Archivo de la etiqueta: Rainbow

Don Airey: secundario de lujo.

En el argot ciclista se usa la palabra «gregario» para referirse al miembro de un equipo que, sin distinguirse de los demás, sin ser un referente, sigue siempre las órdenes del director o vive a la sombra del líder. Algunos han pasado a la Historia como «gregarios de lujo»: ciclistas que se ganaron fama bregando por la victoria de otro, por el éxito del equipo, cediendo su fama individual en favor de la colectiva. Y en la música también existe esa figura, la del currante de escenario y estudio que casi nunca da un paso al frente, pero sin cuya colaboración el resultado final no hubiera sido el mismo. Hoy, rendimos homenaje al teclista Don Airey, uno de esos secuaces imprescindibles, uno que acumula, según Discogs y su propia página web, más de trescientos discos a sus espaldas. O en sus dedos, más bien. Él mismo definió su trabajo: «en cualquier sitio, cuando eres el teclista, tienes que saber exactamente qué es lo que aportas, esa es tu contribución y ese es el rol principal de un teclista. Das a los demás el apoyo que les hace sentir seguros y les hace sentir que su música tiene valor».

Don Airey es uno de los músicos más prolíficos y solicitados del mundo hard roquero desde sus primeros pinitos allá por mitad de los setenta hasta su inclusión en el seno dorado de Deep Purple. De hecho, comienza la biografía de su web con esta frase: «Don ha girado con los grandes y con los buenos y ha tenido un asiento preferente en algunos de los eventos más excitantes de la Historia del rock». Quiénes somos nosotros para juzgar lo contrario. Si hasta tiene un blog realizado por sus fans.

Nacido en 1948, precoz estudiante de piano y enamorado del Hammond desde su adolescencia, tuvo su primera experiencia profesional con un personaje imprescindible en su despegue musical, Cozy Powell, quien venía de tocar la batería con el mismísimo Jeff Beck. Como Cozy Powell’s Hammer grabaron un single juntos en 1974 (Na, na, na), pero la historia no dio para mucho más. Powell le llamó cuatro años después para que probara suerte en una banda en la que estaba tocando; el puesto de teclista había quedado libre y el jefe estaba interesado en escucharle. Esa banda se llamaba Rainbow y Don se sentó tras los teclados a finales de 1978. «Tocar en Japón te hacía sentir como The Beatles: Graham Bonnet y yo tuvimos que correr para salvar nuestras vidas en un centro comercial perseguidos por una manada de mujeres». Grabó Down to Earth (1979) y Difficult to cure (1981). La buena relación con Cozy Powell se extendió a los discos en solitario del batería. Colaboró en el debut en formato largo del colega, Over the top (1979), en el siguiente Tilt (1981) o en Octopus (1983).

Sí, estos son Rainbow en 1981

Entre aquel single primigenio y su entrada en Rainbow, nuestro protagonista formó parte de uno de los combos más interesantes de finales de los setenta: Colosseum II. Otros tres álbumes duró su aventura: Strange new flesh, del 76, y Electric savage y War dance, ambos del 77. Más allá de la música, el mayor valor de aquella experiencia fue conocer a Gary Moore, guitarrista del combo. De él dijo: «Compartir el escenario con el Gary de 22 años, en plena efervescencia, fue inolvidable para la audiencia». La amistad, el buen rollo, formó una alianza que se extendió en el tiempo. Con Gary Moore, en el estudio, sonaron juntos, por ejemplo, en Back on the streets (1979), Dirty fingers (1983), Run for cover (1985) o Still got the blues (1990). De este último, dice Don: «para nuestra sorpresa, se convirtió en el álbum de blues más vendido de todos los tiempos». En directo nos dejaron Rockin’ every night – Live in Japan (1983) o Live (grabado en el 81 y editado dos años después). De hecho, la última grabación de Gary fue para el álbum de Don titulado Keyed up (editado en 2014).

Su fama como arreglista y músico de estudio crecía. Por dejar dos muestras. Le encontramos acreditado en tres canciones del álbum 20 años (1980) del grupo Pecos el mismo año que arregló y tocó en el debut en solitario de Michael Schenker al frente de su banda, MSG (The Michael Schenker Group, 1980). Y en la misma época se (re)encontró con Ozzy Osbourne. «Estar en la banda de Ozzy fue una experiencia de la que me siento orgulloso, pero no querría volver a pasar por ello de nuevo». Años turbios, seguro. La introducción mítica de Mr. Crowley le pertenece por entero. Participó en el estudio durante las grabaciones de Blizzard of Ozz (1980) y Bark at the moon (1983) y en la gira del 81/82. Por cierto, a Ozzy metiendo las teclas en el Never say die! (1978) de Black Sabbath.

La segunda mitad de los ochenta le pilló sin un puesto fijo, por lo que alternó su labor en estudio con algunas giras. Puso sus zarpas en los pelotazos multiplatino de David Coverdale (Whitesnake, 1987, y Slip of the tongue, 1989), donde se encargó de los arreglos, por ejemplo, de Is this love. Otra aventura interesante la vivió junto a Bernie Marsden en el álbum The Pack (1985) de la banda Alaska. No puedo evitar nombrar aquí el debut de Zeno (1986), disco más que reivindicable. Entre sus viajes por los escenarios, destacar la gira con Jethro Tull para la presentación de Crest of a knave (1987). Añadamos finalmente a Judas Priest: Don se convirtió, en cierto modo, en el teclista no-oficial de los metaleros británicos colaborando en Painkiller (1990). Escucha A touch of evil, por ejemplo. Las malas lenguas mantienen que el bajo del álbum lo grabó Don con un Minimoog. Debió de hacerlo bien, porque repitió en Demolition (2001), Angel of retribution (2005) y Nostradamus (2008).

A principio de los noventa tuvo que retirarse temporalmente por problemas personales. Su retorno fue progresivo, colaborando, de nuevo, como músico de estudio, yendo de proyecto en proyecto, hasta acabar en «los Purple» a comienzos de siglo. Entre todas aquellas historias, dejemos para la escucha sus colaboraciones con Uli Jon Roth (Trascendental sky guitar, 2000), Ten (Babylon, 2000) o Glen Tipton (Babtizm of fire, 1997). Pero su mayor éxito lo alcanzó con Katrina & The Waves. Comenzó como arreglista y tocando pianos y Hammond en Edge of the land (1993), siguió en Turn around (1995) y alcanzó el momento de gloria en 1997. Don arregló la canción Love shine a light que representó a Gran Bretaña en Eurovisión y la BBC ofreció a nuestro amigo la posibilidad de dirigir la orquesta el día del concurso. La canción ganó aquella edición. Airey, gran fan de Eurovisión, afirmó poco después: «ha sido mi mayor orgullo». Ahí le tenéis.

En 2001 recibió una llamada que cambió, una vez más, su vida: sustituyó temporalmente a Jon Lord tras las teclas de Deep Purple en la gira de aquel verano. Poco después, Lord anunció su retirada definitiva y Don fue nombrado miembro oficial de la banda, en la que permanece hoy en día. «Fue difícil durante dos o tres años. Estuvimos trabajando muy duro y nadie dijo mucho. Pero gradualmente encontré mi sitio en una nueva identidad». Ha grabado seis discos de estudio y ha girado incansablemente por todo el planeta. Woosh (2020) y Now What? (2013) son especialmente jugosos, con la producción de Bob Ezrin. Y si quieres saber a qué suenan estos «Purple» en directo, pincha Live at Montreux (2007) o Live in Rome (2019).

Y, claro, con tanto tiempo libre también ha publicado y girado con su propio nombre en la portada o los carteles. Cinco discos en estudio, desde K2 en 1988 hasta One of a kind en 2018, con el recomendable Keyed up (2014) en medio. Su última publicación ha sido un directo grabado en Alemania titulado Live in Hamburg (2019), donde repasa algunas de las mejores canciones de su larga trayectoria. Muy recomendable.

Para cerrar este homenaje, una reflexión sincera. «La cuestión es que soy un teclista en una banda de rock y tienes que permanecer quieto mientras tocas. Esos guitarristas y esos cantantes tienen personalidades enormes». Esos guitarristas: Richie Blackmore, Steve Morse, Randy Rhoads, Gary Moore, Jake E. Lee o Martin Barre. Esos cantantes: Ian Gillan, Ozzy Osbourne, Joe Lynn Turner, David Coverdale o Graham Bonnet. Algo sabrá de todo esto.

Anuncio publicitario

Producido por Roger Glover

Más allá de su existencia musical al lado de Ritchie Blackmore, bien en Deep Purple, bien en Rainbow, Roger Glover desarrolló una labor como productor a lo largo de docenas de álbumes y singles. Ganó fama a los mandos tras «abandonar» en el verano de 1973 Deep Purple; entre ese momento y hasta su regreso al lado de Blackmore en la primavera de 1979, para producir y tocar en Down to earth, se encargó de una fantástica colección de canciones que hoy vamos a repasar.

Antes aún, mientras era uno de los tipos que tocaban en una de las bandas más grandes del Universo roquero, se encargó del debut de Rupert Hine, Pick up the bone (1971), y su continuación, Unfinished picture (1973) para el sello discográfico creado por los mánager de Deep Purple y que, con poca originalidad, llamaron Purple Records. En 1972 produjo el debut de Elf, banda en la que cantaba Ronald Padavona, quien poco después se haría famoso con el nombre artísitico Ronnie James Dio. Glover colaboró también en los dos siguientes (Carolina County Ball, 1974, y Trying to burn the sun, 1975). Poco después Dio se enroló en los Rainbow de Ritchie Blackmore, comenzando su ascenso a los cielos.

En el verano de 1973 Roger Glover fue «despedido» de su banda amada: junto a Ian Gillan, cantante, recibió una patada de su adorado Blackmore. En el último concierto de aquella gira el guitarrista le dijo: «no es nada personal, tan solo son negocios». Este «nada personal» despido no impidió que, años después, los dos retomaran su relación profesional. Aquellos (casi) seis años de travesía los aprovechó Roger para hacerse con los mandos de numerosos proyectos, propios y ajenos.

Uno de sus grandes clientes fueron los escoceses Nazareth. Tras dos álbumes con poco éxito y muchas ganas de ser famosos, recurrieron a nuestro protagonista en las postrimerías de 1972 para grabar Razamanaz (1973), donde comenzaron a formar su sonido característico con temas determinantes como Woke up this morning, la propia Razamanaz o Broken down angel. Repitieron fórmula en Loud’n’proud (1973) y Rampant (1974).

Curiosamente, otro de sus clientes importantes fue David Coverdale, quien entrara en Deep Purple según salió Roger. Tras la muerte del guitarrista Tommy Bolin, el grupo desapareció y Coverdale recurrió a Glover para arrancar su carrera en solitario. Produjo el debut White Snake (1977) y su continuación Northwinds (1978); él mismo toca los teclados y la mandolina y recurrió a Dio para los coros. Micky Moody tocaba las guitarras con un feeling bestial, gracias, mucho, a la magia técnica de Roger, quien, oh, sorpresa, se encargó su disco con Bob Young (The Young & Moody Band, 1977). Como la «vida púrpura» es pequeña, dos excompañeros, el teclista Jon Lord y el batería Ian Paice, acabaron formando con David la banda Whitesnake, haciendo, de nuevo, historia.

Entre el 76 y el 77 alcanzó un pico de popularidad. Tuvo ocasión de colaborar con su colega expulsado Ian Gillan en el álbum de este titulado Child in time (1976) bajo el paraguas The Ian Gillan Band. En septiembre de ese mismo año se metió al estudio con otra bestia de las seis cuerdas, Rory Gallagher, para registrar Calling card (1977). Quizá Rory quiso retomar el pulso roquero con la adición de Roger o, simplemente, lograr un sonido final distinto, pero lo cierto es que el álbum está entre los mejores de su carrera. También grabó en los Rampton Studios con unos aún desconocidos Judas Priest, resultando una de sus primeras gemas, Sin after sin (1977), con canciones como Sinner o Diamonds and rust.

Tuvo tiempo de grabar un single con Status Quo (Wild side of life, 76) y meter mano a numerosos artistas, más o menos desconocidos: Strapps, Eddie Hardin, Grand Theft, entre otros. Grabó dos discos en solitario. El primero, The butterfly ball and the grasshopper´s feast (1974), un álbum conceptual basado en el poema infantil del mismo título, contó con una colección impresionante de colaboradores; como ejemplo, cantaron David Coverdale, Gelenn Hughes, John Lawton, Eddie Hardin o Ronnie James Dio, quien dio voz al single Love is all. Para su segundo largo también intentó otro salto mortal, incluyendo a la orquesta filarmónica de Munich: canciones dedicadas a los cuatro elementos y un pequeño final, composiciones progresivas llenas de sintes, cambios y atmósferas distintas. Elements (1978) se tituló.

Con todo esto, alcanzamos la primavera de 1979, cuando su ex-compañero Blackmore le reclama para producir el que sería cuarto trabajo de Rainbow. De inicio, la labor de Glover no iba a ir más allá, pero el baile de músicos en aquellos meses hizo que tuviera que grabar la mayor parte de las líneas de bajo y hacerse cargo de las letras y las melodías vocales durante la composición. Así, apoyado por Cozzy Powell (batería) y Don Airey (teclista) acabó siendo miembro permanente de la banda y responsable, al final, de la producción no solo de Down to Earth (1979), si no también de los siguientes cuatro largos del grupo: Difficult to cure, 81, Straight between the eyes, 82, y Bent out of shape, 83. Cuando en 1984 decidieron retomar el trabajo con Deep Purple junto a Ian Gillan, Ian Paice y Jon Lord, volvió a encargarse de la producción; no dejó los controles en los siguientes seis álbumes, cuando ya fue «sustituido» por Michael Bradford, primero, y Bob Ezrin, después.

En medio, se permitió pocas licencias. En 1980 acudió en ayuda de Michael Schenker para su debut como The Michael Schenker Group y diez años después se lo hizo con Pretty Maids y su extraordinario Jump the gun.

Un tipo de inquietudes musicales, como demuestran sus obras en solitario, que fabricó un estilo tras los mandos que ha dejado una excelente discografía, digan de pasar una buena tarde con las orejas atentas.

Sexo en el rock (18): groupies y demás compañías

Groupie (o grupi) se define como una persona (usualmente fémina) que admirando a un músico desea tener «intimidad» con dicho músico. Vamos, que quiere follar o coger con el susodicho personaje y si puede ser demostrarlo o llevarse un recuerdo. Hoy en día bastaría con un selfie (un autorretrato, vaya), pero en años vintage había groupies que necesitaban recuerdos de lo más curioso: pelos del pubis o una escultura del miembro viril del artista. Ahí lo dejamos.

Carne de cañón, el premio al final del concierto, rompematrimonios, se han hecho famosas por su insistencia, su encanto y su capacidad para abordar al objeto de sus necesidades obsesivas. En este enlace podéis cotillear algunas de las groupies más famosas. Mientras, dale al play de nuestra pequeña selección de canciones exclusivas sobre las gruopies compuestas por sus víctimas.

Rainbow – All night long

A Graham Bonnet no le cabe duda alguna: «You didn’t come just to see the show/I guess you know what you want to see». La chica tiene la mente sucia, pero las manos limpias. Single del álbum Down to earth (1979).

Ian Hunter – Once bitten twice shy

Curioso que el tema de más éxito de Ian Hunter fuera el primero que compuso tras su salida de Mott the Hoople. La expresión inglesa tiene un equivalente castellano: gato escaldado huye del agua. Hunter la compuso por una groupie que una y otra vez era «engañada» por los músicos de la banda (y de otras bandas). No aprendía la lección.

The Allman Brothers Band – Little Martha

¿Los sureños también necesitan amor tras un sudoroso concierto? Duane Allman compuso esta tonada acústica en homenaje a una amante que conoció en uno de sus bolos. Instrumental del disco de 1972 Eat the peach.

Mr Big – Daddy, brother, lover, little boy (the electric drill song)

El bajista Billy Sheehan escribió la letra de esta canción basada en sus experiencias «tras-concierto». Eric Martin, cantante, le dio una vuelta y se marcó el estribillo: seré tu papá, tu hermano, tu amante, tu niño pequeño, lo que tú necesites. Del álbum Lean into it (1991).

Led Zeppelin – Sick again

Si de groupies hablamos quién si no los más corrosivos tras los escenarios. Dedicaron varias canciones al tema y nos quedamos con esta del Physical graffiti (1975). Aunque no sabe su nombre, Robert Plant sí sabe que la chica que espera en el recibidor del Hotel Paradise, la misma que ha visto desde su limusina al entrar al concierto, va a pasar la noche con él.

AC/DC – Go down

Tema dedicado a una groupie habitual de Bon Scott, llamada Ruby Lips, de cuyos placeres orales disfrutaba el cantante con cierta frecuencia. Era el año 1977 y el disco se titulaba Let there be rock.

Them – Gloria

Si alguien quiere saber qué sucede cuando una groupie se acerca a una estrellita del rock que preste atención a esta canción. Compuesta por Van Morrison y grabada en 1964, se convirtió en un auténtico hit y un estándar del rock. La versión de casi veinte minutos que The Doors hicieron pocos años después, más explícita, no tiene desperdicio.

King Crimson – Ladies on the road

Hasta un tipo tan serio como Robert Fripp tiene sus necesidades. Con la letra del, por entonces, habitual Pete Sinfield, nos cuenta las correrías con esas chicas que siempre aparecen en la carretera. Más bien detrás del escenario. A veces antes del concierto. Del álbum Islands (1971)

Winger – Seventeen

Kip Winger se hizo músico por las mujeres. Con quince años tonteaba por los bares con sus bandas amaters y siempre acababa en cama ajena. Cuando con veintisiete años publicó su disco debut tuvo que acordarse de una «urgencia» con una menor: » Daddy says she’s too young, but she’s old enough for me».

Kiss – Plaster caster

Para el álbum Love Gun (1977) el bueno de Gene Simmons se marcó este homenaje a dos famosísimas groupies de la época, que se dedicaban a hacer esculturas de escayola de los miembros de los miembros de las bandas de rock. Simmons insiste en que tuvieron que usar mucha escayola con él.

La música clásica en clave de rock y heavy metal.

Ya lo cantaban Barón Rojo allá por 1985: «el gran Beethoven hoy tocaría rock». Y es que la relación entre la música sinfónica, la música orquestal, con el rock y, sobre todo, el metal ha sido descrita y avalada en numerosas ocasiones. Lejos de hacer un tratado sobre ello, nos apetecía acercarnos a esas influencias a través de las recreaciones que algunos artistas de diverso pelaje han realizado a lo largo de la Historia de nuestro rollo. La lista es interminable, por cierto, en especial si nos zambullimos en el mundo del virtuosismo guitarrero.

Como de costumbre, dale al play y disfruta.

Emerson, Lake & Palmer – Nutrocker

Una de las bandas que más veces y mejor ha introducido composiciones clásicas en sus discos y directos. Como ejemplo, la actualización de «Cuadros de una exposición» del ruso Músorgski o este Nutrocker, un favorito de los conciertos que editaron como single en 1972, a su vez deudor de B. Bumble and the Stingers (quienes la grabaron diez años antes). Versión de la marcha de «El Cascanueces» (Nutcracker) de Tchaikovsky.

Mekong Delta – Pictures at an exhibition

Y como reflejo maligno de la anterior, también inspirada en Mussorgsky y sus «Cuadros en una exposición», por aquí dejamos un fragmento del trabajo de esta banda de thrash metal alemana formada en los ochenta. Aparece en su disco de 1996 del mismo título.

Cozy Powell – Over the top

Esta canción, que cierra el álbum de igual título publicado en 1979, viene firmada por el propio batería (Cozy), el teclista Don Airey y, claro, un tal Tchaikovsky. En ella se intercalan un largo solo de Airey, otro de Powell y el final fantasioso se lo ceden a una versión de la «Obertura solemne 1812» del amigo Piotr.

Dark Moor – Swan Lake

Y del mismo compositor no podía faltar una recreación de «El lago de los cisnes». Curioso que Tchaikovsky sea, junto a Beethoven, uno de los más habituales en esto del rock y el metal. Qué mejor que esta sorprendente versión que grabaron los madrileños Dark Moor para su Autumnal del 2009. La banda bucea a lo largo de su discografía en otros compositores clásicos, por cierto, como en la excelente Vivaldi’s winter.

Manfred Mann’s Earth Band – Starbird

En el álbum de 1976 The roaring silence escogen un tema del ballet El pájaro de fuego de Igor Stravinsky para este corte, Starbird. Fenomenal adaptación de unos tipos bregados en esto de las versiones.

Los Relámpagos – Danza del fuego

La banda madrileña se especializó en musicar con instrumentos modernos melodías añejas, clásicas o populares, haciendo de ello un estilo característico en mitad de la década de los sesenta. Valga esta muestra, un single que versionea Danza ritual del fuego de Manuel de Falla.

Lanny Cordola – Marriage of Figaro (sort of…)

El guitarrista Lanny Cordola, tras abandonar House of Lords, se lanzó a un álbum ecléctico y extraño en la que incluía este instrumental con un homenaje a «Las bodas de Fígaro» de Wolfgang Amadeus Mozart. El disco se tituló Electric warrior, acoustic soul y se editó en 1991.

Rage – Fugue No. 5 in D major

Arreglada por Victor Smolsky, los alemanes recrean esta pieza de Johan Sebastian Bach, un clásico habitual en las inspiraciones metaleras. Lo grabaron durante las sesiones de Soundchaser (2003) y apareció como extra en la edición japonesa.

Jethro Tull – Bourée

Ian Anderson recreó para el segundo Lp de su grupo, Stand up, de 1969, esta versión del «Bourée in E minor» de Bach. A pesar de la obvia copia u homenaje, sin duda el arreglo y la interpretación del flautista dan un toque muy personal al tema.

Sinfonity – Toccata & Fugue in Dm

Y siguiendo con el barroco de Bach, una versión de esta particular banda madrileña que presume de ser la única orquesta del mundo compuesta exclusivamente por guitarras eléctricas. La experiencia en directo es increíble.

Manowar – Sting of the bumblebee

En su álbum de 1988 Kings of metal grabaron esta versión del interludio «Flight of the bumblebee» (El vuelo del abejorro) que Rimsky-Korsakov compusiera para su ópera «El cuento del zar Saltan». La originalidad de este corte reside en que está interpretada al bajo por Joey DeMaio.

The Great Kat – Funeral March

Todo un personaje esta tipa. De formación clásica al violín se pasó a la guitarra eléctrica y dio una lección de velocidad y preciosismo en sus discos y directos. La imagen de agresividad y dominación seguramente le alejó del gran público, pero, sin duda, una bestia a las seis cuerdas. Entre sus muchas recreaciones de clásicos escogemos esta marcha sacada del disco Beethoven on speed (1990) que recrea la «Sonaba en B Menor para piano» del propio Beethoven.

Rainbow – Difficult to cure (Beethoven’s nine)

Claro, no podía faltar. Es inevitable acordarse de la recreación de Rainbow para el álbum del mismo título, allá por 1981. Sobre la partitura clásica Ritchie Blackmore, Roger Glover y Don Airey crean una canción que encaja en el imaginario sonoro roquero de la banda.

Miguel Ríos – Himno a la alegría

Para terminar el ciclo homenaje a Beethoven, de nuevo tiramos de la «novena» en esta versión de Waldo de los Ríos y Amado Regueiro que de manera preciosista cantó Miguel Ríos en su segundo disco, Despierta, de 1970. Un exitazo en Europa y Estados Unidos.

Uli Jon Roth & Sky Orchestra – Venga la primavera

Y si de relación entre «lo clásico» y «lo moderno» hablamos quién mejor que Uli Jon Roth, uno de los guitarristas que mejor ha introducido arreglos y estructuras orquestales en el rock. En 2003 editó Metamorphosis of Vivaldi’s four seasons con una orquesta de quince músicos y su guitarra como protagonista. La primera parte de este trabajo es una recreación de «Las cuatro estaciones» de Vivaldi.

Los Canarios – Ciclos

Y del mismo compositor y la misma obra, Los Canarios hicieron una asombrosa revisión en 1974. Arreglos e interpretación colocan este Ciclos en la cumbre musical progresiva de cualquier época para unos y en un ejercicio de nada para otros. Sea como fuere, el álbum original, doble, incluía una estación en cada cara y no se puede negar la ambición de Teddy Bautista y los suyos.

Sky – La danza

Curiosa esta adaptación del grupo australiano Sky en su debut. Escogieron una composición del español Antonio Ruiz-Pipó, virtuoso pianista, para rehacerla con un toque muy particular. La versión de Sky fue grabada en 1979.

Therion – O Fortuna

Otro compositor habitual de las recreaciones metaleras es Carl Orff y su «Carmina Burana», y entre todas, cómo no traer a Therion, banda que mezcla death y thrash metal con influencias operísticas y sinfónicas, haciendo el fragmento más famoso de la cantata de Orff. Grabado en el año 2000 para su álbum Deggial.

 
 
 
 
 
 

¡Intruso! Cantantes de paso en grandes bandas del rock.


Micrófono

Cantantes de paso en grandes bandas del rock.

En el devenir histórico de las bandas suceden a veces actos curiosos, cómo no, y en especial si la historia del grupo se alarga en el tiempo. En este caso, vamos a dar protagonismo a cantantes más o menos famosos que pasaron por grupos conocidos para no volver. Grabaron un disco, quizá aguantaron la gira posterior y adiós muy buenas. La mayoría de estos álbumes se quedan como una rareza en la discografía y, en el mejor de los casos, un buen recuerdo para los fans. Ejemplos hay muchos. Nosotros nos quedamos con estos.

Ian Gillan – Black Sabbath – Born again – 1983

Al principio iba a ser un proyecto en solitario de Tony Iommi con el ex-cantante de Deep Purple, Ian Gillan, pero motivos contractuales y el dinero llevaron a desarrollarlo como un álbum de Black Sabbath. La verdad, vendió muy bien, alcanzando el número 4 en el Reino Unido. El disco contiene buenas canciones como Zero the hero, la propia Born again o Trashed. Tras una breve gira, Gillan volvió a reunirse con sus antiguos camaradas de Deep Purple y la historia no tuvo continuidad. Por cierto, el último disco en que grabó Bill Ward.

Graham Bonnet – The Michael Schenker Group – Assault attack – 1982

El paso de Graham Bonnet por la banda de Michael Schenker fue tan breve que apenas grabaron el álbum y tocaron juntos en medio concierto: en un bolo de calentamiento para el festival de Reading el alemán se cabreó con el cantante y le mandó al paro. Bonnet entró en el grupo recomendado por el batería Cozy Powell, compañeros ambos en la breve estancia de Graham en Rainbow. El batería salió por patas incluso antes de la grabación, que ya resultó problemática, en el Château d’Hérouvelle, en Francia, pues hasta tuvieron que mudarse a Munich para grabar las voces. Total, que el álbum, con otra magistral producción de Martin Birch, salió a la venta con su cantante despedido. Un caso curioso. A destacar temas como Dancer, Rock you to the ground o Assault attack.

Joe Lynn Turner – Deep Pruple – Slaves and masters – 1990

En la historia de Deep Purple el vaivén de voceras ha sido interesante, sobre todo porque ha contado con varios ciertamente carismáticos. La polémica elección «a dedo» de Joe Lynn Turner, imposición de Richie Blackmore, como  sustituto de Ian Gillan (otra vez por aquí) dio lugar a un álbum que encaja más en la discografía de Rainbow, y en donde podemos escuchar buenos temas: King of dreams, Fortuneteller o Love conquers all. No vendió, recibió malas críticas y la tensión en el seno del grupo llevó a Turner a recibir la patada.

 

Gary Cherone – Van Halen – Van Halen III – 1998

La verdad, todo en este álbum suena a catástrofe. Las canciones, la producción, el cantante y ¡hasta el propio Eddie parece un imitador! Pasaba por malos momentos personales el genial guitarrista y eso lastró al grupo. No podemos echar toda la culpa a Cherone, que tampoco lo hace mal, le pone ilusión y recibió muy buenas críticas durante la gira. Pero no vendió y Van Halen se acabó durante muchos años. Pueden rescatarse algunos momentos, como From afar o Fire in a hole. Sin duda, el peor álbum de este post.

 

Jon Corabi – Mötley Crüe – Mötley Crüe – 1994

Tras cuatro años sin grabar, tras haber subido a lo más alto de las listas de éxitos con Dr. Feelgood, tras sobrepasarse en excesos y reingresos en centros de desintoxicación, Vince Neil fue despedido. Nikki Sixx y Tommy Lee buscaron un cantante de registro más acorde a los tiempos, que supiera tocar la guitarra y componer, y que no discutiera a la hora de repartir los royalties (acababan de firmar un contrato por 25 millones con Elektra). El elegido fue Jon Corabi, de unos desconocidos The Scream. El cuarteto tardó diez meses en recoger las canciones que conformaron el álbum de título homónimo a la banda, el sexto, que debutó en el puesto 7 de ventas pero cayó muy rápido en las listas. El cambio de gustos y la falta de promoción por parte de muchos medios, en especial la MTV, relegó este estupendo trabajo al cajón de los desechos. Canciones a recuperar como Power to the music, Uncle Jack, Misunderstood o ‘Til death do as part.

 

Lo mejor de Bob Daisley

Bob Daisley

Lo mejor de Bob Daisley

Ocurre que hoy me he encontrado escuchando el bajo de Bob Daisley en dos discos diferentes, uno acompañando de Richie Blackmore y otro acompañando a Zakk Wylde. Y revisando en mi discoteca he recordado que este australiano ha compartido estudio y escenario con algunos de mis (y tus) guitarristas favoritos: Gary Moore, Malmsteen, Tony Iommi y Randy Rhoads. Casi nada las malas compañías. Si le añades a los cantantes y demás músicos, incluyamos a Ozzy Osbourne, Cozy PowellRonnie James Dio, Jon Lord y, en fin, vamos a repasar un poco los mejores temas de Bob Daisley, bajista, compositor y letrista.

Su carrera musical  comenzó en los primeros setenta, pasando por varios grupos (Chicken Shack, Mungo Jerry) hasta enrolarse en Widowmaker, junto a Lutter Grosvenor (Mott the Hopple). Editaron dos largos entre el 75 y el 77. Aunque no tuvieron mucho éxito, conoció a Don Arden, de la compañía que les editó, Jet Record. Arden le presentó a Black Sabbath y a quien sería su jefe más adelante, Ozzy Osbourne.

Widowmaker – Straight facer fighter

Disgregado el grupo, Bob se enroló en los Rainbow de Richie Blackmore para girar durante el verano del 77 junto a Ronnie James Dio y Cozy Powel. Aquel mes de diciembre viajaron a Francia para terminar el monumental Long live rock’n’roll (1978). Tras la gira posterior, Blackmore le suplió por Roger Glover y, de nuevo, se quedó sin trabajo.

Rainbow – Gates of Babylon

Por casualidad se encontró durante el verano de 1979 con Ozzy «a la deriva» Osborne, quien le ofreció formar parte de su proyecto  junto a Randy Rhoads. Al invento lo llamaron Blizzard of Ozz y se pusieron a componer las canciones de un primer disco. Junto al batería Lee Kerslake grabaron lo que, al final, se convirtió en el primero de Ozzy Osbourne en solitario (eso sí, con el título Blizzard of Ozz). Compuso varias canciones y la mayoría de las letras para este y el siguiente Diary of a Madman… pero Ozzy se cansó de él y le echó antes de que fuera publicado. 

Ozzy Osbourne – Crazy train

La historia con Ozzy y señora tiene tela. Ha colaborado en la mayoría de los discos del Madman como compositor y/o músico pero muchas veces no le acreditaban, otras le despedían y le volvían a contratar, a veces todo salía bien… Toca el bajo y compone en Bark at the moon (83), comenzó a componer para The ultimate sin (86) pero le despidieron antes de grabarlo, volvió a la banda para el No rest for the wicked (88) pero le despidieron de nuevo y no hizo la gira, y, siguiendo con el culebrón, fue contratado para grabar No more tears (1991) cuando ya tenía a Mike Inez para el puesto. Y, por supuesto, volvieron a despedirle.

Concluyendo el asunto: en las memorias de Bob te enteras del asunto. En cualquier caso, nos dejó su arte en un buen puñado de discos imprescindibles.

¿A qué se dedicó entre tanto entra y sale nuestro buen amigo? Primero se enroló en Uriah Heep para grabar dos discos: Abominog (82) y Head first (83). Después fue parte importante de la carrera de Gary Moore al participar en todos sus discos desde 1984 a 1992, esto es, desde Victims of the future hasta Afterhours, pasando por los enormes Run for cover (85), Wild frontier (87) y Still got the blues (90).

Uriah Heep – Rollin’ the rock

Gary Moore – Over the hills and far away

Y nos queda aún varias colaboraciones grandes. Bob tuvo tiempo en 1987 para acompañar a Tony Iommi  y Black Sabbath en su The Eternal idol, uno de los mejores del genial guitarrista en los ochenta. Junto a ambos, Eric Singer a la batería, Geoff Nichols a los teclados y Tony Martin a la voz. Y al año siguiente contribuyó al Odissey de Yngwie Malmsteen.

Black Sabbath – The shining

Menudo currículum tiene el amigo Bob. ¿Cuántos discos suyos tienes en tu discografía?

Versioneando: las mejores versiones de Ritchie Blackmore

Ritchie Blackmore

Las mejores versiones de Ritchie Blackmore

La sección del Versioneando de hoy se monta en dos grandes grupos: Deep Purple y Rainbow. Hemos escogido cinco versiones del mago Blackmore en ambas formaciones. Esperamos que disfrutéis escuchándolas tanto como nosotros seleccionándolas.

Still I’m sad (1975)

Publicada en 1965 por The Yardbirs como cara B del single Evil hearted you, cerraba el primero de Rainbow de manera soberbia, con Ronnie James Dio a la voz.

Since you been gone (1979)

Uno de los temas más famosos de Blackmore en la voz de Graham Bonnet. Apareción en el álbum Down to earth. Una canción con muchas versiones, la original le corresponde a su autor, Russ Ballard, quien la estrenó apenas tres años antes.

Hush (1968)

Salto en el tiempo para sacar del debut discográfico de Deep Purple una cover compuesta por Jo South y que un año antes subió en las listas en la voz de Billy Joe Royal. Un clásico del repertorio Purple.

Kentuchy woman (1969)

En el siguiente eligieron este tema de Neil Diamond quien apenas lo había editado unos meses antes. Fue el primer single de The Book of Taliesyn.

Difficult to cure (1981)

Blackmore, junto a Roger Glover y Don Airey, reconstruyó un fragmento de la novena sinfonía de un tal Beethoven. La cosa quedó muy arregladita.

Las mejores canciones de Graham Bonnet

Bonnet1

Lo mejor de Graham Bonnet

Graham Bonnet comenzó su época de esplendor rock en 1979 cuando Ritchie Blackmore le reclutó para el álbum Down to Earth de Rainbow. La dirección más comercial que el grupo tomó a partir de entonces cuadró perfectamente con la voz de Bonnet, facturando temazos como All nite long, Eyes of the world o la versión de Since you’ve gone de Russ Ballard

Rainbow – Since you’ve gone

Pero la historia musical de Graham comienza en plenos años sesenta con The Marbles a medias con su primo Trevor Gordon. La amistad de Trevor con los hermanos Gibb (Bee Gees) permitió que The Marbles recibieran varias composiciones de estos genios del pop y las pistas de baile. De hecho, consiguieron su mayor éxito con un tema de ellos: Only one woman.

The Marbles – Only one woman

Se decidió a lanzar su primer disco en solitario en 1977, consiguiendo un número uno en Australia gracias a Warm ride o a un tema de Bob Dylan, It’s all over now, baby blue. No te pierdas el vídeo. Con esto lo descubrió Blackmore.

Graham Bonnet – It’s all over now, baby blue

A Blackmore le duró apenas una gira. Sin embargo, Down to earth fue un exitazo y Graham aprovechó para grabar en 1981 su mejor álbum en solitario. Formó una banda impresionante con tres tipos que estaban dando caña con Whitesnake por entonces Cozy Powell a la batería, Jon Lord a los teclados y Mick Moody a la guitarra, junto con Francis Rossi y Rick Parfitt de Status Quo. El artefacto se tituló Line up.

Graham Bonnet –  Night games

Otro loco de la guitarra, Michael Schenker, le fichó para su tercer álbum, Assault Attack. La llegada de Bonnet provocó la salida del hasta entonces batería Cozy Powell (curioso ¿verdad?), quien prefería a Coverdale (¿os imagináis a Coverdale con Schenker?). De todos modos el genio de Michael ya empezaba a ser inaguantable y antes de darse cuenta la mitad de la banda estaba en la calle, incluído Bonnet. Assault Attack contiene temazos como  la propia Assault attack o Rock you to the ground. Martin Birch, el productor, venía de trabajar en el Number of the beast (Iron Maiden) y eso se nota en el resultado final del disco.

MSG – Assault Attack

Aprovechó el tirón y formó una nueva banda en la onda Rainbow-Schenker que bautizó como Alcatrazz. Su primer guitarrista fue Yngwiee Malmsteen (No parole from rock and roll, 1983) y el segundo Steve Vai (Disturbing the piece, 1985)

Alcatrazz – Hiroshima mon amour

Alcatrazz desapareció en 1986 y la carrera de Bonnet entró en una montaña rusa de discos en solitario y diversas bandas. Ningún proyecto en los que participó se extendió más allá de unos meses. Entre lo más destacado: Impellitteri (Stand in line, 88), Forcefield IV (donde coincidió con Powell de nuevo, 90) o Blackthorne (Afterlife, 93).

Impellittery – Stand in line

Un tipo con voz peculiar que presume en su currículum de haber cantado en algunos grandes álbumes de hard rock. Y, sin dicusión, con algunos de los grandes guitarristas del género: Blackmore, Malmsteen, Vai.  Hace poco se le pudo ver de gira con otros dos ilustres de Rainbow: Joe Lynn Turner y Doogie White.

Salve Graham.

Russ Ballard, compositor y cantante

RussBallard1

Russ Ballard – compositor y cantante

Russ Ballard  tiene un larguísimo currículo de composiciones exitosas que comenzó en la segunda mitad de los sesenta y consiguió sus primeros grandes éxitos con Argent. La banda, nacida de la unión del ex- Zombies Rod Argent (teclista) y varios miembros de The Roulettes (el propio Russ entre ellos), compaginaba la composición más progresiva y elaborada de  Rod con la más rock y comercial de Ballard. El grupo editó cinco álbumes entre 1970 y 1974, llevando numerosos singles a lo alto de las listas: Liar, Chained, God gave rock and roll to you (que versionearan KISS) o Hold your head up (de esta se encargaron Mr. Big)

Argent – God gave rock and roll to you

Mr. Big – Hold your head up

En 1974 Ballard comienza una carrera en solitario de segunda línea, poco sólida y sin mucho brillo, que combina con la composición para otros artistas. Consiguió meter una canción como solista en el Top 100 yanqui en 1980, On the rebound.

Russ Ballard – On the rebound

Afortunadamente para él muchas de sus composiciones fueron tocadas y reutilizadas por otros artistas con más éxito. KISS, Roger Daltrey, Rainbow, Ringo Starr, Samson, King Kobra, Uriah Heep, Magnum, Santana y un largo etcétera le mantuvieron de moda durante casi veinte años.

KISS – New York Groove

Roger Daltrey – Come and get your love

Bruce Dickinson – Riding with the angels

Magnum – Rockin’ chair

Su última aportación discográfica apareció en 2006 (el tipo tiene casi setenta años, ojo) con el título de Book of love. Por cierto, un álbum muy recomendable.

Russ Ballard – In my darkest hour

Pero, sin duda, los más famosos momentos Ballard nos los dieron las versiones que Rainbow hizo de sus temas: Since you’ve been gone (su composición más popular) y la fabulosa I surrender, con la que despedimos este homenaje a un tipo que debería estar con merecimiento en nuestra discoteca personal.

Rainbow – I surrender

Ronnie James Dio

Ronnie James Dio

Además de uno de los más grandes cantantes y compositores del heavy metal, Dio puede autoproclamarse padrino de los famosos cuernos con los que todos saludamos en los conciertos: entró en Black Sabbath sustituyendo a Ozzy, quien solía acompañar las canciones con el símbolo de la paz; a Dio se le ocurrió utilizar un signo que su abuela hacía con frecuencia para espantar el mal de ojo, los cuernos, pero en vez apuntando al suelo, como ella, apuntando al cielo. Y hasta hoy.

La Historia de Dio comienza el día que Ritchie Blackmore entra en su vida. Durante un parón en la que sería la última gira del guitarrista con Deep Purple, ambos compusieron y grabaron el primer disco de Rainbow. Unas semanas después Blackmore abandonó su banda, reformó Rainbow y sacaron uno de los discos imperdibles del rock: Rising. Tras una tercera entrega, Long live rock and roll, Blackmore buscó otro cantante.

A partir de ahí la carrera de nuestro protagonista fue de éxito en éxito, primero en Black Sabbath. Grabó dos discos en estudio, el fantástico Heaven and Hell y el menos acertado The mob rules.

Con la intención de formar su propia banda, Dio se llevó al batería Vinny Appice, reclutó al bajista Jimmy Bain y al por entonces joven Vivian Campbell y formó Dio. Los tres primeros redondos del grupo son para enmarcar: Holy Diver, The last in line y Sacred Heart. Después Campbell abandonó el barco y ya no fue lo mismo, a pesar de seguir componiendo buenas canciones.

Para esta ocasión he seleccionado 7 joyas. Que las disfrutes.

Dio – Holy diver

Descacharrante video oficial. La imagen primitiva choca con la poderosa canción compuesta por Dio, según su propia leyenda, en las ruinas del castillo del rey Arturo. Una de las canciones clave de sus directos.

Black Sabbath – Neon Knigths

En este caso, una versión de la última reunión con el nombre de Heaven&Hell. Mantuvo sus dotes hasta el final. Sobervio trabajo de Tommy Iommi.

 

Rainbow – Stargazer

Dio siempre se rodeó de estupendos guitarristas. ¿Alguien conoce a Ritchie Blackmore? Del fabuloso album Rising.

 

Dio – Hungry for heaven

A medida que avanzaban los ochenta Dio buscó un poco más los sonidos comerciales, aumentaron los teclados y las melodías cobraron protagonismo reduciendo el protagonismo de las guitarras. En ese camino, esta canción, perteneciente al Sacred heart, es un revientaestadios.

 

Rainbow – Gates of Babylon

Una de las últimas composiciones para Rainbow,  cuenta con uno de los trabajos vocales más impresionantes, con una onda oriental en la melodía. Tampoco eran mancos el guitarrista de negro (Mr. Blackmore de nuevo) ni el portentoso batería Cozy Powell. A gozarlo.

Black Sabbath – Heaven and Hell

La entrada de Dio en Black  Sabbath revitalizó su música y les devolvió a la popularidad perdida. Ayudó que muchas nuevas bandas de la New Wave of British Heavy Metal los reconocieran como influencia, cosa rara a finales de los setenta donde triunfaba el punk, la new wave y la música bailable. El tema título de su primera colaboración resume todo lo que fue y será Ronnie James Dio: melodía, contundencia, ritmo y calidad.

Dio – Rainbow in the dark

Mi favorita y una de las más grandes del heavy metal forever. Sin más comentarios.