¿Son tan malos los discos malos de nuestros artistas favoritos?
Hoy rebuscamos en la basura de Uriah Heep y su álbum de 1998 Sonic origami.

Las bandas de largo recorrido suelen sufrir cambios, altibajos, atraviesan las modas de cada época. Uriah Heep se ha mantenido activa desde finales de los años sesenta hasta hoy en día publicando la friolera de veinticuatro discos de estudio, más un buen puñado de directos. A finales de los años 90, cuando la mayoría de los grupos de hard & heavy de su generación habían pasado a la inactividad obligada o, directamente, desaparecido, estos tipos grabaron una obra, tan despreciada como ignorada, para el mercado japonés a la que titularon Sonic origami (un año después editada en el resto del planeta).
Lo que hicieron Mick Box (guitarra), Phil Lanzon (teclados y sintetizadores), Trevor Bolder (bajista), Lee Kerslake (batería) y Bernie Shaw (cantante) fue componer y grabar sin presión un álbum que satisficiera sus propios gustos y que sonara «atemporal». Eligieron al productor Pip Williams para ello, por sus trabajos con Status Quo o The Moody Blues. Viajaron un par de horas en coche a los estudios Chipping Norton en Oxfordshire, cerca de la familia, intentando llevar esa concentración y calma también a la música.
Al vigésimo disco de estudio de Uriah Heep se le ha calificado como flojo, lleno de baladas, un poco pomposo en las letras, de producción algo plana y popera. Se dice de él que es un «quiero y no puedo», que todo suena «a refrito». Que no hay buenas canciones. En definitiva, un disco olvidable.
Pero, ¿qué rebuscamos en la basura de este Sonic origami?
Aunque es cierto que la producción es muy «amable», las canciones en sí contienen un gran trabajo: buenas composiciones bien arregladas, con cada músico ejecutando a la perfección su parte y algunas letras muy sentidas. Mick Box y Phil Lanzon se encargan de la mayoría de los cortes, con Trevor Bolder aportando su grantito de arena. Además, las canciones son muy distintas entre sí pero mantienen una vida común, un hilo que da coherencia al álbum. Y, aunque habría que destacar a todos los intérpretes, no puedo por menos que dar una mención especial a Bernie Shaw, simplemente excelente (en Heartless land o Question, por poner dos ejemplos).
Siempre, en esta sección, nos gusta destacar algunas canciones, esas por las que deberías empezar a pinchar si quieres disfrutar de Sonic origami. Encontramos el espíritu seventies en Between two worlds (increíble Hammond y dos solos de guitarra), In the moment, Feels like (ese riff), I hear voices o Everything in life (mi favorita). Juegan con sonidos más eighties, algo de AOR y aromas más poppy en Perfect little heart (mágica melodía vocal), Only the young o Across the miles. Y suenan de muerte las acústicas y los arreglos orquestales de The golden palace y Shelter from the rain.
Es obvio que Sonic origami no está entre los cinco mejores trabajos de Uriah Heep. Pero es que la discografía de estos tipos tiene mucho nivel. El sexto o el séptimo de veinticuatro no está nada mal. Como extra, durante la posterior gira grabaron varios conciertos que acabaron formando el directo Future echos of the past, uno de los más recomendables de su larga carrera, en los que escuchamos hasta ocho cortes de los aquí comentados.
Suficiente basura para que te pongas a escuchar como se merece este Sonic origami. Y si ya lo amabas antes, para recrearte una vez más.
Me ha dolido ( muy entrecomillado) que este CD de los Heep esté entre la ‘basura’.
De la época moderna, ya con Shaw a las voces, tienen sólo un disco malo (y muy malo) , Different World. Si obviamos este disco, la trayectoria de Uriah Heep es más que notable. Raging Silence, notable alto, Sea of light, joya y este Sonic Origami, excelente.
Me encanta no estar de acuerdo contigo por una vez. De eso se trata, no?
Abrazos rockeros, como siempre!
Ostras, si estás de acuerdo. Lo de «rebuscar en la basura» es mi sección para reivindicar discos que me gustan y que están a mi criterio injustamente infravalorados, como es este caso, o discos que debieran recibir más reconocimiento. De Uriah Heep me gusta (casi) todo. Creo que es una de las bandas más infravaloradas del rock (si fueras por #FFvinilo más veces lo sabrías 😉 y este disco en particular me encanta. Te alabo el gusto.
Ha podido más la emoción que la razón. Y leer la entrada a altas horas de la noche también afectó 🙂 Estaba más que bien defendido este gran disco, enhorabuena, que tiene 2 de mis temas favoritos de esta época: Question y The Golden Palace. Buena versión de Survivor en «Across de miles», pero que no supera la original.
Gran disco de los Heep, sublime, me encanta esta banda por su buen hacer y su humildad, y un apunte muy curioso Uriah Heep es la banda mas viajera de la historia de la música moderna, sus conciertos han llegado a todos los confines de la tierra, a lo largo de sus 50 años de historia.En su página oficial están todos y deben haber hecho mas de 5000 conciertos.Aguien puede citar otros artistas que superen esta cifra. Tengo mucha curiosidad en saberlo.
Ni idea, estaría bien saberlo, es un dato muy curioso. Adoro a Heep. De mis bandas favoritas.
Decepción total. Correcto pero demasiado blandito y tranquilo. En la ya larga etapa con Bernie shaw de cantante hay obras muchísimo mejores
Ya sabes que en esto de la música, el oyente a veces prefiere un disco más «flojito» que otro más «contundente». Sonic Origami me parece de lo mejor de Shaw en la banda, fíjate, incluso aceptando, como propones, ese giro a sonidos más «blanditos». Creo que sin este disco no hubieran salido adelante. Gracias por comentar.