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El terror según Lovecraft: canciones rock y metal inspiradas en sus mitos.

Howard Philips Lovecraft desarrolló un universo literario fantástico, oscuro y cosmológico, lleno de referencias al mal que nos posee y a lo ineludible de nuestro destino. Creó personajes míticos, dioses caídos y hasta inventó obras ficticias que han trascendido sus propios relatos, como el Necronomicón.

Todas estas historias se han arrastrado a lo largo de los años de estante en estante, de alcantarilla en alcantarilla, de boca en boca, de pantalla en pantalla, impregnando de terror y reverencia las guitarras, las baterías, las voces de numerosos artistas de nuestro gusto. Cierto es que estos mitos de terror bizarro suelen ser homenajeadas por bandas de metal extremo, pero algunas canciones de otros pozos hemos seleccionado. Si quieres la colección completa, pincha en este enlace.

La mayoría hacen referencia directa a los mitos de Cthulhu, un dios descrito como la mezcla de un pulpo, un dragón y una criatura de forma humanoide que yace en la ciudad sumergida de R´lyeh encerrado por varios sellos mágicos. Algún día escapará con la ayuda de cultos y sectas para extender su poder sobre la Tierra. En otras se nos hablan de Nyarlathotep, el caos reptante, una masa poliposa, un dios que adopta diversas formas, o de Azathoth, el motor del caos, el que espera rugiendo en el centro del universo.

Como de costumbre, dale al play… si te atreves.

Rage – Great Old Ones

Los alemanes han dedicado varias canciones a lo largo de su carrera a los mitos y personajes creados por Lovecraft. En esta tonada del álbum Soundchaser (2003) nos cuentan los orígenes y la odisea de estos abyectos seres: «long before man was born/they came from somewhere out of space/shaped the young planet’s face».

Morbid Angel – The ancient ones

Cuya historia sigue recreándose en esta de Morbid Angel: estos personajes misteriosos y ocultos que reinaron sobre la Tierra en el pasado, malignos y llenos de poder, traerán a los viejos dioses de nuevo: «come forth Ancient Ones, Tiamat Kutulu/Rise, greet the cursed with your wrath». Del álbum Blessed are the sick (1991).

Blue Öyster Cult – The old gods return

Los BOC son grandes fans y han hecho referencia en numerosas canciones a personajes o hechos del universo lovecraftiano. Cerramos el círculo con este corte del álbum Curse of the hidden mirror del 2001 en el que se narra el ascenso de los viejos dioses: «now is the time the old gods return/exactly when the world is not expecting it/exactly when we’re sure of ourselves»

The Great Old Ones – Nyarlathotep

¿Una banda que se autodenomina como los lacayos de los antiguos dioses? Se visten con togas y hacen rituales como si lo fueran, además. Quién sabe. En el álbum Cosmicism (2019) aparece esta oda al dios Nyarlathotep.

Dream Theater – The dark eternal night

Los virtuosos Dream Theater se basaron en las historias del mismo Nyarlathotep para este tema del álbum Systematic chaos (2007). «I am the last/born of the blood of the pharaohs/the ultimate god of my creation/sent to unleash this curse». Uno de sus cortes más oscuros y agresivos.

Nile – Beneath eternal oceans of sand

El universo musical de Nile gira alrededor del Antiguo Egipto y no podía faltar una referencias a Nephren-Ka, el faraón corrupto adorador, precisamente, de Nyarlathotep: «now I ride with the undead/across the night-sky/and play by day/amongst the catacombs of Nephren-Ka». El álbum se publicó en 1998 con el título Amongs the catacombs of Nephren-Ka. Que la introducción acústica no te engañe.

Black Sabbath – Behind The Wall Of Sleep

En su debut, allá por 1970, los inspiradores del metal oscuro se apuntaron esta historia basada en el cuento Beyond the wall of sleep (Al otro lado de la barrera del sueño), donde se exploran las dimensiones oscuras del ser humano a través de la telepatía y del poder de los sueños. Las dos voces de Ozzy se solapan trayendo mensajes e imágenes del cosmos.

Opeth – Pyre

Basado en el mismo cuento, los suecos nos recuerdan «what you’ve been seeing/is not all what it seems» en referecia a las alucinaciones del protagonista, Joe Slater. Porque, siempre, «familiar voices speak behind the wall of sleep». El tono onírico de la música y la forma de cantar de Mikael Åkerfeldt hacen justicia al clima creado por la narración.

Therion – Call of Dagon

Estos pesos pesados del metal sinfónico y las canciones épicas dedicaron un tema al dios del mar en la mitología de Lovecraft, Dagón, dios de los Profundos, basándose en The shadow over Innsmouth (La sombra sobre Innsmouth): «Call of Dagon!/The Deep One is calling you/Call of Dagon!/Hear the night sky sing». Del álbum Sirius B (2004).

Mercyful Fate – The Mad Arab/Kutulu (The Mad Arab, part II)

El escritor del libro maldito, el Necronomicón, el árabe loco Abdul Alhazred, protagoniza The Mad Arab (part I), del álbum Time (1994): «the son of a shepherd, Abdul Alhazred / traveling in the mountains, the mountains to the east». La música emula una melodía árabe que se oscurece con la voz de King Diamond. En el siguiente disco, Into the unknown (1996), grabaron Kutulu (The Mad Arab, part II) siguiendo la misma inspiración.

Y, cómo no, Cthulu, Ktulu, Cthulhu o Kutulu.

Caravan – C’Thlu Thlu

En 1973 una banda tan alejada del oscurantismo como Caravan se marcaron esta canción de terror: «even the trees seemed to fear/there was something unreal/couldn’t see very far/and the sky had gone dark». ¿Podrán escapar? Del álbum For girls who grow plump in the night.

Snakeyes – The Evil Dead

Los gaditanos lo explican muy claro: The Evil Dead es un homenaje a la película del mismo título de Sam Raimi (Posesión infernal) y al universo creado por H.P. Lovecraft. Todo el álbum Evil must die (2020) gira alrededor del mal en sus diferentes versiones, reales e irreales, con personajes malignos por doquier. «You can’t kill what’s already dead/you can’t kill what cannot die» y nuestro señor Cthulu rondando por ahí.

Angelus Apatrida – The rising!

Y una de las bandas que mejor thrash metal está haciendo este siglo recrea el ascenso del maligno: «it has escaped, it has heard The Call/it knows no one is free from its eternal greed/look at those terrible jaws, it’s rising!». Ha roto los sellos que le mantenían prisionero, ha oído La Llamada y la profecía se ha cumplido tal como estaba predicha. Del genial The Call (2012).

Cradle Of Filth – Cthulu Dawn

Estos salvajes del metal extremo también dedicaron en su Midian (2000) unos versos al resurgir del nuevo dios: «promulgating the birth/of another Hell on Earth». No hay escapatoria posible, arrodillaos porque «when the Sun goes out our powers/will extend throughout Heaven like Asphodel».

Iced Earth – Cthulhu

No somos más que peones de un plan maestro: «dark soul of the elder gods/spawning evil from the ocean’s floor/shape shifter fools all mankind/to manipulate this world». Del álbum Plagues of Babylon editado a comienzos del 2014.

A toda esta colección pueden añadirse un par de instrumentales famosos: The call of Ktulu de Metallica o Dweller of the threshold de Joe Satriani. Y de regalo esta irreverente y magnífica canción de nuestros Gigatrón con todo el Universo Lovecraft en pleno verano caluroso. Ojo al cthulhu piscinas… ¡y, por supuesto, lee al HP de Lovecraft!

Las historias hay que tomárselas como son, creaciones de una mente privilegiada o enferma que pueden asustarnos, divertirnos o repugnarnos. Yo, por si acaso, me aprendería de memoria las palabras que pueden salvarte si algún día gobierna sobre la Tierra nuestro buen Kutulu: «Cthulhu R’lyeh Ph’nglui mglw’nafh wgah’nagl fhtagn».

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Canciones para el recuerdo: los que se han ido.

Estos últimos meses muchos hemos sufrido pérdidas y llorado amargamente. El dolor, la distancia, la impotencia. Siempre la muerte es un clavo que se pega en lo más sensible de nosotros. Y sangramos. A veces toda la vida. Hoy hemos querido recoger algunas canciones que rememoran esa pérdida, el momento del adiós, la necesidad del reencuentro o, simplemente, traen un trozo de pena y lo comparten con los demás.

Excelentes canciones tristes. Como siempre, dale al play.

Dream Theater – Take away my pain

John Petrucci, guitarrista de la banda, compuso esta canción en memoria de su padre: «You can take away my heroes/Can you take away my pain/Take away my pain/Leave the cold outside». Las horas de espera junto a la cama, el desenlace lento e inevitable, las últimas palabras. Aparece en Falling into infinity (1999).

Duff McKagan’s Loaded – Mother’s day

Sobre otra muerte repentina, Duff habla en esta canción: «Monday, I saw you smile/And then Tuesday/We talked awhile/By Wednesday something’s wrong/By weekend, you were gone». Tiene un rollo muy Lou Reed, por cierto. Aparece en Sick (2009).

Iron Maiden – Blood brothers

Una reflexión de Steve Harris sobre el recuerdo de su padre y lo que significa en su vida: «And in the river reflections of me/Just for a second a glimpse of my father I see/And in a movement he beckons to me/And in a moment the memories are all that remain/And all the wounds are reopening again». La influencia de nuestros antecesores en nuestro mundo, incluso cuando ya no están. Una de las mejores canciones del Brave new world del año 2000.

Metallica – Mama said

Pero no siempre esos recuerdos son buenos. James Hetfield, cantante y guitarrista, comparte la difícil relación con su madre, quien murió cuando él tenía 16 años, y el arrepentimiento años después. Se marchó de casa joven, huyendo «Never I ask of you/But never I gave/But you gave me your emptiness/that I’ll take to my grave». Confiesa, ya adulto, «I need your arms to welcome me/But, a cold stone’s all I see». Single del álbum Load (1996).

John Lennon – Mother

John Lennon compuso varias canciones sobre la relación con su madre, fallecida tras un atropello cuando él aún tenía 17 años. En esta, lamenta «Mother, you had me/but I never had you/I wanted you/You didn’t want me». La tristeza, la soledad y la desesperación: «Mamma, don’t go/ Daddy come home». Formó parte del álbum Joh Lennon/Plastic Ono Band (1970).

Bob Dylan – Roll on John

Y la pena de un amigo cantando a otro amigo: Dylan compuso en memoria de John Lennon esta canción «He turned around and he slowly walked away/They shot him in the back and down he went». El dolor de la pérdida repentina » you’re about to breathe your last/Lord, you know how hard that it can be» y de la larga recuperación «You burned so bright/Roll on, John». Lo curioso es, a pesar del dolor, que no fueron amigos al uso; apenas se vieron en vida y la canción se grabó y editó treinta años después de la muerte de Lennon, para el álbum Tempest (2012)

Poison – Something to believe in

La amistad, a veces, crea lazos tan profundos que no pueden romperse tras la muerte. Bret Michaels, cantante, desahoga su pena por la pérdida de una amigo y compañero de trabajo, que se quitó la vida «My best friend died a lonely man/In some Palm Springs hotel room». Aunque no logra entenderlo («You take the high road/And I’ll take the low road») y siente la soledad, en el fondo tiene un mensaje de esperanza, porque el sacrificio le da algo en lo que creer para seguir. Preciosa balada del Flesh & blood de 1990.

Pearl Jam – Light years

Eddie Vedder, cantante, y Mike McCready, guitarrista, compusieron esta canción de queja y, en cierto modo, súplica por el fallecimiento de una amiga común de manera inesperada: «I’ve understood feelings/And I’ve understood words/But how could you be taken away». Porque «We were but stones/Your light made us stars». Parte de Binaural (2000).

Journey – When I think of you

Steve Perry, cantante, compuso esta canción sobre la pérdida y el recuerdo, que vale igual para un hermano o una amiga o un viejo amor: «I try to forget the night that you left/It’s all so unreal, with you gone». Por un lado, quiero olvidar aquel día, pero, por otro, cada vez que pienso en ti vuelvo a sentirte cerca, a revivir los buenos momentos: «And I see your face/Young and so free, smiling at me/In your eyes I walk without fear/We’re together again». Aparece en Trial by fire (1996).

Steelheart – Mama don´t you cry

Michael Matijevic, cantante de la banda, se pregunta si será capaz de seguir adelante solo: «I fight the tears since you’ve been gone/And I stand in fear, can I make it on my own/Without your love to guide me through my life». Precioso piano, hermosa melodía. «Oh I tried so hard but I could never say goodbye/You’ll always be in my heart, oh Mama don’t you cry». Apareció en el álbum Tangled in rains (1992).

Manic Street Preachers – Ocean spray

A veces uno se aferra a un recuerdo, a un momento muy concreto: «Oh please stay awake/And then we can drink some Ocean Spray». Compuesta por James Dean Bradfield recordando las semanas en que su madre permaneció ingresada en el hospital hasta morir a consecuencia de un cáncer. Cada día le llevaba un zumo que se llamaba Ocena Spray. Fue single del álbum Know your enemy (2001).

Eric Clapton – Tears in heaven

Dicen que no hay una pérdida tan dolorosa como la de un hijo. Que lo natural es ver morir a tus mayores, no a tus menores. La desgraciada muerte de Connor, hijo de Eric Clapton, acabó inspirando esta sentida balada «Would you hold my hand/If I saw you in heaven?/Would you help me stand/If I saw you in heaven?». No hay mucha esperanza en las palabras de Clapton: «I must be strong and carry on/’Cause I know I don’t belong here in heaven». Apareció por primera vez como parte de la banda sonora de Rush en 1992.

Barclays James Harvest – Back to earth

Y es que, a veces, simplemente, no se puede o no se quiere «superar» la pérdida y uno espera, sin más, un (imposible) reencuentro: «I’ve been so sad since you went away/I’ve been so lost without you/I wanted to be there/I wanted to hold on and tell you/How much, how much I loved you». A veces, todo se resume en cosas muy simples: «I wanted to hold on and tell you/How much, how much I loved you». Del álbum Caught in the light (1993).

Nunca tendrían que desaparecer de nuestra vida las personas que nos aman…

Deep Purple en diez versiones

Una de las bandas más influyentes de la Historia de la música rock. Su dilatada carrera les ha hecho girar por todo el planeta. Pueden presumir de haber dejado un legado musical que se extiende más allá de la banda madre en multitud de aventuras paralelas, grupos alternativos y fugas sonadas.

Hoy nos dedicamos a escoger diez covers de entre los cientos que existen. Créeme: esta vez ha sido especialmente difícil. Como siempre, intentamos abarcar diferentes sensibilidades, pero muchas se han quedado fuera.

Dale al play y disfruta…

Richie Sambora & Stuart Smith – When a blind man cries

Para comenzar, una rareza. Se grabó durante las sesiones del álbum Machine head (1972) y apareció como cara B del single Never before. Acabó formando parte del álbum en la re-edición del 25 aniversario. Stuart Smith juntó a varios cantantes para su proyecto en solitario, que acabó formando el debut de Heaven & Earth (1990). Richie Sambora (Bon Jovi) canta con un feeling especial y la guitarra de Smith no da tregua.

Bruce Dickinson – Black night

Cuando Dickinson se planteó su carrera en solitario grabó varias versiones. Entre ellas este corte del In rock de 1970 que acabó en el single Dive! Dive! Dive! de 1990. En el vídeo, una actuación con Brian May (Queen) entre otros invitados.

Yngwie Malmsteen – Demon’s eye

Cómo no traer por aquí a uno de los hijos bastardos de Richie Blackmore, el sueco que arpegió los años ochenta con su guitarra y su mal carácter. En el álbum de 1996 Inspiration incluyó este homenaje al maestro. La canción original formó parte del Fireball (1971).

Axel Rudy Pell – Mistreated

Y otro hijo bastardo del «hombre de negro». Y quizá quien mejor ha sabido desarrollar su legado en su larga carrera. Recogida en el disco en directo de 1995 Made in Germany (¿te suena el título?). Hay versiones extraordinarias de Ronnie James Dio o de Yngwie Malmsteen también, pero tenía que aparecer Axel en esta selección. Del álbum Burn (1974).

Dream Theater – Lazy

A lo largo de su carrera, Dream Theater ha interpretado y grabado en directo obras completas de sus artistas favoritos. En 2007 le tocó el turno a Made in Japan (1972) y de ahí extraemos esta versión.

Pretty Maids – Perfect strangers

Deep Purple, en su regreso de 1984, grabaron este temazo (título del álbum también) que Pretty Maids recrearon en su Wake up to the real world de 2006.

Gov’t Mule – Maybe I’m a leo

Pocas versiones hay de esta canción del Machine head (1972). Una estupenda de Paul Gilbert y esta que elegimos de Gov’t Mule son excelentes. Warren Haynes escogió este corte para homenajear a su colega Allen Woody para la primera parte de The deep end (2001).

Helloween – Rat bat blues

Una elección original la de los alemanes para su Metal Jukebox (1999) este corte ¿menor? del Who do we think we are (1973). Ese toque distinto de los alemanes le sienta bien.

Opeth – Soldier of fortune

Uno de los cortes más emocionales de toda la discografía púrpura lo grabaron Opeth durante las sesiones de su magnífico Ghost reveries (2005) y apareció un año después en la edición de coleccionista. David Coverdale la compuso junto a Ritchie Blackmore para Stormbringer (1974).

Overkill – Space truckin

Quizá una de mis favoritas y parte del Machine head (1972). Los aguerridos Overkill la recrean en su álbum de versiones Coverkill de 1999 a su particular estilo.

Hay muchas más. ¿Cuál debería estar en esta lista?

Canciones sobre el maltrato y el abuso infantil

Parece mentira, pero aún es muy normal terminando la segunda década del siglo XXI. El maltrato físico y psíquico a niños y niñas, aún indefensos, aún inocentes, víctimas de lo que sucede. Y siendo siempre abominable cualquier tipo de abuso, el que se constituye en la confianza de la familia o la proximidad del vecindario o la escuela resulta aún más deleznable. Algunos de nuestros músicos predilectos comparten sus opiniones, sus experiencias personales o las de gente cercana a ellos. No son historias agradables, pero sí extraordinarias canciones.

Como siempre… dale al play.

Los Suaves – Pobre Sara

En uno de sus mejores discos, Maldita sea mi suerte de 1991, los de Yosi grabaron este arrebato sonoro contra el abuso y el maltrato infantil. La historia de Sara, que con quince años apenas «No puede contarle a nadie/cuánto le quiere su papá». Una situación que no puede soportar: «Y se fué./Se marchó y yo estoy solo/No puedo contarle a nadie/Por que aquella noche Sara murió». El silencio, cómplice o ignorante.

Suzanne Vega – Luka

En 1987 Suzanne Vega hizo popular la historia de Luka, el niño que vive escaleras arriba, justo en el segundo piso. Basada en un personaje real y narrada en primera persona, Vega cuenta el silencio alrededor del abuso «If you hear something late at night/some kind of trouble, some kind of fight/just don’t ask me what it was». Pertenece al álbum Solitude standing, que alcanzó el número 3 en las listas de Estados Unidos.

Tool – Prison sex

Una canción de letra algo compleja, pues cambia la perspectiva del abuso sexual entre la víctima y el verdugo, reflexionando acerca de la perpetuación de ciertas conductas; tremenda, explícita, resulta amenazadora: «My lamb and martyr, you look so precious/won’t you come a bit closer/close enough so I can smell you». Formó parte del álbum Undertow (1993).

Offspring – Kristy, are you doing Okay?

Dexter Holland (cantante y guitarrista) reflexiona sobre el silencio y la vergüenza que acompaña al abuso sexual, en este caso de una niña que conoció en su juventud: «Cause your eyes told the tale/of an act of betrayal/I knew that somebody did». Años después recordó a aquella chica, entendió lo que pasaba y quiso contribuir a que las víctimas y quienes conocen el abuso no tengan miedo a hablar («I knew that something was wrong/And I should have spoke out/And I’m so sorry now/I didn’t know/’Cause we were so young»). Del Rise and fall, rage and grace (2008).

Tako – Los gigantes del tiempo

Comprometidos socialmente a lo largo de toda su carrera, los zaragozanos Tako recuperaron esta vieja canción para la re-edición treinta aniversario de su histórico A las puertas del deseo (1989). «El enemigo duerme en casa/sabe que nunca vas a hablar» y mientras tanto «una fachada para defender/que nadie vea sus caras» sufriendo «golpes, besos y caricias mudas».

Aerosmith – Janie’s got a gun

Del álbum multimillonario Pump (1989) editaron Aerosmith este single narrando la historia de Janie, que mató a su papá con una pistola porque abusaba de ella. La justificación de la víctima. Steven Tyler compuso la canción para los padres que no saben amar a sus hijas sin tener sexo con ellas.

Pat Benatar – Hell is for children

«Be daddy’s good girl, and don’t tell mommy a thing/Be a good little boy, and you’ll get a new toy» canta Benatar en este escalofriante relato del infierno de la víctima, de la culpa, del daño «Hell, hell is for children/and you shouldn’t have to pay for your love/with your bones and your flesh». Compuesto y grabado para el Crimes of passion de 1980

Motörhead – Don’t let daddy kiss me

Lemmy (cantante y bajista) compuso esta canción con la idea de cederla a una voz femenina, ya que (originalmente) hablaba en primera persona una niña cuyo padre abusa de ella cuando sube a darle el beso de buenas noches. Como las compañías de discos nunca aceptaron decidió cantar él mismo esta balada para su álbum Bastards (1993) modificando la perspectiva: «And she knows she can’t tell anyone/she’s so full of guilt and shame/and if she tells she’ll be all alone».

Buckcherry – Child called «it»

En el álbum Black butterfly (2008) la banda gamberra y fiestera por excelencia incluyeron dos cortes inspirados en el libro de Dave Pelzer A child called «it»: esta y Rescue me. Josh Todd y Keith Elson decidieron homenajear la vida horrible del autor como forma de llamar la atención sobre el abuso infantil: «Mother I really hate the way your treat me like no other/and I refuse to be your victim you won’t see me cry ‘cause/I left behind a child called it».

Dream Theater – Anna Lee

Preciosa balada que compuso al piano el cantante James LaBrie y que acabó en Falling into infinity (1997). LaBrie habla a una niña víctima de la prostitución infantil («Helpless child/they invite your hands to fill their needs»), un caso real que apareció en los periódicos y los noticiarios de la época.

Skunk Anansie – Charlie big potato

Basado en parte en sus propios recuerdos, la cantante Skin narra en primera persona el miedo y la vergüenza al despertarse junto al abusador: «softly done/so secretly/I’m awake/as Charlie sleeps». Impresionante el vídeo y el momento en que grita «Tell it like it is/tell it like it is/tell the sordid truth». Abría el álbum de 1999 titulado Post orgasmic chill.

Nick Cave & The Bad Seeds – Do you love me?

Su álbum Let love in (1994) se abre y se cierra con las dos versiones de Do you love me? en dos pulsiones paralelas y complementarias. Una desde la perspectiva del que abusa; otra, la otra, la opuesta, desde los ojos del que sufrió el agravio, la vergüenza. La primera con su aire gótico y opresivo y ese grito de rabia «¿me amarás?» nos presenta a quien exige a la fuerza si hace falta ese amor. La segunda resulta más dramática si cabe, parece levitar al otro lado del precipicio emocional: la voz del que avanza sin querer parar, perseguido por los recuerdos de un amor forzado, la juventud robada. ¿Me amas? como eco permanente.

Korn – Daddy

Una de las letras más duras de esta colección. Jonathan Davis (cantante) sufrió abusos sexuales por parte de un vecino cuando era niño; al valor de la confesión hay que añadir la descarnada descripción. Comienza la canción pidiendo perdón a su madre por la confesión para luego explicar qué sucedió («Come out and play, I’ll be your daddy/innocent child, looking so sweet/a rape in my eyes and on your flesh I’ll eat») y acabar confesando su odio («Motherfucker! I fucking hate you! Fuck you!/you son of a bitch, you fucking ruined my life!»). Del álbum debut de 1994 titulado como la propia banda.

Dream Theater – Falling into infinity – 1997

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Dream Theater – Falling into infinity – 1997

Supongo que soy de los pocos seguidores de Dream Theater que colocarían este álbum, posiblemente, en su top 5. Y no digamos si acudimos a la crítica más laureada, que deja este álbum como prescindible: ni mucho menos se puede considerar un mal álbum. Impulsado o no por presiones de la compañía de discos o por su afán de ganar adeptos, lo cierto es que la banda intentó acercar su mastodóntico sonido al gusto del gran público, un disco, digamos, de sonido comercial, de canciones más amables, más centrado en las melodías, los estribillos, los pasajes sonoros menos intrincados, con temas más cortos y (casi) directos.

Al grupo le impusieron al productor Kevin Sherley (Iron Maiden, Joe Bonamassa, The Black Crowes) para que equilibrara esa mezcla de composiciones que la banda venía trabajando. Además, estrenaron (y por poco tiempo) nuevo miembro, el teclista Derek Sherinian. Junto con James LaBrie a la voz, John Myung al bajo y el Chapman stick, John Petrucci a las guitarras y Mike Portnoy a las percusiones, se metieron en los Avatar Studios de Nueva York en el verano de 1997.

New Millenium abre con sus más de ocho minutos entregando todo lo que vamos a encontrar a continuación: excelente riff, buen puente-estribillo y una zona central de lo mejor del álbum, muy grandes Sherinian, dando un toque electrónico, y  Petrucci. Editado como single, You not me pasa por ser el peor tema del álbum. Cuenta con la colaboración de Desmond Child en las letras. El tema no tiene garra y vive en una estructura muy clásica, con un riff que se repite insistentemente, pero el grupo está compacto y lo saca adelante, aunque demasiado encorsetado para quienes firman. Peruvian skies versa sobre el abuso infantil y se articula alrededor de una melodía hermosa que arranca en la línea vocal, muy lograda, de LaBrie, contagiada de las guitarras (eléctricas y acústicas). La canción comienza como una balada y se acelera en la parte media (instrumental) para llegar a un final heavy con el mismo motivo melódico, un acierto y uno de los mejores solos del disco.

Dream Theater – Peruvian skies

Siempre me costó encajar a LaBrie en ciertos temas más, digamos, emotivos, como si le faltara interpretación (que no técnica), pero en Hollow years tengo que retractarme, porque se mete en el papel transmitiendo la tristeza de la canción, la pérdida, en otra fenomenal y sencilla melodía, un medio tiempo de libro y bien ejecutado, con un piano metido con inteligencia. No puedes dejar de escuchar la versión alargada del directo Live at BudokanTras la calma, Burning my soul trae caña buena de guitarras, simple y directo, con Portnoy haciendo una de sus grandes interpretaciones en un tema redondo y Sherinian tocando un solo bestial. La instrumental que sigue Hell’s kitchen, originalmente formaba la parte central de Burning my soul, pero se sacó en la postproducción para mantener la dinámica de ambos temas. Y lo cierto es que, como instrumental, merece la pena, otro punto fuerte de Falling into infinity. Además, sirve de nexodream_3 hacia la siguiente Lines in the sand, canción que supera los doce minutos. Tras una intro atmosférica muy apoyada en los teclados, las guitarras de Petrucci cogen el mando y empujan el tema con un bestial riff a una primera parte dura y rápida donde las voces de LaBrie se enfrentan y doblan con las de Doug Pinnick (King’s X) en el estribillo. El tema evoluciona alrededor del motivo central hacia una parte más lenta, con un aire Gilmore en las guitarras y un gran Myung, muy melódico, para acabar más heavy.

Take away my pain regresa a lo sencillo, un tema con tintes pop y una letra emotiva sobre la muerte del padre, bien arreglada e interpretada con carácter. Por contra, Just let me breathe, en la que el grupo protesta y ataca a la industria discográfica, se pasea por territorios opuestos, con un groove genial y una progresión marca de la casa. LaBrie se entrega y tanto Portnoy como Myung mantienen la canción muy arriba para el lucimiento de sus compañeros. Y vuelta a una balada de piano con LaBrie haciendo la mejor interpretación de Falling into infinity, ayudado por la mejor letra también, creo yo; en Anna Lee canta a una niña víctima del abuso y la trata sexual. Sentido, melódico, técnico, James se sale y saca el tema adelante. Y el cierre con la mini-suite Trial of tears, otro de los platos fuertes para los fans de la faceta más prog de la banda (la mayoría, vamos). Técnica preciosística, llena de pirotecnia y emoción a la vez, donde Petrucci y Sherinian demuestran qué grandes son. Y lo que podrían haber construido juntos de haber durado el teclista más tiempo en la banda.

Falling into infinity rehuye de las largas progresiones con las que se hicieron famosos (a veces aburridos) y se apoya en una mezcla de virtuosismo (contenido por momentos), sencillez, melodía y arreglos clásicos. No es su mejor álbum, desde luego, pero ni de lejos puedes menospreciarlo. Dale al play y disfruta de Dream Theater.

Dream Theater – Trial of tears

Compuesto por Desmond Child

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Desmond Child tiene una dilatada carrera como músico, compositor y productor musical que se alarga más de treinta años. Sin dudarlo, la más interesante faceta es la de (co)escritor de canciones, motivo del siguiente artículo. Por cierto, en la foto es el tercero por la izquierda.

La historia comienza en Nueva York durante el año 1979, justo cuando Desmond Child & Rouge firman un contrato con Capitol Records y se meten en el estudio a grabar su primer álbum. Entre sesión y sesión, Desmond y su banda tocaban ocasionalmente en el mítico Studio 54 (discoteca de moda entonces) y allí conoce a Paul Stanley (KISS), quien andaba flipado con los sonidos disco. Juntos, entre copa y copa, compusieron un tema para Diana Ross, que también andaba por allí. El asunto no le encajó a la cantante y Paul decidió quedárselo para su grupo, grabando esta versión. Uno de los singles más vendidos de la KISStoria.

KISS – I was made for loving you

Desmond Child & Rouge editaron dos discos sin mucho éxito y el grupo se disgregó en 1980, justo con el final del boom discotequero. Desmond vivía en Nueva York sin grupo y mal vendiendo su trabajo como pianista, arreglista, compositor o haciendo coros. Quién le iba a decir que sería el rey Midas que ha vendido 300 millones de discos.

En 1984 se reencontró con Paul Stanley. Compusieron juntos tres temas para el álbum Animalize y la cosa funcionó. Paul y Desmond se convirtieron en colegas inseparables, componían juntos habitualmente y todos los álbumes de KISS en aquellos años llevaban un par de temas suyos. Otros artistas se aprovecharon de su talento, como Robin Beck, Cher, Bonny Tyler o Paul Dean (de Loverboy).

Robin Beck – Hide your heart

Paul Dean – Sword and stone

Pero volvamos a mitad de los ochenta. Aún Desmond era un desconocido. ¿Qué cambió? Jon Bon Jovi andaba buscando un compositor con el que escribir canciones, digamos, más agradables para el público y se fijó en Heaven’s on fire. El gran John Kalodner (del que ya hablaremos en otro capítulo) puso en contacto a Stanley y Jon, pero la cosa no cuajó. Sin embargo, el buenazo de Paul le pasó el teléfono de Child. Y ahí comienza la verdadera historia del éxito masivo de written by Desmond Child. Con Jon Bon Jovi y Richie Sambora también hizo piña, y han compuesto música para todas las publicaciones de Bon Jovi o de ambos dos en solitario, así como para otros músicos.

Bon Jovi – You give love a bad name

El éxito cosechado por los singles de Slippery when wet colocó a nuestro protagonista en la cresta de la ola y su teléfono no paraba de sonar. De la mano de Kalodner y Bruce Fairbairn aterrizó en la familia Aerosmith: Dude (looks like a lady), Angel, What it takes, Crazy y otro sin fin de canciones a lo largo de más de veinte años. Ya no pudo parar. En los siguientes diez años se hartó de componer y ganar dinero. ¡Hasta musicazos como Steve Vai o Dream Theater se arrimaron a su ascua!

Steve Vai – In my dreams with you

Dream Theater – You not me

Y cómo olvidar uno de sus mejores trabajos, aquí también como productor: el álbum Thrash de Alice Cooper o Detonator de Ratt.

A mitad de la década de los noventa Desmond Child se sintió con ganas para cambiar de palo y acercarse a otra de sus pasiones: la música latina. La madre de Desmond, cubana, vivía de cantar y componer en Miami. Ese gusto por lo latino se quedó ahí anclado y surgió de forma vertiginosa con una aún poco conocida Shakira, con Chayanne y luego con uno de los mayores pelotazos de nuestro protagonista: el tema del mundial de fútbol de 1998 The cup of life/La copa de la vida, cantado por Ricky Martin. Sí amigos, y al año siguiente le volvió a poner en el número uno con Livin’ la vida loca. Tranquilos que no voy a pinchar ninguno de estos temas.

DChild5

A partir de entonces ha intercalado artistas pop, roqueros y latinos. Últimamente se ha puesto las greñas (aunque poco) con gente como The Rasmus, Meat Loaf o Scorpions.

Si le veis por la calle, tiene el aspecto de la foto que aquí acompaña, no vayan a buscar al joven imberbe y flaquito de la foto de cabecera. Saludadle con cariño e invitadle a unas cervezas. Este hombre nos ha dado una cantidad increíble de buena música. Sí, también es responsable de algunos truños y moñadas de los que uno se arrepiente escuchar, pero la vida del songwriter nunca se ha considerado fácil. O eso dicen los que triunfan.

Esta de regalo.

Ratt – Shame shame shame