
Corría caluroso el verano de 1974 cuando Jorma Kaukonen (voz y guitarra), su colega Jack Casady (bajista), compañero en Jefferson Airplain, y el batería Bob Steeler se metieron en los estudios Wally Heider de San Francisco con el ingeniero Mallory Earl y parieron esta mezcla de blues y hard rock loco. Ocho temas (siete compuestos por Kaukonen más una versión de Robert Johnson) en los que la guitarra te va a destripar las orejas con sus riffs alocados, llenos de fuzz y wah-wah, y la sección rítmica te va a poner a dar botes: Casady maneja musculosos patrones armónicos que juegan y refuerzan la guitarra mientras Steeler machaca los parches en perfecto equilibrio rellenando los espacios con estilo bronco. Todo el álbum se desarrolla en largos pasajes instrumentales que serían alargados más aún en directo con estupendas jams.
Como ejemplo, en la inicial Sleep song escuchamos tres guitarras superpuestas, una acústica en primer plano, una rítmica en segundo y la guitarra solista por encima: ahí está la magia de estos tipos, saber enrollar de manera compleja sus ideas musicales creando temas directos con mucho feeling. Funky #7 trae calor y un tufo a garito con otro estupendo riff y una de las mejores baterías del disco; atención al wah-wah del solo. La versión de Johnson Walkin’ blues se llena de distorsión y suena diferente. Jorman no es para nada un buen cantante, pero en Invitation se suelta con una melodía muy buena y bien sostenida. El tema, de casi siete minutos, redunda en la alternancia de pasajes rítmicos cambiantes y solos, con una larga jam al final.
De engañoso título,
Hit single #1 maneja otro patrón de batería soberbio y una guitarra distorsionada con Jorman esforzándose por estar a la altura vocal con cierto éxito. Sin

duda, uno de mis favoritos, un poco loco, un poco sucio. Cambia el tempo y el estilo con
Serpent of dreams, con un aire psicodélico y un sonido acolchado sobre un sueño ácido, lo más parecido a una balada que hay en el disco, incluida su paranoia central. Creo que la mejor interpretación de Casidy se escucha en
I don’t wanna go, tanto por la progresión como por la entrega y el ataque del instrumento, compartiendo el protagonismo con Steeler en una canción con un groove bestial. También destaca un riff wah-wah que marca la canción de principio a fin y, sorpresa, un estribillo comercial (o casi). La final
Great divide: revisited mantiene ese wah-wah y revuelve las ideas musicales que hemos ido gozando en las canciones anteriores, con un mix sonoro de guitarras que vienen y van, y un puente-estribillo realmente sorprendente.
El concepto de la portada no deja de ser curioso. Asemeja un paquete de detergente. En un lateral se advierte:
este álbum debe escucharse al máximo volumen para un efecto completo. En otro lateral aparecen los músicos como componentes activos. Se le ocurrió y la desarrolló
Frank Mulvey.
America’s Choice inauguró una trilogía mágica de hard rock blues en Hot Tuna, junto a Yellow fever (1975) y Hoppkorv (1976). La banda permaneció en activo hasta 1979. Volvieron a juntarse a mediados de los ochenta y se mantuvieron activos durante buena parte de los noventa. Hace unos años volvieron con disco de estudio, el recomendable Steady as she goes (2011) y próximamente estarán de gira.
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De Hot Tuna y de Jorma Kaukonen se habla poco, por no decir nada y sin duda, dentro del espectro Blues Rock de los 70, con muchos tintes de psicodelia, los Hot Tuna tenían mucho que decir. Después de su salida de los Jefferson Airplane que se convirtieron en una parodia pasando a llamarse Jefferson Starship, Kaukonen y Cassidy deciden formar Hot Tuna explotando la vena bluesera que tanto les gusta. El dúo llega hasta nuestros días, sobre todo con el empuje de Kaukonen, un excelente guitarrista, vocalista y compositor. No hace mucho que publicaron su último trabajo y suena exactamente igual a los trabajos de los 70. Muy muy recomendables! Gracias por acordarte de ellos!! Abrazote!
Adoro este disco y gracias a él me he aficionado a Kaukonen y sus correrías. Gracias por añadir a esta entrada un resumen tan bueno de sus inicios. Abrazo, crack.
Son muy buenos y tienen un sonido muy muy particular dentro del blues que, unido a la voz de Kaukonen, los hacen muy especial. Recuerdo hace años cuando los escuché por primera vez, su primer trabajo, Hot Tuna, del 69 que es un directo, todo en acústico creo recordar y bueno, me dejó muy impactado, aún es uno de mis discos favoritos. Alucinante!! Un placer comentar, como siempre. Gracias ti. Abrazote fuerte!!
Otro de vuelta
Otro que se sintió impactado con ese primer disco de Hot Tuna. A ellos les debo mi interés por el blues acústico.
Para mi es algo muy relajante oír este blues acústico con la maravillosa voz nasal de Jordania.
De hecho llevo más de una hora escuchando una joya que han grabado en directo el otro día. En 2014.
Esto del Streaming es una pasada.
Pues tengo bastante abandonada la faceta acústica de Hot Tuna, así que me toca ponerle remedio ipso facto. Un abrazo y gracias por comentar.
Coño, le voy a dar una vuelta a ese disco que tiene muy buena pinta, jeje. ¡Un abrazote!
Un poco raro es, ya lo advierto en el post y lo dejo de nuevo escrito aquí, pero me encanta