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Lo mejor de UFO… con Vinnie Moore.

Moore-Parker-Mogg-Raymond

A comienzos del 2003 UFO estaba más muerto que vivo. Tras unos años guiados por la brújula desmagnetizada del guitarrista Michael Schenker (te alabamos, óyenos), Phil Mogg (cantante) decide atarse bien fuerte los pantalones, calarse el sombrero y montar el caballo huesudo de ahí en adelante. Schenker le cedió los derechos del nombre, cerrando otro capítulo de la muy larga Historia de la banda, un capítulo que algún día repasaremos también.

Como Mogg necesita volver a los escenarios, comienza buscando otro guitarrista. La primera opción fue John Norum. El noruego aceptó encantado (UFO es una de sus bandas fetiche) y comenzaron a hacer planes, pero la oferta de reunión de Europe dejó en conato a estos UFO. Vinnie Moore se presentó como voluntario en este contexto, aportando varias composiciones que, pensaba, cuadrarían con los gustos y las intenciones de Mogg. Y no se equivocó. Resulta, cuando menos, curiosa esta mezcla, en especial el interés, casi de fan, con el que Moore se acercó a Mogg. Uno de los guitarristas más célebres de aquello que se llamó shred en los ochenta, había editado hasta entonces seis discos en solitario (instrumentales) y su participación en otras bandas se resumía al álbum debut de Vicious Rumors (Soldiers of the night, 1985) y a colaboraciones puntuales, como en Hey Stoopid (1991) de Alice Cooper. No era, precisamente, un hombre de banda.

Pero Mogg no se lo piensa, acoge al guitarrista a su lado y llama a Paul Raymond (teclista) y Pete Way (bajista) para comenzar a trabajar en un nuevo álbum, el del (nuevo) retorno. En el fondo, UFO es el famoso eterno retorno. La plaza de baterista recae, sin muchas vueltas, en Jason Bonham. Este quinteto comenzó la aventura que hoy compartimos, los años de Vinnie Moore mandando en la composición y el arte de UFO a través de seis discos de estudio.

Vinnie Moore of UFO (Photo by Burak Cingi/Redferns via Getty Images)

Y este viaje arranca con You are here (2004), un álbum equilibrado donde brillan especialmente Moore y Mogg. Bonham y Way hacen muy buena pareja y la producción de Tommy Newton le sienta muy bien al grupo. Comienza con un guitarrazo de Vinnie en When daylight goes to town, de excelente melodía, que resume lo que va a venir después. Destacan  a su lado I was born on a rolling train, Black cold coffe (riffazo) y Give it up, esta con un combinación especial de Raymond con el guitarrista y Mogg en su mejor versión. En The wild one suenan a los «viejos» UFO, muy Schenker la guitarra, dejan un toque bluesrock en Call me y aportan dos medios tiempos, Mr Freeze y Sleeping away (casi pop esa melodía y ese estribillo). Y no puedo dejar de destacar una maravilla como Baby blue, con sus acústicas iniciales y esa pegajosa melodía.

Para The monkey puzzle (2006) regresa Andy Parker (batería). Será el último que grabe Pete Way; ya no podrá seguir el ritmo de sus compañeros por sus diversos problemas de salud. El disco destaca por una producción muy limpia y una ejecución tranquila y precisa. Comienza, curiosamente, con un corte muy David Lee Roth, con Mogg fraseando en Hard being me, canción pegadiza de buen estribillo. Agresividad en Heavenly body (pocas veces Phil ha cantado con esa oscuridad) y Black and blue, compuesta por Raymond. El pasado Schenker se cuela en Down to the river y Who’s fooling who. De mis favoritas, Drink too much y Rolling man.

Contaron con Peter Pichl para hacerse cargo del bajo en The visitor (2009). Repite Tommy Newton en la producción, manteniendo una línea sonora con sus obras anteriores, aunque quizá esta sea menos intensa, más comedida. Raymond aporta una agradable balada, Forsaken, y un rollazo blusero en el corte On the waterproof. Aroma Coverdale en Saving me, caña en Can’t buy a thrill y momentos southern en  Rock ready. La juguetona Living proof, de fantástico riff y gran solo, y Stop breaking down, un puntito por delante del resto.

Seven deadly (2012) tiene una producción más agresiva, tanto en las guitarras como en el ataque de Mogg. Prueba de ello lo tenemos en el comienzo cañero con Wonderland (riff bestial), Flight night y Mojo Town, con un rollo setentero, coro femenino incluido y bestial solo de Moore, coro que regresa, por cierto, en Angel station. Riffazo (¿cuántos van?) guiando The last stone rider, aunque los mejores momentos de Vinnie estén, quizá, en Steal yourself y Burn your house down (bestial). De nuevo, Raymond aporta una joya setentera, The fear, armónica de regalo. Bonito cierre Waving good bye.

Estos años de estabilidad, quizá el periodo más largo en la Historia de UFO, en buena parte por la continuidad del núcleo duro (Mogg-Moore-Raymond-Parker) y su alianza con Newton a los controles, se rompe un poco con A conspiracy of stars (2015): coge los mandos en el estudio el clásico Chris Tsangarides. Y aunque el sonido cambia (mayor protagonismo de la batería y el teclado, coros más elaborados), es un cambio continuista, sin grandes rupturas. Se suma como miembro oficial al bajo Rob de Luca, quien, además, aporta dos buenas composiciones: la inicial The killing kid y One and only (quizá la mejor interpretación de Mogg). Raymond, en esta ocasión, se conforma con añadir a la colección The real deal (cómo no, viaje a décadas pretéritas). El resto lo ponen Moore y Mogg: ojo con Ballad of the left hand gun, la elegantísima Sugar cane, el riff y el estribillo de Devils in the detail o la excelente interpretación de Paul (y, otra vez, Vinnie) en Precious cargo.

La última entrega en estudio de UFO, The Salentino cuts (2017) se rellena con doce versiones dispares. Aportan sorpresas o, al menos, referencias poco esperables: Mad Season (River of deceit), Tom Petty (Honey-Bee) o John Mellencamp (Paper in fire). Añaden canciones de sus años jóvenes: Heartful of soul (The Yardbirds), Break on through (The Doors), The pusher (Steppenwolf), Mississipi Queen (Mountain) o Rock candy (Montrose). Curiosa la versión del Just got pide de ZZ Top. En general, una curiosidad entretenida.

Y si mi opinión cuenta algo, este periodo de la banda no es peor que otros del pasado. Moore y Mogg hacen una pareja compositiva brillante. El guitarrista, además, personaliza todos los cortes de estas obras, sin duda alguna, dejando una huella especial, pero sin arrebatarle personalidad histórica a UFO. Andy Parker y Paul Raymond demuestran estilo y oficio, no fallan y aportan siempre. Buenas canciones, solos brillantes y un cantante que, con su incipiente vejez, pierde parte de la energía de la juventud, pero lo compensa con saber, estilazo y experiencia. Mis favoritos, You are here y A conspiracy of stars.

La aventura de UFO parece que no vaya a dar más capítulos. Paul Raymond falleció en 2019 de un ataque al corazón y poco después lo haría Pete Way. El 1 de marzo del 2020 (justo al comienzo de esta pandemia en la que vivimos aún) UFO dio su último concierto, en el Rock Legends Cruise, colofón a su gira de despedida. ¿Esta será de verdad?

Larga vida a UFO.

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11 canciones sobre doctores del amor y sus medicinas.

¿Sientes fiebre repentina al caer la noche? ¿Abandono? ¿Un hueco en tu alma que no te imagespuede rellenar otra persona? O, por el contrario, tienes tú el remedio para el mal ajeno… Seas de los que sufren por amor o un sabio con un ungüento casero, puedes encontrarte en esta pequeña selección de canciones sobre doctores, curanderos, medicamentos y remedios de todo tipo para las fiebres del corazón. Porque el rock y el metal todo lo solucionan.

Dale al play…

Whitesnake – Medicine man (1979)

Lo tiene claro David Coverdale, nena «Now don’t you ever worry/
If you feel the fever rise/(…)/I’m the medicine man/Your doctor of love». No explica si atiende a domicilio pero supongo que así será. De guardia 24 horas en su álbum Lovehunter.

John Mayall & The Bluesbreakers (1965)

Compuesto y cantado por John Mayall, producido por Jimmy Page y con la guitarra de Eric Clapton. Casi nada. Single caliente donde Mayall se ofrece como curandero (o brujo): «Gonna teach you love at the midnight hour/Gonna feel you burning like a passion flower». El trío calabera.

KISS – Calling Doctor Love (1976)

No podía faltar Gene Simmons repartiendo su medicina. En este tema del Rock and roll over se autoproclama experto, así que, nena, «so if you please get on your knees/there are no bills, there are no fees/baby, I know what your problem is/the first step of the cure is a kiss». Por lo menos no te va a cobrar…

George Thorogood & The Destroyers – Love Doctor (2006)

¿Quién necesita estudiar para tener un título por aquí? Porque Thorogood aclara que «I never went to doctor school/I’m a love doctor/(…)/If you need love, I’d love to operate on you». A pecho descubierto y sin anestesia, vaya. Escuchada en el álbum The hard stuff.

Jackyl – She loves my cock (1992)

¿Y si yo soy la medicina? Eso creía Jesse Dupree en el debut de Jackyl, pues ella ha intentado curarse, ha ido al médico, pero no tiene remedio porque «she loves my cock». Censurada en la edición original «limpia» y cerrando la edición «sucia». ¿De qué hablo? Pincha aquí.

Van Halen – Somebody get me a doctor (1979)

El bueno de David Lee Roth se siente enfermo y necesita urgentemente una cura. No creo que se refiera a ninguno de los doctores anteriores, pero sería curioso si en medio de sus fiebres aparece un melenudo Coverdale o Simmons con su remedio de arrodillarse. De su segundo álbum Van Halen II.

J. J. Cale – Call me a doctor (1972)

En su álbum Naturally también reclama la ayuda de un profesional, porque una dama «took all my bread/ravished my body, lord/and messed with my head». Una semana lleva así el tipo y ya no puede más.

Bon Jovi – Bad medicine (1988)

Y si Roth y Cale andaba buscando un médico, Jon Bon Jovi se resigna a su enfermedad crónica: «I ain’t got a fever, got a permanent disease/And it’ll take more than a doctor to prescribe a remedy». Y es que no hay ningún médico que le pueda curar porque «your kisses is the drug». Del multiplatino New Jersey.

UFO – Doctor Doctor (1974)

Quién iba a imaginar en aquel debut de Michael Schenker con UFO que los dolores y las fiebres de Phil Mogg iban a ser tan legendarios. Un clásico que reclama al médico de guardia porque «she walked up to me/and really stole my heart», vamos que según se arrimó destrozó mi cuerpo y mi alma.

B. B. King – Bad case of love (1961)

Y la cosa sigue empeorando. Un hombre sabio como King decide ir al médico porque se siente enfermo. El doctor en cuestión le diagnostica su mal de amor, pero le advierte «Son, I know just how you feel/you love your baby and you always will/but your wind is short, your pulse is weak/it won’t be long before you’re six feet deep». Un caso incurable.

Robert Plant – Bad case of loving you (1979)

Y el mismo mal padece Robert Palmer, así que insiste a su médico: «Doctor Doctor, gimme the news/I got a bad case of lovin’ you/no pill’s gonna cure my ill/I’ve got a bad case of lovin’ you». Pero Robert no se va a morir como King y pone remedio a su enfemedad «Shake my fist, knock on wood/I’ve got it bad, and I got it good». Un caballero.

 

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UFO – Strangers in the night – 1979

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UFO – Strangers in the night – 1979

Si tuviera que elegir un único álbum de UFO sin duda pincharía este. Tiene todo lo que una gran banda de hard and heavy debe poseer: fuerza, técnica, estilo, buenas composiciones, una interpretación soberbia y buen sonido. La característica combinación de melodía, ritmo y fuerza te empapa en cada canción y cada miembro tiene su momento de gloria: las líneas de bajo de Pete Way, la distintiva guitarra de Michael Schenker, la especial voz de Phil Mogg, el característico feeling del batería Andy Parker y la brillante aportación melódica de Paul Raymond en los teclados y como segundo guitarrista. Cualquier banda grande tiene un gran álbum en directo, y UFO no podía ser menos, uno doble, como Thin Lizzy (Live and dangerous), Kiss (Alive!), Deep Purple (Made in Japan) o Queen (Live Killers!). Durante aquella gira presentado Obsession tocaron en pabellones ante miles de personas (15000 en Chicago, la ciudad más «UFOrica»), bien solos o acompañados de bandas de éxito como Aerosmith.

Entre 1974, cuando se incorporó Schenker a la banda, y 1979, cuando se edita este directo, los británicos había publicado cinco excelentes álbumes en estudio, todos presentes aquí. Era el momento de intentar dar ese pequeño salto mortal hacia las listas yanquis, que habían intentado, con moderado éxito, bajo la batuta del productor Ron Nevison. Para esta aventura volvieron a contar con él y la Record Plant Remote Mobile manejada por otro monstruo, Mike Clink. Se grabó en varios conciertos durante otoño del 78: Chicago, Wisconsin, Cleveland, Columbus y Kentucky. Lo curioso es que  tras esta última grabación Schenker abandonó a sus colegas una vez más y tuvo que ser sustituido por Paul Chapman para las últimas fechas. Regresó meses después, para la gira europea y meter arreglos de estudio en el directo, pero, nuevamente, se marchó, esta vez de manera definitiva tras una pelea con Mogg (bueno, hasta la reunión de 1995). El título, Strangers in the night, se le ocurrió al propio Nevison escuchando la canción homónima de Frank Sinatra en un descanso durante la fase de mezclas; simplemente le pareció que encajaba con la realidad del grupo y sonaba comercial.

UFO – Doctor, Doctor (Live 1978)

Una curiosidad respecto al álbum. El orden de las canciones no corresponde con la de los directos; las alteró Nevison para que le cupieran en las cuatro caras de los vinilos, recortó algunas (en especial Rock Bottom, que duraba casi catorce minutos), eliminó dos (Hot’n’ready y Cherry) y llevó al estudio a la banda para regrabar Mother mary y The kid’s en un falso directo para mezclarlo con las tomas originales. La re-edición de 2009, conmemorando el treinta aniversario, devolvió las dos canciones «robadas» y presenta el set list tal y como se tocaba en aquella gira.

Canciones como Doctor, doctor, Natural thing, Only you can rock me o Too hot to handle suenan tan grandes como debe ser un himno roquero sobre un escenario. Músicos imprescindibles de estilos tan diferentes como Steve Harris (Iron Maiden), Slash (Guns n’Roses), Joe Elliot (Def Leppard) o Kirk Hammet (Metallica) han reconocido la influencia de Strangers in the night en su desarrollo como compositores y artistas.

Más de treinta y cinco años después sigue sonando tremendo, mantiene su actitud, su frescura, su fuerza. Uno de los grandes, sin duda.

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UFO – No heavy petting – 1976

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UFO – No heavy petting – 1976

UFO lo formaban Phil Mogg a la voz, Michael Schenker a las guitarras, Pete Way al bajo, Andy Parker a la batería y el nuevo teclista Danny Peyronel. Cuando en enero de 1976 se metieron en los Morgan Studios con Leo Lyons, que ya había producido sus dos anteriores Force it y Phenomenom, la banda estaba convencida que, esta vez sí, iban a conseguir un gran éxito de ventas. Puerta con puerta grababan Judas Priest otro álbum histórico.

En los dos álbumes anteriores el dúo Mogg/Schenker compuso todos los temas, mientras que para este el novato Peyronel aportó tres temas y colaboró en un cuarto. UFO, en apenas tres semanas, grabaron trece canciones de las que seleccionaron nueve. Pero este quinto intento (tercero con Schenker) tampoco rompió en las listas e, incluso, vendió menos que su antecesor. Sin embargo, con los años, No heavy petting se ha convertido en una de las mejores obras de hard rock y un álbum sin desperdicio que nos muestra a una gran banda en un momento de madurez e inspiración.

Todo comienza con Natural thing. Se basa en un estupendo riff de Schenker que se repite en las estrofas y muta en puente y estribillo de manera ruidosa. Combina a la perfección con el piano de Peyronel y se desgarra en el primer solo alucinante del álbum. La línea melódica de Mogg y los arreglos rítmicos de Pete Way lo convierten en un clásico instantáneo.

UFO – Natural thing

I’m a loser comienza con una guitarra acústica y la voz de Phil. Progresivamente se añade el piano y, luego, el resto de la banda. Al llegar al estribillo, una gozada de ritmo y melodía. Cuando Mogg canta «I’m a loser» se te eriza el bello. La melódica combinación continúa con un increscendo muy bien medido. En esta canción encontramos los UFO que triunfarían un año más tarde en Lights out.

UFO – I’m a loser

El tercer corte es una mezcla de Hammond, un ritmo de bajo trepidante, la  batería destrozando los altavoces y la voz de Phil cantando sobre un motociclista perseguido por la policía. Can you roll her contiene otro impresionante solo de Michael, brevísimo. Final apoteósico.

Belladona no deja de ser una típica balada Schenker, tanto por su línea melódica como por la estructura del tema. Una figura de guitarra acústica, un arreglo inspirado y una letra sencilla que desembocan en un solo muy cálido interpretado con inspiración. Muy buen trabajo vocal.

UFO – Belladona

Continuamos con una joyita titulada Reasons love. Te menea con otro clásico riff del rubio y un solo que te destroza la air guitar. Tremendo tema, de los más contundentes del álbum, con una base rítmica bestial. Esa línea de bajo portentosa. Un estribillo más acertado hubiera redondeado el tema.

UFO – Reasons love

Highway lady también la firma Peyronel y pasa por ser una de las más olvidadas de un álbum ya de por sí olvidado por muchos y muchas. Genial, desde luego, el piano y la base rítmica. Phil vuelve a mostrar su versatilidad.

Una de mis favoritas del catálogo UFO, la única en la que coinciden componiendo Schenker y Peyronnel: On with the action. Todo el grupo perfecto. Impresionante el piano, tanto cuando aparece en primer plano marcando el tema como la forma en que se adapta a la voz y a la guitarra. Qué decir de Michael, quizá uno de sus mejores trabajos: cuando escuchas esos solos, punteos e interludios fluyendo con tanta consistencia no puedes por menos que desear escucharla en el próximo concierto. La letra también tiene su punto violento.

UFO era una de esas bandas que tenía más éxito con sus conciertos que con sus álbumes. Tanto la banda como la compañía de discos sentían la presión de conseguir un éxito en las listas de ventas. Intentaron un single radiable con la versión de A fool in love, pero aunque los arreglos roqueros le sientan bien y la banda hace un buen trabajo, es un tema menor dentro del álbum y no ayudó mucho a vender No heavy petting.

Cierra el álbum Martian landscape, una balada con una buena ambientación y una melodía que engancha. Danny la compuso pensando en su país natal, Argentina, y no en las tierras marcianas. Ese bajo en primer plano, matador.

UFO – Martian landscape

A estas alturas sobra decir que no puede faltar en ninguna discoteca roquera que se precie. UFO forever!

Producido por Ron Nevison

Producido por Ron Nevison

Como tantos otros mitos de la producción, Ron Nevison comenzó como ingeniero de sonido. En los primeros setenta trabajó en discazos como el debut de Bad Company, Quadrophenia de The Who o el Physical Graffity de Led Zeppelin (ahí es nada). A mitad de década dio el salto a la producción con Thin Lizzy y su Nightlife.

Thin Lizzy – Still in love with you – 1974

Trabajo tras trabajo comenzó a depurar su estilo. Uno de los grupos con los que subió como la espuma fue UFO. A ellos les produjo  Lights out (77) y Obsession (78), así como el imprescindible directo Strangers in the night (78), uno de los fundamentales en cualquier discoteca roquera.

UFO – Lights out

A principios de los ochenta, el bueno de Ron se especializó en sonidos llenos de melodía pegajosa y teclados, una mezcla de pop marchoso y rock familiar, que consiguió bastante éxito de ventas con Survivor (Vital signs, 1984) o Heart (Heart, 1985).

Heart – If looks could kill

Este éxito y la deriva comercial de la música rock a mitad de la década de los ochenta hizo que estrellas consagradas con ansias de recuperar ventas o nuevos talentos deseosos de conquistar el mercado yanqui se pusieran en sus manos. Entre ellas, Ozzy Osbourne (Ultimate sin, 86), Kiss (Crazy nights, 87), Europe (Out of this world, 88) o el supergrupo Damn Yankees (1990) .

Ozzy Osbourne – Shot in the dark

Europe – Superstitious

Damn Yankees – High enough

Este éxito masivo le fue abandonando progresivamente en los noventa, aunque consiguió clientes de renombre (Meat Loaf, Night Ranger, Foghat), alguna superbanda (Bad English) y varios nuevos pipiolos (Firehouse, Candlebox).

Si hacemos caso al propio Nevison, ha trabajado como ingeniero y/o productor en álbumes que han vendido más de cien millones de copias. Casi nada. Disfrutad de este genio de la producción.

Kiss – Crazy crazy nights

¡Ah, y se encargó de la música de Karate Kid! Por si fuera poco revival ya esta entrada…

Survivor – The moment of truth