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Tom Petty & The Heartbreakers – Hard Promises – 1981

El tercer álbum del de Florida, Damn the torpedos (1979), le había llevado al éxito, a codearse con lo más granado del mundillo musical, a la portada de The Rolling Stones y a ser una cara conocida. Sus canciones empezaban a calar en un mercado nacional cambiante tras una crisis, la del petróleo y la construcción, que dejó decepción y bolsillos y corazones agujereados. Tom y sus colegas del instituto, encajados en el apodo de The Heartbreakers, junto con el mismo productor del éxito, Jimmy Iovine, se metieron en los mismos estudios Sound City y Cherokee de Hollywood para repetir el mismo éxito. ¿Qué podía salir mal? Pues casi todo. No fue una producción fácil. 

Primero tuvieron problemas con dos de sus músicos: el baterista Stan Lynch y el bajista Ron Blair. Stan no era del gusto de Iovine y discutían a todas horas. De hecho, se trajo a baterías de fuera para probar, encontrar el tempo, el ritmo, la toma perfecta. Algunas canciones tenían hasta cuarenta tomas de batería, todas distintas. Al final, casi todo el trabajo volvió a caer en las baquetas de Lynch, a quién más terco. En el álbum se acredita en la percusión también a Phil Jones. Y es que hay de todo: caja china, pandereta, timbales y hasta una marimba puede que suene por ahí. El bajista Blair tenía otro problema distinto; empezaba a distanciarse de sus colegas, no se sentía parte del mundo «Heartbreaker» y su éxito. Comenzó a ser sustituido durante las grabaciones. El propio Tom o Mike Campbell agarraban el bajo y Duck Dunn está acreditado en una de las canciones. Poco después de estas sesiones Ron recibió la carta de despido, esperada por su parte, y puso rumbo a una nueva vida, montando un negocio de surf y ropa de baño en primera línea de playa.

Nos quedan los dos triunfadores. Mike Campbell comenzó a sentirse más poderoso en la toma de decisiones, empezaba a ser la mano derecha del jefe, la «otra voz». Tres de sus composiciones, además, acabaron en este disco. Sus guitarras cobraban protagonismo. Benmont Tench dio otro paso al frente y con el piano y el Hammond, principalmente, rellenó las exquisitas melodías de las canciones, dio empaque y brillantez a este Hard promises.

La grabación se extendió varios meses buscando ese sonido definitivo. No querían una copia de su éxito anterior. ¿Acaso The Beatles grabaron dos veces Rubber soul? La obsesión de Iovine por el ritmo y la percusión y el afán perfeccionista de Petty se transformaron en docenas de tomas para cada canción, en horas decidiendo la mejor toma y en más horas rellenando y adornando cada corte. Tanto es así, que Hard promises debe escucharse con auriculares para apreciar los muchos detalles que esconde, a veces sutiles, a veces definitivos.

Tanta paja mental llevó a cierta hartura en la banda. Sin embargo, lograr la versión final de The waiting o You can still change your mind les puso una sonrisa enorme: lo tenían. Y ese impulso les llevó un pasito más arriba. Petty había compuesto letras excelentes sobre melodías muy cuidadas, comenzaba a crear personajes con los que el público se identificaría, con problemas muy cercanos a ellos. 

Y en medio de todo esto aparece Stevie Nicks. Por aquel entonces era pareja sentimental del productor, vivía en su casa. Iovine comenzó a trabajar en el disco en solitario de la cantante de Fleetwood Mac, que acabaría titulándose Bella Dona (1981), y qué mejor que contar con el amigo Tom para componer algún cantecito. El bueno de Petty se marcó en un rato una letra sobre una melodía que venía escuchando en su cabeza desde días antes, un tema que acabó titulándose Insider. Tal era la cercanía que Tom sentía con ello que no dejó a Iovine y a Nicks que la utilizaran, para, después, grabarlo él con su banda en este Hard promises. De este modo comenzó la colaboración a tres bandas, trío artístico: Nicks cantó en el álbum de The Heartbreakers y estos se apalancaron en Bella Dona: Petty y Campbell cedieron el mayor éxito del disco, Stop draggin’ my heart around, y la banda tocó por aquí y por allí. De hecho, Tench participa en la composición de otro corte y sus teclas suenan en casi todas las canciones. En cierto modo nuestros protagonistas grabaron disco y medio al mismo tiempo.

Con todo esto, el álbum terminado, la promoción preparada, surgió el conflicto del dinero. La compañía MCA creía que tenía un superventas y quiso estrujar más la vaca subiendo el precio. Lo normal entonces es que las novedades se marcaran a 8,98$ salvo que tuvieran precio de «estrellas» y salían a 9,98$. Y esto hizo MCA. Al pobretón que Petty llevaba dentro le pareció una estafa a su público y peleó para que no fuera así. De hecho, propuso llamar al disco Eight Ninety-Eight. Al final cedió la compañía. La portada es una fotografía en blanco y negro de Joel Bernstein pintada por Bennet Hall. Como curiosidad, en el plástico alrededor de la galleta central se lee «We love you JL». Las primeras ediciones tenían este mensaje en honor a John Lennon, fallecido mientras grababan Hard promises.

¿Y el resultado final? Uno de los álbumes más inspirados de Tom Petty & The Heartbreakers, donde el intenso rock seventies se mezcla con melodías power pop y guiños a The Beatles, The Rolling Stones, Bruce Springsteen, Bob Dylan o The Who. Las guitarras suenan limpias pero agresivas cuando la canción lo requiere. Las armonías, los arreglos, la pericia técnica y la entrega en diversos registros del cantante engrandecen unas composiciones muy inspiradas. Uno de sus imprescindibles.

Comienza la obra con el primer single, la canción destinada a romper las listas de ventas y que llegó al número 19, The waiting, luminosa historia amor «Yeah, I’ve never known nothin’ quite like this» tras una vida de relaciones azarosas «I might have chased a couple women around/all it ever got me was down» hasta alcanzar el amor correspondido «you’re the only one that’s ever known how/to make me wanna live like I wanna live now». Brillante riff de guitarra y un buen solo, breve como todos. Campbell compone en A woman in love (it’s not me), segundo single, tema melodioso que combina una estrofa (semi)acústica con un estribillo y una parte instrumental más ruidosa. Buena percusión, buen Hammond, en la queja del que es abandonado y no entiende muy bien el porqué «I don’t understand the world today/I don’t understand what she needed/I gave her everything she threw it all away». Mike y Tom comparten composición también en Nightwatchman que con un riff roquero, buena capa de guitarrazos y cierto toque agresivo en la voz, desgrana la vida de un currante, como tantos, vigilante nocturno en este caso, que siente perder su tiempo «This ain’t no job for a man like me/I got potential, I could be just what you need» turno tras turno y que considera que su vida vale más que el salario mínimo. El tercer single fue Something big, con cierto aire sureño, tremendo el órgano, narra un ligue de domingo por la noche, un amor pasajero tras el que olvidarse de todo a la mañana siguiente: «and one said I know I’ve seen his face/I wonder who he is?». La cara B se cierra al ritmo de Kings Road, de mis favoritas, con su aparente sencillez y una letra desenfadada sobre el chico nuevo en la oficina del rocanrol «I’m a new world boy on the old Kings Road».

Otra de mis favoritas abre la cara B. Letting you go me parece de una brillantez obvia, tanto por la letra como por la melodía y los arreglos, pero, sobre todo, por el trabajo de producción, dotando a cada momento de su carga musical adecuada. El órgano en la estrofa, la guitarra en el estribillo, ambas al unísono en la coda final, la percusión enriqueciendo el conjunto. El rocanrol vuelve con A thing about you «Lovers hold each other tight/whisper in their anxious ears» de gran estribillo y buen solo, una canción para dar un par de botes antes de la golosina de esta lado del disco, Insider. Puede traducirse como «infiltrado» o «enterado» o «persona que trabaja dentro» (como un empleado interno) y para Petty en esta canción es el que se queda encerrado en una relación «I’m an insider, I been burned by the fire/and I’ve had to live with some hard promises/I’ve crawled through the briars». La voz de Stevie Nicks armoniza a la perfección con la de Tom, hermosa mezcla de la bella de Arizona y el bello de Florida. El arreglo de Tench suena fantástico. Otro rocanrol para animar el cotarro, de nuevo con cierto lustre de las originarias tierras del sur, canta a un tipo malvado, The criminal kind; aunque tiene un buen solo, un pedal steel le hubiera quedado de impresión. Eso pasa en algunas partes del disco, mi corazón hard&heavy echa en falta un poco de desfase, un solaco Tench-Campbell o una pequeña jam que llenara de balas la perfección sonora de Hard promises. Cerramos con la última composición de Mike, la balada You can still change your mind y su mensaje optimista: «If you can change your mind/you can change your feeling» no esperes que ocurra, no sufras por no conseguirlo, no dejes que tu cabeza enloquezca, porque si puedes pensar de manera diferente puedes dejar de sufrir «listen to me darling, oh you don’t have to wait».

Alcanzó el top 5 en las listas de ventas de Estados Unidos y el número 32 en las británicas. Curiosamente, fue un éxito en Oceanía (con un número uno en Nueva Zelanda y Australia) y Canadá.

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Canciones que empiezan con una cuenta atrás (o adelante).

Efectivamente. Con cualquier cosa hacemos una lista de canciones. ¿De verdad no te has parado a pensar en la cantidad de temas que comienzan con una voz, más o menos audible, realizando una cuenta? One-two-three o tres-dos-uno… y al lío. Este recurso, habitual para hacer que toda la banda entre a la vez en un directo o en una toma, da apariencia de grabación orgánica, de «ahí estamos todos en tu altavoz machacando los instrumentos ahora mismo para ti». Y con ese rollo muchas de estas canciones fueron las primeras de un disco o de una cara de vinilo.

La lista ha quedado muy jugosa. Dale al play y disfruta.

Bad Company – Can’t get enough

«One… two… one, two, three» y comienza uno de los discos emblemáticos del hard rock de la primera mitad de los setenta, el debut Bad Company (1974).

The Beatles – I saw her standing there

«One, two, three, ¡four!» y a darle caña a este rock de amor con una adolescente «How could I dance with another/when I saw her standing there?». Arrancaba así el primer largo de la banda, Please please me, editado en 1963.

Rare Earth – I just want to celebrate

«One, two, three, four» y a marcar un ritmo pegajoso en esta canción de celebración de la vida hedonista: «I just want to celebrate another day of life». Cerró la cara A del vinilo One world (1971) y fue el primer single de dicho álbum.

The Who – Slip kid

Comienza Keith Moon con su batería, marca «one… two… one, two, three» y entra la banda en este fantástico tema que grabaron para abrir The Who by numbers (1975).

Rush – Animate

Abría Neil Peart el álbum Counterparts (1993) con «one… one, two» para guiarnos por uno de sus mejores trabajos. «Goddess in my garden/Sister in my soul/Angel in my armor/Actress in my role».

Barricada – Objetivo a rendir

«Un, dos, tres, ¡fuego!» gritaba Enrique Villareal «El Drogas» al comienzo de esta canción dedicada a los desesperados: «Para ti no es aventura/ Intentar salir de aquí/Pues esta calculado/Que seas vapuleado/Objetivo a rendir». Abría la cara B del álbum Pasión por el ruido (1989).

Tom Petty & The Heartbreakers – You got lucky

«One…» y se intuye el gesto, el ademán de conteo para comenzar con el primer golpe a tempo todo el mundo. Compuesto por Mick Campbell y el jefe Petty, fue segundo corte del álbum de 1982 Long after dark.

James Brown – Get up (I feel like been a) sex machine

Tras una presentación con público de fondo, «one, two, three, four» y a darle caña al cuerpo con uno de los más emblemáticos cortes de James Brown. ¿Alguien se resiste al ritmazo de la máquina sexual? Se grabó como single en 1970 y abrió el álbum Sex machine del mismo año en una versión de más de diez minutos. Shace your money maker…

J.J. Cale – Crazy mama

Más comedido «one, two, three, four» y metido en una tonada country con un hermoso slide, J. J. Cale se rinde a la mujer que regresa a su vida. Abría la cara B de otro imprescindible, el Naturally de 1971.

U2 – Vertigo

En «perfecto» español comienza Bono «un, dos, tres… catorce» sobre la introducción instrumental de esta canción, single y espectacular vídeo del How to dismantle an atomic bomb (2004).

Foo Fighters – Wheels

Un alargado «one, two, three, four» da paso a una de las dos canciones que fueron novedad en el recopilatorio Greatest hits (2009). La canción fue compuesta en memoria de un amigo fallecido de Dave Grohl.

Manfred Mann – 5-4-3-2-1

Y para terminar, la reina del conteo. No solo comienza con un «five, four, three, two, one», si no que la letra de la canción, casi en exclusiva, es esa. Se editó como single en 1964 junto al tema Cock-A-Hup. «Uh-uh, it was the Manfred’s»

Interesante colección de canciones, diversas y dispersas. Hay muchas esparcidas por el cosmos sonoro: ¿nos confiesas cuál has escuchado últimamente?

Tom Petty & The Heartbreakers – Into the great wide open – 1991

No se puede dudar que la conexión Tom Petty – Jeff Lynne dio grandes frutos. Entre ellos, este maravilloso Into the great wide open, de producción perfecta (a veces demasiado) y de escucha sencilla. Doce canciones que han sido pasto de la crítica en muchas ocasiones al compararlo con sus «grandes» obras o el propio Full moon fever que Petty y Lynne pergeñaran un par de años antes. A mí me parece de sus discos más apetecibles, un disco completo, bien empacado y con acertadas composiciones, donde la banda luce un buen nivel.

Además de Tom Petty, a la voz y las guitarras, y el propio Jeff Lynne metiendo de todo (teclados, guitarras, percusión, bajo, lo que sea), contó con The Heartbreakers: Mike Campbell a la guitarra y al bajo, Stan Lynch a la percusión y Benmort Tench a las teclas (y el acordeón). El disco lo produjeron a pachas Lynne, Petty y Campbell en los estudios Rumbo Recorders de California. El artwork corrió a cargo de Tiny Bouchet y los Awes Brass Ring Circus Studios. La portada es un detalle de la obra Landscape de Jan Matulka.

La mayoría de los temas los componen Petty y Lynne y se enmarcan en un estilo similar al de obras anteriores, un poco mezcla de los Heartbreakers con ramalazos de los últimos ELO y capas de guitarras y teclados y voces dobladas para las armonías. Salvo Out in the cold, más rápida, más aguerrida en la voz, todos los temas tienen un particular sonido pop-rock. Into the great wide open contiene enormes arreglos, un gran estribillo y una interpretación casi perfecta de la banda. Learning to fly, desde su sencilla y efectista letra («I’m learning to fly buy I ain’t got wings/Coming down is the hardest thing») hasta su pegadiza melodía, se convierte en un tema imprescindible en la carrera de Petty. The dark of the sun contiene otra estructura marca de esta pareja, de apariencia simple pero de profunda construcción, rock de primera línea. Los acordes de apertura de All the wrong reasons son grandes.

Por otro lado, Petty firma solito cuatro temas: Kings highwayYou and I will meet againToo good to be true y Two gunslingers. No son temas menores, ni mucho menos, y, sobre todo el primero, más rítmico, contiene un buen trabajo de batería y una guitarra estupenda.

Y Mike Campbell mete mano en la composición de dos de mis favoritos: All or nothin’ y Makin some noise. Las mejores guitarras las encontramos en estas dos, sin duda, más aguerridas (dentro del universo Heartbreakers, claro). La interpretación vocal de Tom es fantástica en All or nothin’.

En definitiva, un disco que no alcanzará a sus grandes pelotazos pero que no se arruga ante ellos. De hecho, la banda volvía una y otra vez en los directos a distintas versiones de canciones contenidas en Into the great wide open. A disfrutarlo.

Sexo en el Rock (16): amor con la novia cadáver.

Necrofilia. ¿Mito o realidad?

Durante muchos años creí que era un mito, algo de cuentos de terror, una leyenda nacida de la ignorancia que había traspasado los siglos por su morbo y el rollo macabro. Pero no, gente. La necrofilia lejos de ser una rareza oculta es una realidad, vicio oculto que sucede en más ocasiones de las que creemos. Ignoro si alguien por aquí practica este hobby.

En cualquier caso, muchos de nuestros artistas favoritos han dedicado alguna canción a la temática, supongo que más por llamar la atención, provocar o cierto sentido macabro del humor que, de verdad, por ejercer el amor frío. Como de costumbre, aquí seleccionamos unas cuantas: historias de sexo, rock y… necrofilia.

Dale al play.

Alice Cooper – I love the dead

El pervertido de Alice grabó unas cuantas canciones sobre el tema: Refrigerator heaven, Cold ethyl y esta I love the dead. No en vano, Cooper y sus chicos crearon el shock rock. Los directos de aquella gira debieron ser épicos. Del inmenso Billion dollar babies de 1973.

Tom Petty – Mary Jane last dance

Para el recopilatorio de 1993 que terminaba su contrato con MCA compuso esta joyita de letra ambigua pero vídeo explícito. Kim Basinger en el papel de novia muerta siendo atendida por su chico como si estuviera aún caliente. ¿Cuál será el último baile de Mary Jane? «Last dance with Mary Jane/One more time to kill the pain».

Savatage – Necrophilia

Si nos tomamos de manera literal esta tonada de 1985, aparecida en Power of the night, la banda de Jon Oliva lo tiene claro: «Necrofilia/Velas negras ardiendo/en su altar de hielo/Ella no lucha/Doncella de metal/en su camino a través de la noche/aléjate/Tus manos están frías/Ojos de cadaver/Almas malditas»

Lujuria – Levántate y anda

«El sexo levanta a un muerto/ahora sé que es realidad». El vicioso abusador de cadáveres se llevó una sorpresa al resucitar a una muerta mientras se la beneficiaba. Del disco El poder del deseo y supuestamente basada en una historia real.

Avenged Sevenfold – A little piece of heaven

Lo normal. Tu novia no quiere casarse contigo, la matas y convives con ella como si tal cosa. «Cause I really always knew that my little crime/Would be cold that’s why I got a heater for your thighs/(…)/Now an angry soul comes back from beyond the grave/To repossess a body with which I’d misbehaved». Aparece en el álbum homónimo de 2007.

Parálisis Permanente – Adictos a la lujuria

Ni muerto le dejan a uno en paz. «Llevo treinta días sin luz/encerrado en este ataúd» y miran con deseo «mi piel fría y morbosa». Y es que las mentes sucias amigas de la obscenidad encuentran dónde saciarse en quien no puede escapar. Del único álbum de la banda, El acto, publicado en 1982.

The 69 Eyes – Dead girls are easy

Si tienes dudas, si te cuesta encontrar tema, si no sabes ya qué hacer para tener sexo, escucha los consejos de estos finlandeses: cuando la noche llega, todo lo que quieren hacer las chicas muertas es «roquear». na forma de ligue fácil, vaya, porque las muertas nunca dicen que no. A tumba abierta.

Type O Negative – All hallow’s eve

Canción inspirada en el cuento Ligeia, de Edgar Allan Poe, donde se describe un acontecimiento amoroso que sucede puntualmente el día previo a Halloween de manera reiterativa. Y es que «ella viste la muerte maravillosamente/más impresionante ahora que en su vida/en una cama de hojas de otoño». Aparece en el World coming down de 1999.

Lobos Humanos – Johnny el nekrofíliko

Los murcianos Lobos Humanos cuentan la historia verídica (o no) de Johnny, apodado el nekrofíliko, por su vicio de visitar los cementerios, vamos, «el don Juan del ataúd» nada menos. Y es que el mundo de ultratumba es más generoso para este tipo marginal: «para mí ir al cementerio es como ir al puticlub». No apta para orejas sensibles, desde luego.

Slayer – Necrophiliac

Como todas las letras de Slayer (o muchas de ellas), no debe interpretarse a modo de experiencia real. Pero en el brutal Hell awaits de 1985 comparten la necesidad de desenterrar cadáveres impuros: «siento el impulso de la creciente necesidad/para follar este cadáver pecaminoso». Amigos de Satán.

Y según en qué lado del espectro de los vivos y los muertos te encuentres, a veces la necrofilia es genial. O la única solución. Una sonrisa cadáver.

Petty (la biografía autorizada)

Cub. Petty.indd Petty (la biografía autorizada) – Warren Zanes – Editorial Neo Person

No creo que debas leer este libro si no te gusta Tom Petty, pero, sobre todo, si no tienes interés en que te guste. Su música, claro. Debo reconocer que antes de abrir la primera página de la biografía (autorizada) de Warren Zanes  apenas conocía la mitad de la discografía de Petty y The Heartbreakers, y casi nada de su vida. Y no lo tenía entre mis artistas de cabecera. Pero, vaya, esa manía de escuchar los discos a medida que se cuentan las historias hace que asocies irremediablemente la música a la vida del artista, a las razones por las que compuso, por las que reía o lloraba. Y página a página, disco a disco, canción a canción, Tom Petty y sus secuaces, casi siempre arropados bajo el manto de The Heartbreakers, iluminaron mi cerebro. Y ahora, casi 400 páginas después, un par de cientos de canciones después, debo reconocer que me he enganchado a estos tipos.

El libro viene precedido de enormes elogios de fuentes dispares, lo cual suele prepararme en contra. No suelo acertar con el gusto común, prefiero las minorías, la basurilla, lo raro. Pero Zanes se ha marcado un gran relato. Lo divide en tres partes asociadas a tres momentos de su relación con Petty: cuando escuchó su música por primera vez en la radio, cuando en una fiesta en su casa le presentó a Jeff Lynne y George Harrison justo en mitad del plan maestro para formar The Traveling Wilburys y el día que hablaron de escribir una biografía. En medio, narra de manera apasionada, concreta, engarzando la parte artística con la personal con delicadeza, sin sangre, eso sí, no sea que no nos autoricen el libro al final, pero sin callar lo esencial. Las páginas vuelan, las canciones vuelan. La edición, bien encuadernada, incluye una parte central con fotografías de diferentes épocas y un índice onomástico que hace fácil la consulta.

Así que si no eres fan de Tom Petty y The Heartbreakers no leas este libro, sálvate. Y si eres fan y aún no lo tienes aparta de la iglesia del santo Tom y deja tu sitio a los nuevos fieles.

Arriba os dejo el riff principal de Refugee en la página amiga Riffstory y una selección de nuestros temas favoritos de Tom Petty. Y si queréis más, el amigo Rock’n’talk se marcó un especial en vinilo de Tom en este enlace.

 

El arte del plagio en el rock (2)

descarga

Es tiempo de volver a revisar algunas grandes imitaciones de la Historia del Rock. No mal interprete nadie mis palabras, pues, como decía en la primera parte de El arte del plagio en el rock, copiar, en cierto modo, ha sido una de las maquinarias de la evolución artística. Pero hay quien lo hace con acierto, reinventando, regenerando ideas, y quien lo hace de manera vulgar, «fusilando» el original sin vergüenza ninguna.

Aquí, nuestra segunda oferta de plagios más o menos disimulados en el rock. En primer lugar el copiador y después el copiado.

Iron Maiden  contra Beckett

Pues sí, la (quizá) banda más grande del heavy metal tiene sobre sus hombros una historia de plagio. Después de años de litigio resolvieron (con dinero) la demanda por la canción Hallowed be thy name. Al parecer reproduce partes casi idénticas de un tema de Beckett titulado Life’s shadow. Por si hay dudas, Rod Smallwood, manager de Iron Maiden, lo fue antes de Beckett.

Mago de Oz contra Labanda

Los archifamosos Mago de Oz han sido acusados de hacer homenajes más o menos discretos en casi todos sus discos. Entre eso y las versiones parece que se hayan olvidado de componer sus propias canciones. Sin quitarles mérito alguno (por aquí nos gustan), la canción Molinos de viento, de La leyenda de La Mancha, no disimula su ¿inspiración? desmedida en Un camino de cerveza del Fiesta campestre (rockmería) de Labanda (a partir de los 30 segundos).

Pink Floyd contra Van Morrison

Parece una blasfemia acusar de plagio a Pink Floyd, pero debéis escuchar las dos canciones. Difícil entender que David Gilmour (responsable del riff de guitarra) no hubiera escuchado Almost Independence Day de Van Morrison cuando componía Wish you were here más o menos a medias con Roger Waters. Aunque el tema de Van Morrison evoluciona de manera distinta al de Pink Floyd hay de dónde sacar «parecidos razonables». Ahí dejo las dos.

Nirvana  contra Killing Joke

Uno de los singles más vendidos en su año, Come as you are, de Nirvana, se basa en un riff de guitarra y un arreglo bastante ¿similar? al tema Eighties de Killing Joke. Tras un poco de polémica (y quizá un arreglo económico) la versión oficial de Nirvana defendía que Kurt Cobain se había inspirado en Eighties para lograr el riff de Come as you are pero dándoles un pulso lento, una inspiración, vaya. Aquí os los dejo.

Sam Smith contra Tom Petty

El cantante Sam Smith no es precisamente conocido por estas páginas, pero tuvo varios números uno y alcanzó a ganar un Grammy por su canción Stay with me. Grammy que tuvo que compartir con Tom Petty y Jeff Lynne meses después porque, efectivamente, su canción estaba «inspirada» en I won’t back down (¿nadie se había dado cuenta antes?). Al final Tom y Jeff acabaron registrados como co-autores de Stay with me. ¡El único Grammy ganado por Tom Petty!

Radiohead contra The Hollies

Este es curioso. La canción que hiciera populares a Radiohead en 1992, Creep, la que, posiblemente, les dio el sustento para desarrollar su carrera los siguientes años, acabó en los tribunales. Albert Hammond y Mike Hazlewood, miembros de The Hollies, encontraron similitudes con su The air that I breathe. Tom Yorke se vio obligado a compartir los créditos de Creep con ellos. Algo habría de cierto, ¿no?

The Beatles contra Chuck Berry

No se escapa nadie. Chuck Berry encontró similitudes entre su canción You can’t catch me y la compuesta por John Lennon titulado Come together. Después de un tira y afloja, Lennon acabó reconociendo su culpabilidad. Como parte del acuerdo, acabó grabando Rock N’Roll en 1975 con versiones de Berry, incluida, curiosamente, ese You can’t catch me.

Miguel Bosé contra T-Rex

Esta también resulta curiosa. Un jovencísimo Miguel Bosé bailó y cantó hasta la saciedad Super Superman en 1979 haciéndose famoso. El trampolín, vaya, de su larga carrera. Pues resulta ciertamente parecida a Telegram Sam de T-Rex (que a su vez se parece a su propia Get it on, todo hay que decirlo). Ese ritmo, esa melodía, ese arreglo…

Y aún hay más, ¡advertimos que habrá tercera parte!

Tom Petty – I won’t back down – 1989

Tom Petty I wont back down

La composición de este tema supuso para Tom Petty una liberación, una expresión artística de su sentimiento de victoria en la lucha contra sí mismo y contra el pirómano que prendió fuego a su casa en mayo de 1987 con su familia dentro. Los siguientes meses Tom los pasó en casas de amigos, de habitación en habitación de hotel, enfrentándose al miedo que la muerte cercana le había dejado y al hecho de que el pirómano nunca fuera descubierto. Él decidió reconstruir la casa en el mismo sitio, continuar donde estaba, el leiv motiv de I won’t back down: “I will stand my ground/and I won’t back down”. Se dirige al pirómano: me quedo en mi sitio, no me rendiré (literalmente, “no me echaré para atrás”) y añade: “You can stand me up at the gates of hell/but I won’t back down”.

El propio músico reconoce una vinculación muy especial con esta canción, afirmando que sintió un escalofrío durante el proceso compositivo, y que el hecho de estar tan unido a su vida real le permitió dejarla desnuda, sencilla, directa. Sin embargo, en el estudio tuvo muchas dudas, precisamente por esa simpleza, por referirse a algo tan concreto. Fue el coautor del tema, Jeff Lynne, quien le animó a perseverar con ella; la arreglaron y el toque mágico de Mike Campbell, guitarrista de los Heartbreakers, hizo el resto.

La canción no puede ser más sencilla (y eso estando Jeff Lynne por ahí ya es mucho decir). Apenas tres versos y un estribillo. El primer verso ya contiene el tema principal “Well, I won’t back down/no, I won’t back down/You can stand me up at the gates of hell/but I won’t back down”. En el segundo verso Petty se reafirma: “No, I’ll stand my ground/won’t be turned around” para recordar en el estribillo el esfuerzo: “I won’t back down/Hey baby, there ain’t no easy way out”. El tercer verso redondea la idea añadiendo: “I got just one life/in a world that keeps on pushin’ me around/but I stand my ground/and I won’t back”. Cierra el tema una variante del estribillo tras un acertadísimo solo de Campbell con un slide tan emocionante y simple como la propia canción.

Tom Petty I wont back down 2A pesar de basarse en una historia tan personal se convirtió en referente para mucha gente en los años sucesivos, por su espíritu de lucha ante la adversidad, la resilencia que nos permite enfrentarnos a nuestros miedos y seguir nuestra vida. Tras los atentados del 11 de septiembre en Nueva York, mucha gente se agarró al lema de I won’t back down. Petty la tocó con su banda en uno de los conciertos de homenaje a las víctimas, de hecho.

Nunca debe menospreciarse el poder de una pequeña obra de arte de apenas tres minutos.

La canción tiene otra curiosa historia. Petty y Lynne ganaron un Grammy gracias a ella… pero 26 años después. El artista Sam Smith llegó al número uno de ventas en medio mundo con Stay with me y ganó un Grammy a la mejor canción en 2015. Resulta que estaba “inspirada” en I won’t back down y acabaron registrados Tom y Jeff como “co-autores”, recibiendo su correspondiente Grammy.

La compañía decidió editarlo como primer single del álbum Full moon fever de 1989 grabando un vídeo en el que aparecen junto a Tom Petty el productor y co-compositor del tema Jeff Lyne, los guitarristas Mike Campbell y George Harrison y el batería Ringo Starr. En el álbum tocó la batería Phil Jones y metió coros Howie Epstein. Como single alcanzó ventas modestas (llegó al número 12 en Estados Unidos y al 28 en el Reino Unido) pero abrió la puerta al disco más vendido de Tom Petty.

El arte del plagio (en el rock)

Y el título no es un error: el arte es un plagio y el plagio es un arte. También en el rock. La Historia de la música ha evolucionado mediante el copieteo, el reciclaje, la revisión de métodos y estructuras anteriores y, claro, la creación absolutamente original. El plagio surgió con la propiedad privada y los derechos de autor. Dicho esto, hay algunos «homenajes» casuales, otros «robados» y la mayoría indiscretos, cuando menos. Pero ¿qué es plagio? dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul… plagio ¡eres tú!

En fin, como listas de plagios hay muchas yo aquí he seleccionado algunos curiosos, raros o tan indisimulados que dan hasta pena. ¿Qué hace un roquero de pro copiando a un cantante brasileiro? ¿Y un grupo de moda adolescente fusilando un éxito masivo de los ochenta? Espero que te lleves alguna sorpresa. Primero pongo el vídeo copiado y luego el copiador.

Agrega en los comentarios tus plagios preferidos del rock.

Y recuerda: robar está muy feo.

Metallica contra Excel 

Las similitudes entre el mega-éxito Enter sadman y le tema Tapping into the emotional void de una banda undergruound como Excel llaman mucho la atención: riff principal, entrada y parte del puente.

Rod Stewart contra Jorge Ben

Que el bueno de Rod se apoderara de la melodía vocal de un tema desconocido de un cantante brasileño de título Taj Mahal hubiera quedado en una fruslería si la canción no se hubiera conocido en todo el mundo. Si comparáis la de Jorge Ben a partir del segundo 50 queda todo dicho.

One Direction contra Def Leppard

En la búsqueda de plagios raros o poco conocidos he encontrado que la banda pop de moda One Direction está a la cabeza de los últimos homenajes no autorizados. Me quedo con este, donde fusilan de manera poco disimulada el éxito Pour some sugar on me de los también británicos Def Leppard en su canción Midnight memories. Si hasta el vídeo le da un homenaje…

Tom Petty contra Red Hot Chili Peppers

Si la copia se toma con humor y se arregla con unos eurillos fuera de las cámaras y las redes sociales, tanto mejor. El bueno de Dani California se inspiró en Mary Jane’s last dance. Aunque intentaron arreglarlo, la melodía y el ritmo se parecen mucho, mucho.

Buckcherry contra KISS

Para qué componer un riff bueno para Lit up si podemos copiarlo. Descarado homenaje a la guitarra de Ace Frehley en Shock me.

Green Day contra The Kinks

Si coges el ritmo y el riff de Picture book y le cambias la letra y la melodía vocal compones un tema nuevo, por ejemplo Warning. Casi da risa. A veces el problema está en la poca oreja y en la cada vez más lamentable incultura musical. Del oyente, digo.

Coldplay contra Joe Satriani

De verdad, en todos lados hay donde rascar. Se libran pocos grupos. Los archi-admirados Coldplay se sacaron de la manga un single de título Viva la vida que se pega a la melodía y al ritmo de If I could fly de Joe Satriani. Vaya, que le han puesto letra al instrumental del virtuoso guitarrista.

Jet contra Iggy Pop

Esta no iba a ponerla por que resulta muy conocida pero me ayudó a ganar una apuesta. Iggy Pop renacido en Trainspotting no se olvida fácilmente. El riff y parte de la estrofa coinciden, además del descaro del ritmo inicial y la línea de bajo. Inspiración.

Led Zeppelin contra el mundo

Una de las bandas siempre bajo sospecha, llena de pleitos por sus continuos homenajes. Algunos temas han cambiado de autores tras las decisiones de los jueces, otras no. La (quizá) banda más grande del rock pasa por ser la gran plagiadora (por ahí anda Oasis midiéndose de igual a igual). Os dejo este pequeño vídeo no exento de polémica.

Tom Petty and The Heartbreakers – She’s the one – 1996

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Tom Petty and The Heartbreakers – She’s the one – 1996

Tom Petty, en el verano de 1996,  editó esta banda sonora como soporte de la película She’s the one dirigida y escrita por Edward Burns. El propio compositor despotrica de este trabajo y confiesa que la hizo un poco por obligación y un poco por el mal momento personal y económico por el que pasaba. Básicamente, compuso un par de canciones, eligió un par de temas para versionerar y los descartes de Wildflowers y se metió en el estudio. Pues Tom, amigo, te quedó un refrito muy entretenido, no uno de tus grandes discos pero sí de los más agradables de escuchar: inspirado, bien acabado, con buenas guitarras y una interpretación de la banda de nivel. No desperdiciarás tu tiempo si te la empapas enterita. Además, funciona estupendamente como álbum, más allá de sus referencias a una (floja) película.

Tom Petty y sus Heartbreakers suenan ligeros,  como banda bien empacada, pero  nada de complicaciones. Temas sencillos, un par de canciones excelentes, algún pasaje instrumental, aunque con ciertos momentos de inconsistencia; si hubiera descartado tres o cuatro cortes el disco habría ganado. Por momentos se acerca al Dylan eléctrico en demasía y en ocasiones se copia a sí mismo, pero, vaya, una banda sonora permite ciertas licencias al artista.

Lo mejor del álbum está al principio. La grandiosa Walls (Circus), una lograda canción pop con un acertado arreglo vocal. El rock casi acerado de Zero from outer space con sello Heartbreakers. Climb that hill tiene un toque especial a pesar de un estribillo simplón y una evolución contenida. Benmont Tench y Mike Campbell se llevan el premio en Grew up fast («we grew up smashed/and we grew up alone»). Las soberbia versión de Change the locks (de Lucinda Williams) con su crescendo resulta muy acertada,  igual que Asshole de Beck, calmada, suave. Para el final reservamos Supernatural radio, emotiva, inspirada y el pop aseado de Hope you never, temas bien acabados, como  Walls (Nº 3).

Producido por el propio Petty junto a Rick Rubin y Mike Campbell, cuenta con numerosos invitados: Ringo Starr, Carl Wilson o Lindsey Buckingam entre otros. La banda que arropa a Tom (quien canta y toca guitarras, armónica, piano, lo de siempre) la conformaron Mike Campbell a las guitarras, Curt Bisquera a la batería, Benmont Tench a las teclas y Howie Epstein al bajo.

Una banda sonora a recuperar, especialmente si eres fan de Petty y los sonidos americanos.

La banda sonora en completa puedes escucharla en este enlace.

 

 

Compuesto por Jeff Lynne

 

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Las mejores canciones compuestas por Jeff Lynne 

Jeff Lyne ha comandado la nave de la Electric Light Orchestra (ELO) desde 1971 con notable éxito de crítica y ventas. Poseedor de un estilo particular, ganó fama como productor y compositor durante los ochenta, cuando la ELO comenzó a desaparecer. Aquí os presento una selección de los mejores temas (o los más famosos) que compuso para otros artistas.

George Harrison – This is love

El mejor disco de Harrison en muchos años, con un toque popero y una producción propia de Jeff, se tituló Cloud nine y apareció en 1987.

Roy Orbison – You got it

Con Roy Orbison colaboró en su álbum de 1989 Mystery girl, proporcionándole uno de sus mayores éxitos comerciales.

Tom Petty – Free fallin

Tom y Jeff colaboraron en el primer álbum en solitario de Petty, uno de sus mejores trabajos, el Full moon fever de 1989.

Dave Edmunds – Slipping away

Entre sus variopintas colaboraciones a principios de los ochenta se asoció al galés Dave Edmunds y ayudó a relanzar su carrera con varios singles de éxito en el Reino Unido, como este Slipping away aparecido en el álbum Information de 1983.

Aerosmith – Lizard love

Grabada en las sesiones de Get a grip no entró finalmente en el álbum. La regrabaron para la banda sonora de Rugrats Go Wild en el 2003.

Olivia Newton John – Xanadú

No podía faltar. Número uno de ventas en 1980, la compuso para la película del mismo nombre.