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Algunos discos que sigo escuchando: buceando en los años noventa.

No murió el hard rock, el AOR y el rock melódico un día a finales de 1991. Muchas bandas siguieron trabajando el estilo tal como habían hecho los años anteriores, con más o menos éxito, y otras nuevas surgieron después. Hoy seleccionamos una pequeña muestra de discos hardroqueros que se grabaron y editaron en los áridos años noventa (comerciales, ojo).

Como siempre… dale al play!

Axxis – The Big thrill – 1993

Tras dos discos grabados para la compañía EMI alemana, dan el salto a los Estados Unidos y graban con Joe Balin (Doro, Treat) en Filadelfia. Mantienen su filosofía sonora, aunque con un toque más «americano». Año equivocado quizá, pero lograron mantener sus ventas y despegar en Japón. Bernhard Weiß (voz principal y guitarra) junto a Walter Pietsch (guitarras) componen la mayoría de los cortes. Werner Kleinhans (bajista), Richard Michalski (baterista) y Harry Öllers (teclista) rellenan el quinteto. Pegajosas con el inconfundible estilo de la banda suenan Road to never Neverland, Living in the dark, Staty don’t leave me (más calmada) y Little war ; arriesgan en No advice o Heaven’s 7th train y con más velocidad en Against a brick wall y The wolf; no puede faltar el momento mechero al aire con Water drop y Love dosn’t know any distance. Un disco de guitarras. En Spotify y Deezer.

Atlantic – Power – 1994

Lo peor de este álbum está en la portada. El resto, una joya. Al frente de esta única referencia de Atlantic se encuentra Phil Bates (por entonces en aquella reencarnación de la ELO que se llamó Electric Light Orchestra part II), quien compone, canta, produce y toca guitarras, teclados y no sé qué más. Colaboran con él diversos músicos, entre otros Paul Hoare al bajo, Andy Duncan a la batería o Simon Harrison a las guitarras. Buena mandanga. Power over me es un modelo AOR con todo lo sabroso del género; tremendo hard rock en Bad blood; When the war is over resulta una balada emotiva, con un toque Journey; grandioso estribillo y gran trabajo en la armonización de las voces, con su momento a capella, en Dangerous game; comienza muy suave, pero termina arriba Nothing to lose (igual demasiado teclado); cierra la extraña y adictiva Heart’s on fire, puro hard ochentero. Bates volvió a intentarlo con Naked dos años más tarde, ya bajo su propio nombre, con un aire más popero y con el mismo éxito. Escúchalo en este enlace.

Skagarack – Big time – 1993

Tras tres discos publicados en Skagarack, el cantante Torben Schmidt lo intentó en solitario con un muy recomendable A bit on the side (1991), para, después, reformar la banda con Allan Gade a las guitarras, Steen Boel a los teclados, Lars Daugaard a la batería y Jens Brockhoff al bajo. El álbum se convirtió en el último de Skagarack y del propio Torben en muchos años. Schmidt y sus nuevos amigos ahondaron en las melodías, los arreglos profusos y los estribillos pegajosos. A destacar Never too late (delicioso estribillo, gran apoyo del sintetizador), Somebody like me (buen solo de Gade), el rollo Foreigner de I want you, buen guitarreo en Hold you, Love you, Give you o lo que debería haber sido un single de éxito Hold on just one more time. Hay que reconocer el buen hacer de Torben, el excelente sonido del disco y la calidad que atesora. En Spotify y Deezer.

Cinderella – Still climbing – 1994

Se retrasó el cuarto de Cinderella por los problemas vocales de Tom Keifer, líder, guitarrista y, obviamente, cantante. A su lado se mantuvieron Jeff LaBar a la guitarra y Eric Brittingham al bajo. El puesto de batería lo ocupó en el estudio Kenny Aronoff y de los teclados y pianos se encargó John Purdell, coproductor del álbum junto a Duane Baron y el propio Keifer. Las canciones no se acercan a los sonidos de moda entonces, como hicieron otras bandas, si no que ahonda en las influencias bluseras, con cortes directos y sin complicaciones, llenos de feeling. Escucha las guitarras y los slide de Bad attitude shuffle, All comes down o Talk is cheap; aprieta el corazón con Hard to find the words y Through the rain; disfruta de su lado más eighties con Hot & bothered o Easy come easy go. Escúchalo entero en este enlace.

House of Lords – Demons down – 1992

Tras dos excelentes discos, se quedaron sin contrato; se acabó Simmons Records y se acabó BMG. Greg Giuffria (teclista) y James Christian (cantante) se quedaban solos. Reclutaron a una nueva banda, compusieron y grabaron una maqueta con la ayuda de Mark Baker (38 Special, Triumph, Hardline) y lograron un último contrato con Victory Records. El disco lo produjo David Thoener y contó con las guitarras de Tim Pierce, Danny Jacobs y Dennis Chick, el bajo de Sean McNabb y la batería de Tommy Aldrige. Su apuesta tuvo pocos medios y poca difusión y Christian y Giuffria se dieran un tiempo. Y es una pena. Contiene hard rock magnífico en O father, Can’t fight love, Talkin’ ‘bout love o Johnny’s got a mind of his own, épica electroacústica en Demons down, preciosas baladas como What’s forever for (de fabuloso estribillo) o Spirit of love y una gloriosa Metallic blue. Escúchalo entero en este enlace.

Fair Warning – Go! – 1997

Una de las bandas de hard rock más interesantes surgidas en los 90, supieron aguantar la década «maligna» con cuatro discos excelentes. Los dos primeros editados por WEA y con gran éxito en Europa y, sobre todo, en Japón. Pero el tercero tuvieron que grabarlo de manera independiente y publicarlo con la pequeña Gun. Obtuvo el galardón a disco del año en la revista japonesa Burnn y alcanzó el disco de oro en aquel país, por cierto. Frontiers los rescató para su cuarto álbum y reeditó este Go! en el año 2000. La banda la formaban Tommy Heart a la voz, Helge Engelke y Andy Malecek a las guitarras, Ule W. Ritgen al bajo y C. C. Behrens a la batería. El disco no tiene ni un minuto de desperdicio, pero conviene destacar las roqueras Somewhere, Save me, I’ll be there o Angel of heaven; más calmados, en el rollo Beatle (si hicieron AOR) de Man on the moon, la delicadeza in crescendo de Without you (cómo canta Heart) o el baladón Follow my heart. Por cierto, hoy va esto de portadas feas. Puedes escucharlo entero aquí.

Bon Jovi – These days – 1995

Siempre es difícil defender un álbum de «los bonjovi» posterior a los años ochenta, pero merecen estar aquí. Su viaje lejos del hard/glam con el que se hicieron famosos y millonarios ya comenzó en su anterior Keep the faith (1992) y las ventas impresionantes del recopilatorio Crossroads (1994) les armó de argumentos para seguir evolucionando. Jon Bon Jovi a la voz y ya erigido como jefe supremo, con Richie Sambora a las guitarras, Tico Torres a la batería y David Bryan a los teclados, más un montón de colaboradores. Producidos por Peter Collins (Rush, Gary Moore, Queensryche) crearon un disco ecléctico que les mantuvo en lo alto. Y eso ya es meritorio. Roquean en Hey God, Damned o These days; mecheros (móviles) al aire en This ain’t a love song, Hearts breaking even y Diamond rings; pop-rock estupendo en Something for the pain, If that’s what it takes o Something to believe in. Curiosidad: el álbum más vendido de la banda en Japón y el único que metió cuatro singles en el top 10 británico.

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