulsados y sustituidos por otros músicos (y hasta hoy).

3. El retorno del hijo pródigo

Por alguna razón uno de los miembros principales del grupo se larga o es expulsado. Pasados unos años, tras el fracaso de ambos por separado, se produce el regreso. A veces vuelven a romper, otras continúan con más o menos amor y éxito (inseparables). Yo propongo como ejemplos el retorno de Rob Halford a Judas Priest (2003), el de Joey Belladona a Anthrax (dos veces, que ya tiene mérito, en 2005 y 2010) o el doble regreso de Bruce Dickinson y Adrian Smith a Iron Maiden (1999).

4. El retorno con muerto

Uno de los retornos más difíciles: uno de los miembros está muerto. ¿Qué hacemos? Hay dos variedades: sustituimos al muerto por otro músico o usamos un fantasma. Grupos que han regresado sustituyendo al desparecido hay varios, entre otros Led Zeppelin (en un par de ocasiones, la última en 2007 con Jason Bonham en la batería), aunque hay que reconocerles su cuidado con la memoria del Bonham original, o Alice in Chains (William Du Vall ocupó el puesto de Layne Staley en 2005 y hasta hoy). El retorno con fantasma más famoso lo protagonizaron The Beatles con su ficticia reunión de 1995: Paul McCartney (bajista), Ringo Starr (batería) y George Harrison (guitarra) grabaron una «nueva» canción con John Lennon (cantante para la ocasión y asesinado quince años antes) utilizando una maqueta de este último. Y no olvidemos a los Thin Lizzy sin Phil Lynott, tela.

5. El retorno sin nombre

Una formación se reúne tras varios años pero ¡oh, sorpresa! no pueden usar su antiguo nombre. El ejemplo arquetípico lo ofrecen Heaven&Hell: los miembros de Black Sabbath entre 1980 y 1982  no pudieron utilizar el nombre de la banda en su reunión de 2006, por lo que utilizaron el de su álbum más famoso. Los miembros de Yes son expertos en esto.

Canciones rock y metal para un cumpleaños diferente.

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¿Cansado/a de las típicas tonadas de cumpleaños?

Para celebrar un cumpleaños muy especial te proponemos esta selección, a nuestro estilo, unas cuantas canciones distintas para soplar velas, beber cervezas y comer asado. O zumo de arándanos y tofu, cada uno lo que quiera. Lo importante es celebrar. Igual Google nos dedica un día y todo. El día del heavyaños feliz. O del happymetal birthday.

Y no todas las coplas que compartimos son alegres y optimistas. Hay gente a quien cumplir años no le gusta. Le trae malos recuerdos, les hace sentirse solos o viejos. También lo celebramos con ellos.

Como de costumbre… ¡dale al play y sopla las velas!

The Beatles – Birthday

Abriendo la tercera cara del álbum blanco (White album, 1968) esta especial felicitación con las voces de Pattie Boyd y Yoko Ono (parejas por entonces de John Lennon y George Harrison). Canción para estar de fiesta todo el día «they say it’s your birthday/we’re gonna have a good time».

Lenny Kravitz – Happy birthday

Canción para empezar el cumpleaños «We’ll gonna celebrate the day that you were born/and we will start right with this song» y continuar con la celebración «we gonna cook you all the food we know you love/and wash it down with lots of beer» para acabar soplando velas y abriendo regalos. De su álbum Strut del 2014.

Steppenwolf – Happy birthday

Una revisión en clave sureña de la clásica felicitación, con un excelente adorno acústico y vocal. De su At your birthday party de 1969. Canción para felicitar con ternura «one more day for you to look/Happy Birthday, sweet, sweet baby».

B. B. King – Happy birthday blues

No podía faltar un poco de blues por aquí con esta especial felicitación de B. B. King a su chica «And where the fun with finally stops/everybody knows/girls it’s me and you/doing what we do»

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Chicago – Birthday boy

En su disco de 1980 Chicago XIV, incluyen esta canción contra la tristeza «Life can be easy ‘til the end, ‘til the end/that empty feeling won’t go away». Si estás en una mala racha no te preocupes, hoy es tu cumpleaños y tienes que ser optimista y pensar que las cosas cambiarán «Birthday boy, blow out the candles/good friends around you, you should feel O.K.» La canción tampoco es que sea una fiesta precisamente, pero la intención, ahí está.

Urge Overkill – Blackie’s birthday

Queda claro que «today Urge Overkill celebrates Blackie’s birthday» aunque no sea un buen día y sientas que el tiempo se va. Hay que mirar adelante, agarrar la vida y «fill your life with the love or lose it/like a’ rock ‘n roll music». Del álbum de 1991 The supersonic storybook.

Panda – Cumpleaños feliz

La banda de Monterrey realiza un hermoso tema con esa letra en recuerdo de la persona que ya no está con nosotros, a la que se recuerda «hasta el día que me muera». Con cierto aire de superación, aparece en su MTV Unplugged del 2010.

Kyuss – Happy birthday

En cambio los amigos de Kyuss no son capaces de olvidar con dolor «Happy, happy birthday/two years dead today/(…)/I can’t escape the memories/that haunt me every day and night». Del Sons of Kyuss de 1990.

Y si nos quieres desear el mal y que el chiringuito se cierre, como si celebrara el cumpleaños un o una expareja, un jefe maldito, una cuñada pesada, pues apúntate estos cortes tan (in)sensibles.

The Smiths – Unhappy birthday

No te quedes con las ganas y desea un auténtico cumpleaños infeliz con esta tonada «I’ve come to wish you an unhappy birthday/because you’re evil/and you lie». Casi nada.  Era 1987 y el álbum Strangeways, here we come.

NOFX – New happy birthday song?

Y para rematar la (no)felicitación esta sencilla y directa letra «happy fucking birthday/you’re not special». Para gente que odias. Aquí la versión de su segundo disco en directo They’ve actually gotten worse de 2007.

Y por si no has tenido bastante, o lo tuyo es más extremo, aquí te dejo a King Diamond felicitándonos el cumpleaños, una versión instrumental y metalera del clásico tema y un pequeño regalo de Deathlok.

Las enfermedades mentales en el rock y el metal.

Tan malo es permitir que las personas con enfermedades mentales vivan en un tabú social, la incomprensión y la discriminación, como frivolizar sobre ellas afirmando «padecer» algún tipo de trastorno para ser «moderno» o «distinto» y destacar en el mundo del arte. Y esto último (parece) habitual últimamente en el pop y la música mainstream, donde cada vez más artistas jóvenes exponen sin tapujos sus (supuestas) enfermedades. En cierto modo me alegro de que cada vez más se nos visibilice, aunque mantengo mis dudas si no será más que una cuestión de marketing para arrastrar a esos jóvenes (cada vez más) aislados y estigmatizados emocionalmente al consumo de un producto.

De todos modos, las personalidades con tendencia a padecer algún tipo de enfermedad mental y aquellas que han reconocido padecerla abundan en la ya larga Historia del rock y el metal. Se han creado obras magníficas e imprescindibles que en ocasiones abordaban directamente el problema, como The Kinks en Soap opera (trastorno de personalidad), lo utilizaban de transfondo para desarrollar una narración, como Pink Floyd en The wall (trastorno esquizotípico de personalidad) o, simplemente, sus protagonistas presentaban algún tipo de enfermedad, como Jim y Caroline en el álbum Berlin de Lou Reed. Echadle un ojo a este enlace para más detalles.

Así, hoy, nos hemos dedicado a seleccionar algunas canciones de lo más diverso cuya temática versa sobre alguna enfermedad mental o alguna persona que lo padezca. Hay muchísimas. Y si añadimos las que hablan del tema de manera indirecta o «parece» que hablan de otra cosa, vas a sorprenderte.

Como siempre, dale al play.

Mago de Oz – Los renglones torcidos de Dios

En su álbum Finisterra (2000) incluyeron esta canción, cuyo título e inspiración cogen de una obra literaria de Torcuato Luca de Tena. La letra describe en primera persona el sufrimiento del «loco» que vive encerrado y su imposibilidad para salir de su situación: «Ahogar la locura es como intentar/tapar y ocultar con un dedo el sol/parir pensamientos es como vaciar/solo con mis manos el mar».

Green Day – Basket case

«Sometimes my mind plays tricks on me» canta Billy Joe Amstrong en este single que catapultó a la banda a la fama mundial. Amstrong, diagnosticado de trastorno de pánico, escribió la letra contando sus ataques de ansiedad y las dudas sobre su propia vida que le producían «Am I just paranoid?/Or am I just stoned?». Del álbum Dookie (1994). El vídeo, por cierto, está ambientado en un centro psiquiátrico.

Fear of Missing Out – Empty

Vamos con algo muy especial. El álbum Disorders (2019), de la mano de Carlos Morales, está compuesto por siete canciones de corte progresivo con letras escritas por pacientes que padecen uno de los siete trastornos que se tratan. Una iniciativa cuyos beneficios van destinados a FEAFES Galicia y puedes saber más sobre este y otros proyectos que relacionan arte y enfermedad mental y contribuir en este enlace. Nosotros elegimos el corte dedicado a la anorexia, con la voz de Xela Rivera (Sweet Death).

Alice Cooper – Quiet room

Hablar de «enfermedad mental» y «Alice Cooper» es todo uno. Porque ha introducido personajes perturbados y enfermos en sus canciones y porque la propia persona tras el personaje (Vincent Furnier) ha padecido trastornos depresivos, adictivos y alimentarios a lo largo de su vida. Dedicó (al menos) dos discos enteros, con un trasfondo conceptual, a las enfermedades mentales. En 1975, Welcome to my nightmare relata los sueños y las visiones de un niño, Steven, en una infancia traumática. En 1978, From the inside narra los efectos de las paranoias y las adicciones del propio Cooper y su paso por un centro psiquiátrico en Nueva York. De este, elegimos el recuerdo de su «cuarto almohadillado».

Nirvana – Lithium

Las sales de litio se utilizan para el tratamiento de la manía, la depresión y la bipolaridad. Kurt Cobain dedicó esta canción a configurar una escena de paranoia en la que el protagonista amanece feliz «Because today I found my friends/They’re in my head» y «I’m so excited, I can’t wait to meet you there». Cobain padeció depresión y su fuerte adicción a la heroína pudo desencadenar todas estas imágenes. Parte del ya mítico Nevermind (1991).

The Doors – People are strange

Cuando un artista fallece y se convierte en un mito es complicado hablar de él. Y Morrison, seguramente, sufría algún tipo de trastorno depresivo o, quizá, un trastorno de personalidad. Por esto, u otras razones, sus experiencias con las drogas son ya míticas, igual que sus improvisaciones en el escenario o sus reyertas policiales. En el álbum Strange days (1967) la banda The Doors grabó esta canción en la que Jim habla de su alineación y la soledad que sentía.

Nine Inch Nails – Hurt

«I hurt myself today/to see if I still feel». Trent Reznor habla de las autolesiones y las mutilaciones autoinfringidas, acto relativamente frecuente en personas con depresión severa, trastornos de la personalidad y tendencias suicidas. El propio Reznor sufrió de depresión aguda, ansiedad y desórdenes de personalidad, asociados, también, al consumo de múltiples sustancias. Lo grabó en 1995 para The downward spiral. Johny Cash hizo una versión de este tema para su American IV (2002).

Pearl Jam – Bugs

Eddie Vedder compuso esta sencilla y estridente canción con un acordeón y sin doble intención. Narra un episodio de alucinación en el que cientos de bichos van ocupando la habitación, la piel y los orificios del cantante. «I got bugs on my skin/Tickle my nausea/I let it happen again/They’re always takin’ over/I see they surround me, I see…». El tema fue incluido en el álbum Vitalogy de 1994.

Pink Floyd – Brain damage

«There’s someone in my head but it’s not me». Otra banda que sabe de enfermedades mentales y que ocasionalmente habló en sus letras directamente sobre ello. En The dark side of the moon (1973) incluyeron esta clara referencia a la esquizofrenia: «The lunatic is in my head/you raise the blade, you make the change»..

The Who – Happy Jack

Pocas bandas han sacado tanto rédito artístico y comercial a las historias sobre personas con trastornos mentales y enfermedades «extrañas». Tommy (1969), quizá el primer disco conceptual en tener un éxito verdadero entre el gran público, está protagonizada por un niño, Tommy, ciego, sordo y mudo tras un trauma (ver a tu padre muerto y a tu madre cometer un asesinato no tiene que ser fácil de digerir). En 1973 volvieron con Quadrophenia, una retorcida mezcla de las personalidades de los cuatro miembros de la banda a través de la cabeza de un adolescente inestable enfrentado al mundo que le rodea. Sin embargo, elegimos esta tonada algo menos seria titulada Happy Jack (A quick one, 1966) en las que se recrea a un (supuesto) enfermo mental que conoció Townshend en su infancia.

Anathema – Lost control

La depresión y sus múltiples consecuencias se abordan en varias canciones de la banda, algunas incluidas en Alternative 4 (1998). La letra es impactante: «And it’s left me with a chemical dependency for sanity/yes, I am falling/How much longer ‘til I hit the ground?/I can’t tell you why I’m breaking down/do you wonder why I prefer to be alone?».

Sea esta una pequeña contribución a recordar y poner luz sobre las personas que sufren trastornos mentales de diverso tipo. Es imprescindible eliminar el miedo, la oscuridad, la vergüenza y el aislamiento que muchas veces padecen: no ser normal te convierte en un bicho, aún en el siglo XXI. Hagamos, con nuestro esfuerzo personal, que puedan vivir una vida lo más cercana a la felicidad posible.

El maltrato en canciones rock y metal.

Resulta increíble que algunas de estas canciones tengan más de treinta años. Imposible entender que algunas apenas unos pocos. Denuncian el mismo problema: la violencia machista, el maltrato del «más fuerte». El odio, el dolor, la soledad, el miedo, el abandono, la muerte, la cárcel. Y da igual si quieres llamarlo violencia intrafamiliar, mirar para otro lado o negar la mayor. Por cada mujer que sufre esta violencia nos hundimos, como sociedad, un poco más en la basura.

Ya le dedicamos un post a la violencia y el abuso infantil. Qué animales sin corazón hay por el mundo.

Una pequeña selección de grupos que cantan en nuestro idioma, de hombres que cantan sobre la violencia machista. Como siempre… dale al play.

Warcry – Cobarde

«Creyó que algún día él podría llegar a cambiar/soñó lo feliz que era con él/lloraba a escondidas intentando callar la verdad». A veces no es fácil pedir ayuda y luchar por cambiar al maltratador y esperar parece lo mejor. Pero, a veces, como en esta canción, el cobarde acaba asesinando a la mujer: «Maldigo al que pegue a una mujer/que el infierno se cebe con él». Parte de Alfa (2011).

Saurom – El príncipe

En su más que recomendable Vida (2012) dedicaron una canción hermosísima narrada desde la mente del maltratador: «Por mí dejaste de soñar/niegas la vida por amar/princesa mía deja de llorar/no hay esperanzas en tu corazón». El demonio que ves, «Gritan tus ojos pidiendo un por qué/y no existe ninguna una razón». Dramático vídeo.

Gritando en Silencio – Cadenas

Los sevillanos cantan con rabia «La última disputa fue a peor/y en su cuerpo queda aún el dolor/la sombra de sus ojos ya no es por sueño/es por un animal que dice ser su dueño». Gritan por la liberación, por la huida, por buscar soluciones, por ayudar «ya no llevará tus marcas/ni la harás llorar». Porque se puede tener otra vida. Del su tercer largo La edad de mierda (2015).

Asfalto – Melani

En su disco de 2017 Crónicas de un tiempo raro, Julio Castejón aborda con elegancia la vida de una mujer atrapada en una relación violenta: «evitando contrariar/engulle su dignidad/flexible como el bambú/si así no te enfadas tú». Donde hay dolor, no hay amor. Colaboran la gente de Dry River y John Helliwell (Supertramp).

Los Suaves – No le grites

«Maltratada por el matrimonio y los años», la protagonista de la canción acaba muriendo «mientras dormía» hinchada de gritos, reproches, pena y soledad. El maltrato no acaba con las palizas, con el abandono y el comienzo de otra vida. Las heridas quedan ahí, a veces ocultas, a veces bien visibles. La escuchamos en El Jardín de las Delicias (2005).

Reincidentes – Ay, Dolores

«Ya no se si soy mujer o soy una mierda/sumida en la sinrazón, despojada del valor/síctima de su miedo, del fracaso, de sus celos». Los sueños perdidos, la desesperación que se siente encerrada, encadenada a una relación humillante. Afortunadamente, en esta copla Dolores consigue salir, comenzar una nueva vida. «Por que la vida es un cuento/que hay que vivir al momento». De ¿Y ahora qué? del año 2000. Os dejo un fantástico vídeo en el que se interpreta la canción en Lengua de Signos.

Ska-P – Violencia machista

«No merece la pena mujer/tu pasividad/no merece la pena/ármate». Sin censura ninguna, como son ellos, Ska-P invitan a la rebelión, a dejar de lado las palizas y las violaciones en casa «Abandónale, que se pudra en soledad/ven, sal de ahí, date una oportunidad/rompe de una vez las cadenas, vuelve a la libertad». Con un claro recado «Mientras el mundo no quiera cambiar, autodefensa, mujer». Formó parte de Planeta Eskoria (2000).

Barricada – Obsesión

Y de la misma justicia por la propia mano hablan Barricada: «en la cama sabrás aguantar humillada debajo/y luego los críos también de la misma manera tratados». Pero una noche coge un cuchillo, «decidida a terminar». Se acerca a él «en la silla sentado/borracho está como siempre». La ¿mala? solución. Del álbum de 1988 Rojo.

Def Con Dos – Ellas denunciaron

El marido como un verdugo: «ya se lo advertí/si me denuncias te mato». Def Con Dos, en De poca madre (1998), ponen el dedo en la indefensión de la maltratada frente al poder físico y psíquico del maltratador. A veces la violencia y los abusos «son cosas de casa». Como bien preguntan: «¿cuántas mujeres al año saben que tienen sus días contados?».

Boikot – Diez metros bajo el suelo

Por cerrar el tema de la «justicia por la propia mano», dejamos esta canción algo distinta de Boikot, grabada en Tus problemas crecen (2004). Pone voz a una mujer que está en la cárcel tras asesinar a su maltratador: «Y no me importa estar encerrada/si hubiera sido yo no valdría nada/sun sigo viva aguanté tus golpes/reventando en mis entrañas tu miseria».

La Fuga – A golpes

Unos jóvenes cántabros cantan «miedo, la noche está cerca/sientes que se abre la puerta/tiemblas, suda tu cuerpo». Él, que llega a casa enfadado, se ha olvidado del amor, de la esperanza, de la humanidad. Y acabó en palizas y una vida (más) destrozada. Incluida en el segundo de la banda, del año 2000, titulado A golpes de rock and roll.

Lujuria – Espinas en el corazón

Los segovianos decidieron colaborar con la Asociación de Asistencia de Víctimas de Agresiones y Malos Tratos y donarles todos los beneficios de este single publicado en el año 2003. Lo incluyeron, después, en su directo ¡Únete al escuadrón 69! (2005). «El anillo de oro en el dedo/en grilletes se transformó/donde antes había caricias/cada día hay un moratón».

Stephen King: terror a ritmo de rock y metal.

¿Cuándo van a conceder el Premio Nobel de literatura a Stephen King? Una de las aventuras literarias más interesantes de los últimos cincuenta años, tanto por cantidad como por calidad. Igual es que no rima bien los versos libres. Sea o no merecedor de un premio tan sobrevalorado, Mr. King nos ha dado miles de horas de placer y terror a través de sus cuentos y novelas, además de las múltiples adaptaciones al cine y a la televisión que llevan su sello. Podríamos estar un fin de semana sin despegarnos del sillón.

Nosotros, aquí, hemos decidido brindarle un homenaje más que merecido seleccionando un puñado de canciones basadas en sus visiones alocadas, música nacida en diversas partes del mundo pero con el corazón puesto en algún pueblo perdido de Maine.

Y, como siempre, dale al play…

Lex Lüger – Christine

Teníamos que empezar esta selección con una canción de Rey del terror (2020) de Lex Lüger: un álbum dedicado por entero a la obra literaria de King y sus adaptaciones cinematográficas. Elegimos de entre todas la historia de Christine

Flaming Row – Jack’s destiny

La saga de La Torre Oscura ha dado mucho juego, como iremos viendo. Estos alemanes dedicaron su tercer largo The pure shine (2019) a resumir la historia en una ópera prog. Seleccionamos este corte, de casi quince minutos y un currado vídeo, sobre el destino de Jack.

Testament – Disciples of the watch

En su imprescindible The new order (1988) incluyeron este corte inspirado en Los chicos del maíz: «I am the one/To show you the path/Salvation is in the fields/Listen up children and follow me». El mal que posee la mente de los niños…

Nightwish – 7 days to the wolves

La saga de La Torre Oscura también inspiró a Tuomas Holopainen y a Marco Hietala para componer esta canción que acabó en el álbum Dark passion play (2007), y, en concreto, la quinta novela de la saga titulada Lobos del Calla.

Anthrax – Misery loves company

Continuamos con unos fans reconocidos de la obra del maestro. Dedican varias canciones en su discografía a personajes o historias narradas en sus libros, de las que seleccionamos esta basada Misery: «write for me, and only me/a really extra special story/make it mine, every line/don’t make me sorry». Del State of euphoria (1988)

Rata Blanca – Los ojos del dragón

Los argentinos escogen una historia atípica en el ideario de King, Los ojos del dragón, un cuento de hadas, magos y dragones que dedicó expresamente a su hija. «Tus ojos no brillan más/blanca hechicera te han hecho mal/en tu amarga soledad/vuelves a la eternidad». Rata Blanca la incluyó en Guerrero del arco iris (1991).

Exodus – Black 13

Para su álbum de 2014 Blood in blood out respiraron en los libros de La Torre Oscura, haciendo referencia a las esferas mágicas y, en concreto, a la número 13, la negra, que representa a la propia Torre Oscura.

Misfits – Dig up her bones

La historia de Cementerio de Animales inspira este single de American psycho (1997): «Walk me to the graveyard/dig up her bones». Resucitar a los muertos que amamos para seguir disfrutando de ellos, enterrarlos en sitio sagrado y volver a rescatarlos.

Black Sabbath – The shinning

De la poco valorada época con Tony Martin a la voz rescatamos este corte inspirado en El resplandor: «There’s a man who sees all there is to see/what the future holds for all». Abría el álbum The eternal idol (1987).

Blind Guardian – The Tommyknockers

Con Blind Guardian podríaos hacer (casi) un especial literario. Escogemos esta recreación de Los Tommyknockers. Aparece en su tercer largo, Tales from twilight world (1990). Por cierto, Stephen King reconoció inspirarse en la obra de H. P. Lovecraft, a quien también dedicamos hace poco un especial de rock y metal.

Savage Circus – It-The gathering

Una curiosidad. Thomas Stauch, batería de Blind Guardian, abandonó la banda en 2005 para formar Savage Circus. Entre las composiciones del debut Dreamland manor se incluye esta oda a la novela It y al payaso más malvado (con permiso de Ronald McDonald). El legado de los guardianes sigue empapándose del maestro del terror.

Demons & Wizards – Crimson King

Otros que también beben de la literatura de terror y fantasía. De nuevo viajamos a las páginas de La Torre Oscura para recrear uno de sus personajes principales, el Rey Carmesí, quien da título al propio álbum de 2005 Touched by the Crimson King.

Metallica – Ride the lightning

El guitarrista Kirk Hammet leía la novela La danza de la muerte cuando estaban componiendo y ensayando para el segundo álbum de Metallica. La expresión «ride the lightning» aparece en el libro, llamó su atención y acabó dando título a la canción y al álbum de 1984.

Podríamos seguir indefinidamente. Pero, por ahora, aquí lo dejamos. Seguro que no hemos incluido alguna de tus favoritas. ¡Pínchala en los comentarios!

Y si quieres pasar más miedo, prueba con estos enlaces:

Canciones inspiradas por Edgar Allan Poe

Canciones inspiradas en el terror de Lovecraft