Mr Big – The stories we could tell – 2014
Lo primero que debo decir de este …the stories we could tell es que suena a Mr. Big por todos lados. Ahí están los arpegios y los maravillosos solos, intros y outros de Paul Gilbert, la maestría de Pat Torpey, esa forma única de mantener un tema en tempo mientras los otros se lucen, la voz inconfundible de Eric Martin (¿qué pacto ha hecho este hombre con el diablo para conservar la voz tan bien?) y, finalmente, el mago Billy Sheehan con sus licks, sus trucos estratosféricos y su impasible maestría. Todo muy bien producido, muy bien acabado, con capas de guitarras, armonías casi perfectas y canciones buenas, algunas muy buenas. En todos los temas han buscado colaboradores para la composición, sobre todo Andre Pessis, que participa en once de los trece cortes.
Todo para conseguir un producto digno del nombre y la Historia de la banda.
Escucha la inicial Gotta love the ride: si no te gusta, no sigas. Ahí han resumido todo: la guitarra, el bajo, la batería, las voces, la melodía. «Vas a disfrutar del viaje» dicen sin ningún tipo de dudas. Una de las que más deseo escuchar en directo, I forget to breathe: un blues lleno de hard rock o un temazo hard lleno de blues, qué más da. Fabulosas guitarras y ese groove que Pat Torpey impone; estribillo fantástico, armonías muy logradas y uno de esos solos que parece tan sencillo, pero… Sigue esa especie de falso medio tiempo con garras titulado Fragile («under my skin I ‘m still fragile») donde Martin se luce de manera increíble. Satisfied nos da el rock que les puso en primeros puestos hace treinta años, sencillo, directo, pero tan atractivo y pegajoso que te apetece volver a cantarla: ese puente y ese estribillo, buff.
Mr. Big – Gotta love the ride
Nos faltan baladas. Ahí llega The man who has everything con acústicas y Martin en primer plano entregado y con un toque soul; Sheehan se sale también, aunque el tema flojea un poco. Las baladas y los medios fueron una seña de identidad del grupo y en este álbum encontramos Just let your heart decide, que comienza también con acústicas y Eric muy comedido, pero va creciendo poco a poco hasta regalar otro de esos geniales estribillos; no te puedes perder las guitarras. Y aunque me repita: cómo va a echar esta gente de menos a Pat. Me gusta más East/West, más rítmica, mejor trabada, con unos coros bien metidos.
La caña no para en el resto, trece cortes en total. Cinderella smile, penúltima, tiene el tufillo de los primeros trabajos, un toque funky en el ritmo, resuelta con maestría por el grupo, de aparente sencillez, uno de esos up-tempo donde Martin está a gusto. The monster in me tiene la entrada típica de Gilbert, roquea con aspereza el tema, la banda se desmelena y salen bien parados, vaya. En la misma línea rápida y sucia, The light of day es brillante, con un final Gilbert/Sheehan tremendo. ¿Ya hemos hablado de las genialidades de Torpey? Seguimos roqueando fuerte con It’s always about that girl y cerramos con la classic-Mr. Big song que da título al álbum The stories we could tell, muy en la línea de su debut allá por…
Resulta fantástico pinchar un trabajo tan bueno, hecho con tanta profesionalidad. Más si lo pare una banda con tantos años a sus espaldas. De lo mejorcito que ha salido este año, no lo dudes.
Vaya, tal y como lo pones habrá que escuchar este disco, Si te soy sincero, yo de Mr Big solo he escuchado cosas sueltas. Es una de esas bandas que conoces desde siempre pero nunca te has parado a escuchar a fondo, y, es que hay tantos estilos y tantos grupos… En fin, que casi seguro le daré una oída al álbum aunque sea por simple curiosidad. Un saludo.
Tanta música que es imposible abarcarla toda. Mr Big es uno de esos grupos que me enganchó y sigo desde hace muchos años. Ya sabes, cuestión de gustos. Gracias por el comentario.