¿Quién no adora a estos clásicos de los sonidos oscuros? Más de cincuenta años desde que dieran sus primeros conciertos y grabaran su debut, luz seminal para la evolución del hard rock y el heavy metal. Les contemplan diecinueve álbumes de estudio y una treintena de músicos colaboradores de modo más o menos permanente, todo bajo la supervisión del jefe, el único que ha grabado todas las canciones: Mr. Tony Iommi. Ya era hora de hacerles un homenaje a través de otros músicos. Porque su legado, enorme, se diluye y se expande en las manos y las voces de sus hijos bastardos. Algunas, obvias; otras, curiosas.
He aquí nuestro pequeño decálogo de versiones más o menos acertadas de Black Sabbath. Como siempre…
dale al play!
Stryper – After forever
Los cristianos del metal por excelencia haciendo una versión de sus metaleras deidades. Curiosa la asociación entre satanismo y Black Sabbath, cuando en más de una canción han rendido homenaje al Dios cristiano, como en esta ocasión: «Could it be you’re afraid of what your friends might say/If they knew you believe in God above?/They should realize before they criticize/That God is the only way to love». En otras cambiaron de tercio, pero eso es otra historia. La original formó parte de Master of Reality (1971) y la versión apareció en Fallen (2015).
Iced Earth – Electric funeral
En su The melancholy EP (1999) los de Florida reflexionan sobre un fin del mundo atómico: «dying world of radiation/victims of man’s frustration/burning globe of obscene fire/like electric funeral pyre». La original formó parte del imprescindible Paranoid (1970).
Queensryche – Neon knights
La primera gran metamorfosis de la banda llegó con el despido de Ozzy Osbourne y el fichaje de Ronnie James Dio. El resultado se tituló Heaven&Hell (1980) e incluyó el single Neon knights. Queensrÿche lo incluyó en su álbum de versiones Take cover (2007), recomendable escucha donde los aguerridos muchachos recrean tonadas de, entre otros, Peter Gabriel, U2 o Pink Floyd.
Overkill – Never say die
Y en otro álbum de versiones titulado Coverkill (1999) los de New Jersey se marcaron este pedazo de recuerdo a uno de los álbumes menos apreciado de los años setenta, Never say die! (1978). En el mismo disco incluyeron versiones de otros dos cortes del grupo: Changes y Cornucopia, ambos del Vol. 4 (1972).
Cathedral – Wheels of confusion
Y, precisamente, de ese Vol. 4 (1972) los reyes del doom metal de los noventa tomaron prestado un corte para el álbum tributo Master of Misery: an Earache tribute (1992). Los años de felicidad fueron un espejismo: «Lost in the wheels of confusion/running thru valleys of tears/eyes full of angry delusion/hiding in everyday fears». Cathedral le da una impronta fantástica. Por cierto, esta (y dos más) aparecieron poco después en diferentes versiones de otro disco tributo imprescindible del que luego hablaremos, Nativity in black (1994).
Kyuss – Into the void
¿Cómo no iba a recordar a Black Sabbath uno de sus hijos predilectos? Estaban Kyuss en transición (o desmembramiento) cuando grabaron en 1995 esta cover que apareció como single al siguiente año. Después se incluyó en un curioso EP titulado Kyuss/Queen of the Stone Age (1997). «Everywhere is misery and woe/pollution kills the air, the land and sea/man prepares to meet his destiny» y una vía de escape al espacio, fuera de este planeta que se consume. La original la escuchamos en Master of Reality (1971).
Rata Blanca (con Glenn Hughes) – No stranger to love
Hay muy pocas versiones (decentes) de los discos que la banda publicó sin Ozzy o Dio a la voz. Rescatamos por aquí una curiosa y muy lograda. En el álbum Sabbath Crosses (2004), un tributo de la escena argentina, principalmente, Walter Giardino y sus muchachos contaron con la voz del mismísmo Glenn Hughes para (re)interpretar el tema que él mismo cantó en el polémico Seventh star (1986).
Fates Warning – The sign of the southern cross
En otro disco tributo, en este caso a Ronnie James Dio, los progresivos Fates Warning incluyeron uno de los mejores cortes de Mob rules (1981). El susodicho disco homenaje se titulaba Holy Dio: a tribute (1999). «Sail away to the sign!».
Venom – Megalomania
Que el lado más duro y negro del metal ha bebido de las enseñanzas de Iommi lo corrobora, por ejemplo, esta versión de Venom. Los (casi) vecinos se marcaron en el Prime evil (1989) esta barbaridad de uno de los álbumes de la época Ozzy, de mítica portada: Sabotage (1975). Fantástica.
Bruce Dickinson and Godspeed – Sabbath bloody sabbath
Y acabamos este decálogo escogiendo un tema de uno de los mejores discos homenaje a Black Sabbath; se tituló Nativity in black (1994) y contó con una segunda parte en el año 2000. En este caso, curiosa mezcla de Bruce Dickinson con unos nóveles Godspeed. La original formó pare, cómo no, de otro imprescindible: Sabbath bloody Sabbath (1973).
Pero la lista es inmensa. ¿Nos recomiendas alguna?